Invita la calle
Invita la calle con su correr de gente sin rumbo. Con los tragafuego como destino. Con los niños sin monedas en la mano. Con las miradas tristes de los solitarios. Con la publicidad anunciando reinos en el aire. La vida transcurre afuera de uno mismo. Apunto en una hoja las visiones: rayos y centellas, con nubes negras cargadas de vida. Y las canciones se viven atrás de las puertas. Son las crónicas de los encuentros y desencuentros. Esa sonrisa no es casualidad. El nuevo día se anuncia. Pletórico, renacentista. La felicidad nunca fue una pistola caliente.
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