La receta

No hay receta, es lo cierto. Pero se va diseñando la ruta. Sin suspicacias. Sin dolo. Hay lo que hay. Y en esa ruta la posibilidad es las dos manos juntas. Ojalá se entienda y comprenda. Las dos manos juntas, sin escribir nombres. O escribiendo nombres que ya vienen siendo para ser, sin que hasta hoy lo sean. Leer es una de las claves. La otra es comprender y abrazar. Sin dudas.

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