Historias conocidas (4) Las canciones soundrack de nuestra vida


Historias conocidas
Adiós Alberto Cortez, parte del soundtrack de nuestra vida

Ahora que falleció Alberto Cortez, uno de esos raros cantautores que crearon un conjunto de canciones que nos han acompañado en la vida, reitero que las melodías conforman el soundtrack de nuestra vida. Y que cuando las escuchamos de nuevo viajamos al pasado que nos duele, nos alegra, pero que es nuestro patrimonio en la memoria, con detalles a veces olvidados. Y soltamos una sonrisa nostálgica, o discreta una lágrima quiere asomarse.
Yo, por ejemplo, cada vez que afino una guitarra, la primera canción que aparece, como si estuviera programada, es Mi árbol y yo. Y empiezo a cantarla con esa nostalgia de la niñez y adolescencia. Y cada vez que corresponde cantar la parte de “mi madre y yo lo plantamos hace 25 años, siendo yo apenas un niño”, voy acomodando la edad. Ahora ya hace casi 55 años. Cuando tenía cinco. A ver hasta donde llego en la vida. Efectivamente en la parte de atrás del solar donde viví de niño y joven había un árbol frondoso, al que me abrazo cada vez que voy, y canto la canción de Mi árbol.
Descanse en paz Alberto Cortez, argentino, ícono de los compositores de la canción latinoamericana. Incompleta queda toda antología de ese tipo, si no contiene mínimo una canción del gran Alberto. Puede ser la citada Mi árbol y yo; En un rincón del alma; Cuando un amigo se va; A partir de mañana; Castillos en el aire; Cuando te asomes al amor; No soy de aquí; Callejero.  Y tantas otras que nos dejó en legado, para no olvidarnos de lo que somos.
Pero cierto es que cada quien tenemos ese soundtrack que contiene las canciones que nos han acompañado. Y vienen desde la niñez las canciones de cuna que nos cantaba nuestra madre.  Luego las canciones de Cri Cri, que el Maestro Carlos Martínez Cabello nos ponía en el grupo de primero en la Primaria Cuauhtémoc, de la Colonia Treviño Zapata. O todas las que aprendí del cancionero popular mexicano con Juan Pablo Puente Vallejo, mi maestro de música,  en la Secundaria Federal 2, de la misma colonia.
Y las canciones rosas de la adolescencia, en el despertar al amor. Y luego el descubrimiento de la poesía canción, con Alberto Cortez, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Luis Eduardo Aute. De este último ya habíamos escuchado Rosas en el mar, cantada por Massiel, cantante española.
Y cada quien en su región de origen, abrevamos de la música propia de esos lugares. En mi caso fue la música norteña, entre polkas y redovas, con Los Alegres de Terán; Los Bravos del Norte, de Ramón Ayala, Los Montañeses del álamo, Renacimiento 74, etc. Así la música de cumbia y vallenato.
Pero volvamos a Alberto Cortez. Hoy 4 de abril ha fallecido. Con él se va parte de nuestra historia. Se quedan sus canciones con nosotros. Y mientras tanto le cantamos “cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar, la llegada de otro amigo”.

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