Para Javier Sicilia

Por la vez última. Por la indiferencia a la contaminación del lago. Por haber escrito esquizofrenia y por la muerte del gato. Perdón por la voz desafinada. Por romper el pacto de agresión. Perdón por mirar sólo las estrellas y no fijarme en la piedra. Perdón por la honda, por la bofetada, por el vaso roto. Perdón por el color púrpura en el pelo. Por las botas de vaquero. Por los ojos puestos en la hondonada. Por la estampita en la chinampa. Por haber roto el espinazo del pez. Por la lotería ganada. Por el boleto perdido. Por lo no aprendido, por lo sabido, por la ganzúa que no abre las puertas del cielo ni las del infinero. Por la quemada del cigarro. Por haber desconectado el teléfono. Por no haberte esperado cuando andabas con las hadas. Por la palabra mal dicha, por la escrita sin razón. Porque intentamos todo. Porque no sirvió callar ni gritar a todo pulmón. Porque los dejamos libres, sin rienda ni freno . Por creer de manera ciega en los salmos. Por no creer de manera ciega en las plegarias. Porque sacamos los ojos a los cuervos.
No me conformo con el texto. Tomo una piedra y me doy de golpes. Brota la sangre y no siento nada. es como si le pegara a la montaña, o como si le diera golpes al silencio. Ni el eco responde. No hay salvación ni condena.

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