Caminar

Pasos sin rumbo son buen ejercicio. A un lado el panteón y la iglesia. Rostros atribulados condescienden en la tierra con la mirada al cielo. Los pasos de un López, un tal López  entran y salen de la cantina, de la peluquería, del restaurant de ostiones, del mitin en partido político, de la huerta de naranjas, de la confitería. Los pasos siguen sin rumbo definido en el intento de encontrar lo nunca antes visto.
El hombre sigue sus pasos tras de la muchedumbre que se dirige a ninguna parte.
Un ruiseñor canta. 

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