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Mostrando entradas de enero, 2018

La nochita

La nochita me trae recuerdos. La infancia y adolescencia. Acostado en el cuarto de atrás, con los ojos abiertos trataba de ver en la oscuridad. O me asomaba por la ventana para mirar luciérnagas o estrellas. Y echaba a volar la imaginación para conocer de la gran noche universal. Y me decía: el vasto espacio sideral compagina con lo menos que punta de alfiler que somos.

La rosa (variación 2)

Marchita A otra cosa mariposa Vuelve el polvo en la rosa

La tarde

La tarde, otros días petiroja. Hoy de nube gris. Ha caído la noche.

La rosa (variación 1)

No cortes la rosa. No hay retorno en el tiempo. La rosa vuelve en la rosa.

La rosa

La rosa no vuelve a su botón. No la cortes. El tiempo pasa. Y no hay retorno.

Viento

Viento de cambio. Al vuelo las hojas. La llave de la felicidad. La flor de la dicha. Viento de cambio. La esperanza aluzada. Un único unicornio de madera. Se mueve el hombre. De frente al viento. Y la soledad se esfuma con la muerte. El cambio es indiferente a la vida. Sucede como derecho propio de la materia. Como razón de existencia. Del pez a la sonrisa media el tiempo. De la caverna,  la aldea y la ciudad media el tiempo. El hombre no es el individuo. Este sucede. El hombre es todos los hombres. En el preciso cambio de la existencia. Come de la paleta pequeña. Somos porque seremos. Y el viento en el cambio juega sus propias cartas.

Me gusta la tarde

Me gusta la tarde. Con el aroma de jazmín que anticipa el amor y la noche. Emancipa recuerdos. Y vemos el retirarse del sol al enfoque del tiempo. La tarde tiene sabor a tiempo ligero. Y se consume lento, con fluir suave. Me gusta porque viajo a octubre. O a otro mes con derecho propio por el pasado o porvenir. Risas. Discos. Cine con palomitas incendiarias. Y la leve caricia tímida en las manos. No es la nostalgia simple de volver a los recuerdos. Es que me gusta la tarde para saborear el pan con café. Y cantar a la flor. Corazón. Y cartas. La noche tiene sus secretos. Aluvión en el fluir de la sangre. Visiones de instantes pasados. Y el presente con olor a flor temprana. Jardín de infancia. La tarde suele comportarse dama conmigo. Y le leo poemas para motivarla.

Cuentos

Me contaron un cuento una vez. Y otras veces. Noticias. Atardeceres. De los aviones que cruzaban entre nubes. Y nos fuimos allí, sueños infantiles. Íbamos por caminos nuevos. Cada vez más lejos. El anzuelo con carnada para el pez. Y he aquí que el pez creció y no cabía en la bañera. Entonces el aire se hizo irrespirable. Y buscamos recetas de futuro. Imaginamos paraísos. Sirenas reales. Los encabezados de los diarios reforzaban los cuentos. Inexpugnables fortalezas asediadas. No había muros ni puertas. Fueron cuentos circulares. Las risas de muchachas. Banderines. Canciones. Los cuentos tocaron todos los temas. El agridulce sabor de la fresa. El almíbar de los sueños. El pecho al frente. La mirada más allá del futuro. El tiempo como la luna nos miraba paciente. No les he visto más. Habrá que contar otros cuentos.  La novedad es el silencio.

Sucede

Sucede que llueve y hace frío. Sucede que subo y bajo. No es casual. Y ando por donde el viento mueve todo  conocido. La palabra con promesa dicha se la llevó la nube. Con una reverberación de nostalgia. No hubo vuelta en u en la avenida del destino. Nos fuimos de viaje en trenes distintos. Con carta de viaje como guía. Sucede que gris y rojos. Que la tarde o noche. Suceden muertes, nacimientos, nuevos libros. El espectáculo continúa. Harapos. Pies descalzos. Ventolera. Sucede que me canso. El cristal con que se mira. Anteojos. Recados. Lumbre. Fiebre. Sucede que la vida. Etcétera.

Apuntes de un loco

Yo no estoy loco. Lo digo con firmeza. No soy ni he estado loco. Lo digo con tristeza. Aunque sé que es maravilloso estar loco. Lo digo con lucidez y alegría. No estoy loco. Lo digo con tristeza. Llevo años viendo el trajinar con prisa de los cuerdos. Es cierto escucho voces. Hablo lenguas. Mas las voces ya estaban allí. Escribo versos. Los cuerdos son una legión y son visibles. Los locos en cambio. No lo estoy. En cambio ellos invisibles. Yo no. No estoy.

Uno sueña

Cómo no. Uno sueña. Escribir. Y que un día. Como un día cualquiera. Una chica. De esas a las que se hacen hoyitos en los cachetes al reír. Copió un poema. Una estrofa. O un verso de otros. Y lo regaló al amor de su vida. A uno. Cielo. Corazón. Y la hojita simple. Brillante por el verso. Adornada con corazón atravesado por flecha. Lo lanzó a mi corazón. Es apenas anhelo. Sueño. Y el tiempo pasa. ¿Usted qué opina? Muy sencillo y simple. Los versos no son míos.

La idea

Esa es la idea. La señal de humus por las tardes. Invierno. Los recuerdos agolpados. Y el poder de las palabras con sonrisa. La idea de la humedad. Los ensueños. Fuimos encontrando caminos sin desviarnos de los ritos iniciales. Cantamos bajo la lluvia. La hermana lluvia. Y el sendero finalmente se bifurcó. No hubo vuelta atrás por los reclamos. La idea de la certidumbre. La grandeza en la arquitectura de Dios. La vida y sus respectivas edades no trajeron manual de usuario. Por eso fuimos en la vida de prueba en prueba. Como aquel que sabe sobre la incertidumbre de lo que sigue. Esa es la idea. jardines, besos, versos.

Apuntes de un profesor: Lecturas

Dos mamás sentadas en un parque con sus respectivos hijos. Una de ellas leyendo un libro y su hijo haciendo lo mismo. La otra mandando watsap en su celular y su hijo, igual. Esta última mira al otro niño leer y le pregunta a su mamá: ¿y cómo le hace para que su hijo lea? El concepto de lectura técnicamente es amplio. De manera sucinta es la capacidad del ser humano de descifrar los signos escritos, y a la vez comprender lo que dice el texto. Si no comprende lo que lee, es que sencillamente no sabe leer. La lectura por gusto es fundamental y básica para el desarrollo del pensamiento, lo cual significa la capacidad para construir y exteriorizar las ideas, y hacerlo cada vez de manera lógica, breve y clara. Una de las principales actividades escolares y de casa, debe ser la lectura de libros agradables para el niño. Libros que le gusten, que quiera seguirlos leyendo desde que lo inició en la primera página y que no quiera despegarse de ellos hasta terminarlos. Libros que se adecuen a s

Anda, vamos por el pan

Ahora que hace frío. Y la bufanda sale a relucir. Ahora te invito, vamos por el pan. Y remojar con un café caliente para sopear. La dicha de sabernos. E ir por el pan es el banquete previo a comer lo dulce de la vida. Anda. El tiempo pasa sin contemplaciones. No tardemos, el tiempo apremia. Un instante apenas fugaz es nuestra vida. Nos perderemos en materia de galaxia. Polvo hemos de ser entre la lluvia. Surcaremos campos. Alimento de animales y plantas. Mientras eso suceda, nos triture el tiempo indiferente. Te invito solemne. Vamos por el pan. Imagino en mi paladar la concha, el mollete, los bisquet. La vida misma.

En sueños, a veces

En sueños, a veces, hemos de vernos. En esa magnitud tan necesaria y sublime. Como esas nubes con lluvia que cae a borbotones. Es la reverberación del ambiente. La necesidad del origen como agua. La llama que flama y azul. Por ejemplo el camino en sueños. La música en todas partes. Y las palabras que convocan a las flores y los heliotropos. Un mullido colchón sin alacena. El gallo en la penumbra. El río de voces cuatro veces cuatro. Y el agua que toma la forma de lo que lo contiene. Nos encontramos. Y los sueños son realidades como sueños. El ir y venirse como duendes del deseo. Arrebolados momentos en sepia o blanco y negro. Recordamos los libros, los versos subrayados. Y la película que vimos cuatro veces. En sueños y en mi corazón real existes.

Como si estuviéramos

Como si estuviéramos. Es un decir. La rutina, acto reflejo de la vida. Como para sostenernos. En esa división de trabajo. La reproducción del acto y las palabras. El eco del pasado y la reverberación del futuro. En el ahora. Como si tuviéramos otros datos de referencia. El agua toma la forma de lo que sucede. No precisamente el recipiente. Así la vida del hombre, en la circunstancia que se le presenta. Liquidez. Humedad. Que no surfeamos en el mismo río, por rutina que parezca. Como si estuviéramos tontos, locos, bipolar. Creativos si el azar definiera. Al fin los sueños y anhelos tienen su propio territorio. En quienes ríen sin motivo. Y crean otros mundos. Por ser precisos. Bandada de pájaros y almas. En el agua todo es posible. Hasta que sucedan las grises historias de amor.

Cultura y gobierno

Agradezco la invitación generosa que me hicieron los integrantes del taller literario El libro vacío, para venir a charlar sobre el tema Cultura y gobierno. Tema por demás amplio, que implican definiciones y conceptos, pero sobre todo, la forma como hemos adoptado dichos conceptos, y que definen nuestra actuación en los distintos ámbitos en los que nos desenvolvemos. Uno nace en determinada geografía y como descendiente de una línea familiar. Cargados ya de ciertos percepciones, que van teniendo claridad conforme nos vamos apropiando del lenguaje, y vamos desarrollando nuestro pensamiento. Nacimos en una área específica, en un tiempo determinado. Y conforme vamos creciendo, la influencia que recibimos de los adultos que nos rodean, y luego de nuestros ambientes escolares, vamos ampliando nuestra percepción del mundo (que primero fue nuestra familia y casa, luego nuestro barrio o colonia, y luego en la escuela supimos que el mundo era mucho más grande que esas áreas nuestras de de

Oro

Enciclopedia, oro de casa. Los viejos muebles de madera, donde reposan unos libros, una llave, un espejo y unos pétalos de seca rosa. Un cuaderno donde palabras escribo, nombres y fechas, para que el olvido no haga trizas esta frágil memoria de las cosas. Un foco en el centro del techo para dirigir la luz y llegue a cada punto del espacio. Un cuadro de la sombra. Un poema en la pared. Una fotografía que nadie nombra. Y un diploma. Al paso de las horas un perro blanco se echa en el quicio de la puerta. Y trata en estratagema hacer sentir su compañía. El oro de la casas es el tiempo y el libro. Un rostro y pensamiento.  A veces escapa una palabra, y se acomoda al verso. ¿Dónde he escuchado ese ruido del viento con las ramas y las hojas?

Somos más

Más. Y muchos. Con manos para cadena. Para extender la idea. Para alcanzar a rosar el pétalo. Somos. Extensiones de pensamiento. Y al alba poderosos. Para acometer la dicha. Para alzar los brazos en señal de triunfo. Ninguna derrota pone etiqueta de vencido. Vencido es aquel que no tiene sonrisa. Ni palabras. Aquel que no pensó en el triunfo. Aquel que era derrotado en cada derrota. Los vencidos tenían de sobra el ímpetu. El saber de lo posible. Somos más los que debatimos. Los que sonreímos. Los que sentimos dicha en la penumbra. Porque vemos luz entre la sombra misma.

Compositores

Luz en las palabras. Ritmo para los pies debajo de la mesa. Y el corazón acompaña. Con canciones y poemas escritos. Trascienden los momentos. Entre cuitas y sonrisas. Entre el vuelo por las nubes. Y el caminar reiterado. Pasos que nos llevan a brazos. Plazos por cumplir en luna llena. Aquí vamos rotundos. Con una tarea que dejó la maestra. Resaltar la diferencia entre poema y canción. Que lo diga el corazón o la sonrisa. Lo diga la mirada. O hablen las manos en la caricia. Bésame mucho. Más que los números se enreden. En ese infinito sabor miel de tus labios.

Motivos

Motivos. El hilo conductor de las palabras. La razón que andemos dando versos. Y la lluvia nos moja. El viento arrastra polvo y hojas secas. Y una orquesta toque en la calle de Madero. Motivos el arlequín cuando llora y hace reír con su llanto. El dibujo de corazón con flecha atravesado. Y la sangre sagrada derramada. El fulgor de la luz, motivo para seguir las huellas. Todas las voces. Con todas las palabras. Mas las notas musicales. La espera en una esquina con humo de cigarro. Y en la mesa del café solitario. Las palabras que sostienen esperanza. Unos niños juegan en el parque. El abecedario. Y los primeros textos de los niños..

Los otros motivos del lobo

La música había logrado vestir de civil al animal. Y el arcoiris vehemente, en afán luego de la lluvia, obsequió colores vertidos en su mirada. No pudo descifrar el signo. Esperó paciente la luna llena. Y con aullidos de queja. Reclamos sin fin. Como de muerte bárbara. Dominado el hastío y la nostalgia por un mundo mejor. Doxa. El lobo salió a buscar libertad para el asedio. No del que la debe pague. Al azar. Sin acta a puño y letra u otros datos. Lección de Hobbes. Aprendida en rudimento. Pastosa voz. Mirada febril. Y fuera de jaula. Cartas con poemas. Libros anotados. La furia. Neblina densa. Lluvia pertinaz. El sepia de las fotografías. Anotaciones al margen. El sueño reparador. A la mañana siguiente pudo darse cuenta del nuevo día. Nueva vía. El lobo vistió de traje gris. Y con sonrisa de felicidad por el sueño reparador. Salió a su trabajo de agente de ventas. La rutina de vender sin antifaz. No le acompañó el hermano Francisco.

Guitarra

Guitarra es una y todas. En sus variantes, de madera, forma y color, enamora al verla. Nueva o usada, con la posibilidad y la historia de los sentimientos encontrados. Al azar la nota y el acorde. Y ese rasgueo toca el corazón. En esa serena y esperanzadora serenata. En la que se pide a gritos la aceptación o el perdón, vida de mi vida. A donde vaya iré, si ese es el destino. Por las tardes, ya cuando el sol se aleja. Y el crepúsculo refleja un sentimiento entre paz y monotonía mezcla con hastío. Entonces la guitarra sale al quite para hacerla de musical abrazo. Y aparecen de memoria los primeros cantos aprendidos. Borrachita me voy para la capital. Chancla que tiro. Y en esa soledad siempre estoy acompañado.

Nube

Me quedé pendiente de la nube. Llegó. Y estacionada en lo alto quedó. Por algunas horas. Hizo piruetas. Unas formas especiales como barbas de Dios y conejito. Dejó caer unas lágrimas. Lluvia. Y mientras tanto sonreía. Por eso lo perplejo. Blanca. Luego medio gris. Y el sol le daba de lado. Cuando la leve lluvia pudo formarse a duras penas un esbozo de arcoiris. Mas era nube viajera. Como tda nube que se precie de serlo. O cae en lluvia rotunda. O pasa dejando apenas huellas de imágenes formadas. Por ejemplo la imagen del tiempo. Duda alguna si pesare. Mas siempre fue claro el conejito. 

Miradas

Miramos. Ideas preconcebidas nos enfocan a una linea, figura, dato, color. Y al instante sabemos lo que vemos. Con ese cristal tallamos con conceptos. La palabra nombra. Y con el ritmo decimos movimiento, a semejanza de vida. A veces suponemos que nos miran. Y mesamos el cabello. O miramos de furtivo. A veces dirigimos la mirada hacia un punto y al instante alguien alza la mano en la creencia que les vemos. Y miramos más allá de las narices. Por decirlo de esa manera. Y no nos creen vcuando decimos lo que realmente miramos. No un rostro. Ni corazón o alma. Miramos lo que no seremos. Lo que en ruta del pasado. Como decir ayer por los recuerdos que visten el momento de nostalgia. Y miramos lo que nadie ve. Eso creemos.

Ojo por labio

Enfrentados a un preclaro y suicida ojo por ojo, al fin el perdón condujo a un ojo por labios. En el efecto de mirada por beso. Así las cosas, arreglaron el milenario conflicto. En el que el resultado era todos ciegos en ese egoísmo sin par. Todo fue asunto de probar. Como en el inicio de todo. Olvidar la sentencia, renovar juramentos. Y de la mirada de soslayo se pasó a la mirada de frente. El espejo había adelantado algo en los ensayos. La mirada hizo el efecto pertinente y de respuesta obtuvo el efecto del labio -de los labios- entre verso y beso.

Otras suposiciones

Supongo avenida continua. Doble vía. Peces de pecera. Autos viejos. Una manera distinta de ver los acontecimientos. Una palabra para forja de conciencia en el concepto tiempo. Adulaciones. Supongo juicios. Risas sin control. Y un basta repetido varias ocasiones. Ruido permanente. Mientras se asomaba al reloj para ver la hora. Y registraba con palabras distintas los acontecimientos. Una especie de historia de vida. Ámbar o rojo. Siempre al filo de la tarima para hacer sentir peligro ante el número mil veces ensayado. Habían quedado de verse. Y habían pasado cien años. Los de la canción. Exactamente diferentes. Apenas referencia en la memoria y algunos rasgos. Una historia natural de los sucesos. Supongamos que ha sido vivido el caso. Con un fin para pasar a otro capítulo. Con suposiciones de nacimiento y muerte. Y en ese paréntesis hacer que suceda todo lo narrado. Supongo que has escrito también en la penumbra. Has marcado los dígitos para la respuesta "número roto". Lo sabes

Apenas ahora que recuerdo

Ahora apenas que recuerdo. La pena ingrata a dolor repique. Gana alegría a la derrota, tiempo inerte que bosqueja rutina y aire sin aliento. No es preciso tener el espejo y mirarse. Ni soslayar recuerdos atrofiados. Una luz perpendicular al rostro le ilumina. Sombreando apenas la silueta. Tema que termina. Recuerdo una casa vieja con hogar. Una libélula al vuelo. Un trompo. Unas hojas secas en los libros. Llevar clavel para el ramo era la señal. Insulsa, si no se tiene el rompecabezas todo. Una aguja por ejemplo sirve para tantas cosas. Que de pronto olvida la costura. Los recuerdos se presentan a sí mismos. Para ver si en ellos encontramos la paz tan necesaria. Un rombo, una escuadra. Y los soldados de plomo o de madera. Todavía cantamos, se oye en la radio. Parsimonia por detener el tiempo. Y nada queda de poco en poco. Por eso los recuerdos lanzan flores. Para enamorar en conjunto al tiempo que nos va pidiendo el adiós sin contratiempo.

Otro lunes

En las vueltas de los días otro lunes. Frío y con sol. Inicio de ciclos. Semana ene este caso. La ilusión de vivirlo a plenitud. Con responsabilidad y sonrisas. Están los libros a la mano. Para cuando nos damos el tiempo que necesitan. Y las palabras seducen para dejar por escrito una idea, un sueño, una plegaria. El día tiene sus espacios para las canciones. Aunque sea por lo bajo escapen las notas musicales. En fuga. Un café viene bien. Los buenos días de siempre. Aderezados con el buen sentir del tiempo. Todo tiempo presente es mejor. Porque tenemos vida con salud. Todo tiempo pasado fue el porvenir que se agotó. Y tenemos tiempo aún en este amanecer rotundo del lunes. Una manzana. Una papaya. Leche. Y el reloj sigue su curso.

Se fue el domingo 7

Ahora que duerma se habrá ido el domingo 7. Y tendremos oportunidades de otros domingos. Con los mismos ritos. Así hemos ido sumando días, semanas meses. El infalible tiempo en su fluir nos muestra indiferencia. Por eso anta, vive, sueña. Los anhelos se construyan con visos de viabilidad. Las metas que puedan ser alcanzadas. Al dormir busco sueños. A veces se me dan. Y en otras ocasiones pasan de largo. Dormir es practicar el no estar. Queda allí el cuerpo horizontal. El alma ha de quitarse buen rato. Para descansar también. O recorrer geografías lejanas. En ese trasladarse al instante al pico más alto, la ciudad más lejana, el barrio cualquiera de cualquier pueblo. Y nos lo hace saber a veces. Y aveces no. Soñar es seguir de largo en la conciencia de la vida. El domingo se ha ido. La vida va serena. La madrugada es propia para la serenata. Alumbra luna la vastedad. Mientras tanto.

Se está yendo el domingo que llegó

Se han ido mañana y tarde de este domingo. Previsible y normal. Así de simple. La diferencia es cómo asumimos el día desde el amanecer, cuando despunta el crepúsculo. Conciencia y palabras. Sabemos que el día se irá. Y nos encontramos en él, displicentes. Este se está yendo con fortuna  de sonrisas y pláticas. El disfrutar el paso de las horas en paz. Un pájaro carpintero durmió la tarde luego de enfrentarse al tronco con su pico. Una mariposa quedó prendida a una flor. Las avispas siguieron su rutina. Quiero miel para el café. Corté una sola naranja entre las miles solo para saber lo que se siente. El domingo se está yendo. A eso vino. Y ha entrado la noche para dar la bienvenida a los grillos. Un búho se acerca cada noche y canta. Mientras tanto pan con café.

Ha llegado el domingo que se va

Ha llegado el domingo que se va. Mañana, tarde y noche de un día esperanzador. Fresco. Con sol. Y cafetero. Para hacer fiesta de palabras, hojear libros, escuchar música, arreglar algo en casa. Para mirar el cielo, dar gracias y escribir historias. Uno espejea el tiempo. Mira en retrovisor y alucine por el camino. Uno se traslada en domingo a otros tiempos de pasado y futuro. Y el presente es el que se impone. Con señales de dictadura. Hoy es el tiempo del estar. Saboreamos café. Decimos buenos días. Nos asomamos a la calle. Y pintamos el día de color esperanza. Un domingo para decirnos al corazón palabras de ensueño. Atentos a lo cortés. Esos árboles acompañan. Un perro olfatea la mañana. El domingo se va. Aprovecha el instante. Zurzo. Acometo los minutos. Tomo café. Tomo palabras. Buen día.

Volar

Miro absorto el volar de las aves. En esa dinámica de su cuerpo en cámara lenta de vídeo. El portento del batir de alas. Esa sincronía de desplazamiento apoyadas en la densidad del aire. Ese volar, sueño dorado del hombre. En los intentos míticos de Ícaro con alas de cartón cera. Y acercarse al sol para caer a causa de la cera derretida. Miro las aves volar. Soñemos y viajemos. Y conquistemos el alto y poderoso Everest; el Fuji con palabras. Se derrite el corazón de hielo. Polvo el corazón de roca. Con esa conjunción de palabras. Miro el volar de las aves. Van con ellas mi pensamiento. Mi batir de palabras.

Ojo de agua

Por si se necesita siempre hay un ojo de agua en el camino. Cualquier camino. Agua limpia, transparente, como la poesía. A donde he acudido cuando la sed de juicio y justicia. Agua para beber de paz, amistad y amor. En ese ojo se reflejan rostros como máscaras de sí mismos. Acuden todos. De pronto nace una sed insoportable a causa del orgullo e indiferencia. A veces para saber del futuro se tira una piedra o moneda por deseos de encantamiento. Y al conjuro desaparecen moneda y piedra. Yo paso por ahí. Y a veces me acomodo en su orilla para ver el cielo reflejado con sus nubes blancas o negras. Y bebo de este ojo de gua. Transparencia y salobre. Entonces me digo: que nunca bebería de esta agua. Más la necesidad. Mas la necedad.

Ojo de aguja

Tenía que poner un botón a la camisa.  Tenía lo necesario. Lo cual así debe ser. Y me enfrenté al ojo de aguja. La dificultad de hacer entrar una punta de hilo a su través. Y anduve varios minutos haciendo el intento. No quería abandonar la empresa que parece fácil. Y ha sido de lo más difícil. Para mi imposible. Fallo tras fallo. A veces parecía estar cerca. Y volvía a jalar la punta estando fuera de la ruta. Fuera del ojo. Y pasaron minutos, horas, días, semanas. En ese lapso pedí ayuda a las vecinas y vecinos. Hicieron todos los intentos posibles. Yo mientras tanto analicé otras posibilidades de lograr pasar esa dichosa punta de hilo. Y nada. Eso sí. Gané en experiencia en no poder hacerlo. Entonces me dije. No hay mal que por bien no venga. Esta práctica me hará posible ahora pasar el camello por ese bendito ojo de aguja.

Avístame

La distancia es relativa. Se puede estar cerca o lejos. Lo importante es la cercanía del aprecio. Por eso avístame. Desde cualquier ángulo. En el alto umbral de la soledad. La que se impone o nos imponen. Cuando las llamas del fuego andan a la deriva. Y todo parece ser eterno. Donde nos consumimos cada instante. Avístame. Atrae con la mirada esta iniciativa. A la espera que no seas indiferente. Somos apenas gotas de un océano. Somos silogismos que se necesitan para la lógica humana. Somos ese delirio cósmico de la vida. La distancia es relativa. Mantén el corazón disponible. La vida es una sola. Cuando ya no estemos no volveremos a estar.  Avístame.

Canciones de mi memoria

1.- Nube gris (Fa); 2.- Señora de Juan Fernández (Re); 3.-Cristo de Palacaguina (la menor); 4.- Paloma querida (Re); 5.- Mi árbol y yo (Sol); 6.- Ella (La); 7.- Borrachita (Mi); 8.- Soneto a mamá (mi menor); 9.- La fiesta (Fa); 10.- Échame a mí la culpa (La); 11.- Sabor a mi (La); 12.- La mentira (La); 13.- Ay, cómo sufro (re menor); 14.- El andariego; 15.- Llamarada (la menor); 16.- Salud, dinero y amor (la menor); 17.- Voy a brindar por ti; 18.- Ha ppy birhday; 19.- Quién eres tú; 20.- El viajecito; 21.- Matilde Lina; 22.- Mi Matamoros querido; 23.- Rosa Valencia; 24.- Gracias; 25.- Amor imposible; 26.- La rondalla (la menor); 27.- El cuerudo tamaulipeco; 28.- Mercado de Villahermosa; 29.- Veracruz; 30.- La barca de oro; 31.- Mujer ladina; 32.- La chancla; 33.- Piel de ángel; 34.- Te vas ángel mío; 35.-La última canción; 36.- Piel canela; 37.- Amada amante; 38.- El gato en la oscuridad; 39.- Ambición; 40.- Señora; 41.- Las pequeñas cosas; 42.- Debut y despedida; 43.- Cariño; 44.- Tre

Morfeo me llama

Morfeo me llama con desesperación. Porque escucho el canto de las sirenas. Y yo me tiraría al venturoso mar por la emoción. Para eso debo dormir, para soñar. Me llama con fuerza Morfeo. Y es para dormir. Allí debo aprovechar y soñar. Y escuchar ese murmullo del mar con su canto especial. Y yo que me había amarrado al mástil para no caer. En ese ensueño tibio. Para caer. Mas ahora he de soñar.

Balance en paz

Balance de Aamado Nervo, en paz. Porque en cualquier momento suceda. Uno también debe hacer el balance. Por si las dudas. Me has dado vida. La esperanza y fe. De un destino mejor. Y hago mi parte. Según yo. Me detengo a mirar los balcones. Y trato de atrapar un haz de luz en mi habitación. La luz que entra por las rendijas. Me ha dado la vida el amor. Sin buscarlo. El amor a la libélula. A la nube. Al carbón. Al pájaro y grillo cantor. Y la salud se defiende contra el frío y el calor. A veces me pongo a pensar. Lo que somos gracias a la respiración. Y al latir del corazón. Que la rosa encendida mueve como si fuera otro son. Más rápido. Y es el temor. En paz con los ingresos y egresos. De ideas refiero. Lo que se alcanza a comprender y lo que no.

Se nos acaba el tiempo

Como en el partido de fútbol. Cuando se va llegando al minuto 85. Se nos acaba el tiempo para los reglamentarios 90. Para el triunfo, empate o derrota. A ver si por regla corresponden minutos extras. A lo mejor sí, o no, Lo mejor es disfrutar el juego. Lo mejor es disfrutar la vida. Porque tarde que temprano, se nos acaba el juego. Game over.

El olor de los libros

Amo profundamente el olor a papel y tinta de los libros. Me han hecho. Me han motivado. Me han dirigido. He abrevado en sus páginas. No he leído un e book. No sé si pueda ser lo mismo. No tengo manera de comprobarlo. Solo que los libros de papel me emocionan. Son más que objetos de culto. Son los hacederos de la humanidad. Aquel que lo duda seguro lanzará una piedra desde la caverna.