Matadero 2

Larga fila de aspirantes a verdugo en la sala de espera para la prueba final. Nada nuevo. Un profesionista diplomado en aprovechamiento y valores  da la orden de horca y guillotina mientras sonríe para la fotografía. Una imagen dice más que mil palabras. Salta la cabeza de  izquierda a derecha cuando iba para atrás. Ninguna duda en mis certezas, dice el ciego al tuerto mientras en la sala de espera hacen planes para tomar el lugar del verdugo. Aún no cierran el telón cuando la gente con asqueada empieza a salir del teatro sin darse cuenta que es la puerta al escenario.  No hay memoria en el reino del olvido (y de la indiferencia).

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