Sra. Jimenez

La señora Jiménez vivía en la Jardín. No era muy grande de edad, aunque yo en la mía, de 12 a 15 años la viera grande. Pelo cano. Bastón. Tendría creo yo unos 60 años. El caso es que yo trabajaba con ella. Cuidados. Mantenimiento de patios. Y otros. Cuando mataron a Allende en Chile, vi la noticia en televisión que daba Jacobo Zabludowski. Suicidio, decía el genio de Televisa. Años antes vi allí parte de un informe presidencial de Díaz Ordaz. En el que se echa la culpa y tiende la mano a familiares de víctimas del 68. Llegaba yo con la Señora Jiménez los sábados y domingos. Ella vivía sola. Tenía dos hijas. No escribo sus nombres. Ellas muy guapas y educadas. De valores. Me trataban siempre con respeto y cierto cariño. Tenían una nieta muy linda. Uno o dos años más grandes que yo. Las vacaciones también llegaba yo. Para navidad la Sra. Jiménez compraba regalos para todos. Incluyéndome a mi y mi familia. Una de sus hijas fue a Singapur y me trajo un llavero. Los fines de semana jugaba ella al bingo con sus amigas de su misma edad. Van a venir las muchachas, decía. Yo me quedaba sonriendo. Porque muchachas precisamente no eran. Una de sus amigas fumaba mucho. Apagaba el que seguía con el anterior. Y le daban vuelo al café que a mi en esa edad consideraba un asco.
¿Que quieres estudiar?, me preguntó cuando salí de secundaria. Algo así como Filosofia y Letras  le respondí ufano. Me acaricio el cabello, y me soltó como sugerencia: debes estudiar una carrera corta. Entra a la Normal para maestro.

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