Apenas ahora que recuerdo

Ahora apenas que recuerdo. La pena ingrata a dolor repique. Gana alegría a la derrota, tiempo inerte que bosqueja rutina y aire sin aliento. No es preciso tener el espejo y mirarse. Ni soslayar recuerdos atrofiados. Una luz perpendicular al rostro le ilumina. Sombreando apenas la silueta. Tema que termina. Recuerdo una casa vieja con hogar. Una libélula al vuelo. Un trompo. Unas hojas secas en los libros. Llevar clavel para el ramo era la señal. Insulsa, si no se tiene el rompecabezas todo. Una aguja por ejemplo sirve para tantas cosas. Que de pronto olvida la costura. Los recuerdos se presentan a sí mismos. Para ver si en ellos encontramos la paz tan necesaria. Un rombo, una escuadra. Y los soldados de plomo o de madera. Todavía cantamos, se oye en la radio. Parsimonia por detener el tiempo. Y nada queda de poco en poco. Por eso los recuerdos lanzan flores. Para enamorar en conjunto al tiempo que nos va pidiendo el adiós sin contratiempo.

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