Razones de cartas (y sin razones)

En cartas olvidadas quedó grabado el canto de los pájaros y el aroma de las flores. Ahora son pétalos secos y hojas ajadas. Una voz taladra como carpintero. Una espina está allí encarnada. Un cuaderno niega a irse a la hoguera. Pero ojo que el oído nada sabe. Las manos huérfanos no saben nada del diluvio. Los ciegos crepitarán en las miradas y caminarán a tientas por el orbe. El orbe será el corral aldeano de los cuervos. Los sueños, alucines simples de nostalgia. Las miradas, lascivas señales del pudor de la muerte.Para ese entonces llegará a nuestro buzón las nunca bienvenidas cartas de comercio. Y será el momento preciso de escribir con mayúsculas olvido.

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