Tarde o temprano

Tarde o temprano,  nombró a su negocio de cajas funerarias. Alegórico, directo, filosófico. Por si las dudas separó el mejor ataúd para sí mismo. Y para cada uno de sus familiares.
El hombre creativo fundó también una farmacia. Y como era escritor de ocurrencias, concibió una Oda a la enfermedad, como su estado feliz de negociante. Y escribió el libro Cómo ser rico con veinte enfermedades.
Absorto creo una armería, a la que nombró En defensa propia o ajena. Y ni tardo ni perezoso en estado de ensoñación imaginaba asaltos, guerras, enfermedades y defunciones. Negocio redondo y total.
Sus lecturas favoritas eran la nota roja, las guerras e invasiones. Feliz, ahíto, pleno, su sonrisa jamás le abandonaba mientras las cuentas en el banco se incrementaban
No vivió para contarlo. Más tarde que temprano.

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