Frontera

Luces de neón y marcas de grillete en los tobillos. Bolsos vacíos, sonrisas como muecas, palabras como maldición. Atrás la historia personal de abandono de escuela, rezos, sequías y penurias. A pecho abierto recibieron la bienvenida con estruendos secos de pólvora y plomo. Desde lejos le acompañaban las risas y esperanzas de sus hijos y padres. En la cartera unas palabras y fotografías del santo de las causas difíciles, una carta húmeda por las lágrimas. El rostro de su mujer e hijos.
No hubo camino de regreso. A lo lejos acampa la ira, el enojo, el desprecio.

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