Qué joder, y ya llegando
Doña Praxedia era de Jonuta. En tiempos del gobierno de Tomás Garrido Canabal estaba prohibida la producción, venta y consumo de licor. Garrido era inflexible en eso. Había muchos clandestinos que desafiaban el poder del gobierno estatal, y Doña Praxedia era una de ellas. Se surtía con Don Cheo en Emiliano Zapata. El viaje de ida y vuelta era en cayuco por el río Usumacinta. Esos cayucos tenían su panza que daba hacia abajo, donde escondían la mercancía prohibida.
Muchos años le resultó. Había quienes les avisaba cuando había revisiones. Y a veces les revisaban y no encontraban nada. Pero la gente del gobierno de Garrido sospechaba: había licor en venta en Jonuta; Doña Praxedia hacia viajes a Zapata. Hasta que una ocasión detienen el cayuco. Le revisan y al fin dan con la barriga en el fondo del cayuco. Y sacan el licor. De allí la famosa expresión de “que joder, y ya llegando”. Y junto a ella, su distribuidor, amigo y cómplice, que a veces la acompañaba con la expresión que completa la anterior, atribuida a Cheo Bernat: “y tan bien que íbamos.
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