Temores

El ego se desplaza justo en la parte más necesitada de uno mismo. Y nada como pez en agua. El ego dicta conferencias sobre superioridad y estima propia . Hace bien, porque si no todo se pierde en el balance de la tarde. Temor. Al infinito porque al estar todo en la palabra, la nada es apenas vislumbre de destinos personales. Temor a vagar gris por carretera sin ruta ni destino. Dame té de manzanilla para calmar dolores digestivos. Este exceso de vivir en la trastienda. Esta mirada de posarse sin desvelo ni prisa. Dame té, amor. Por demasiada medicina sólo nos miramos de soslayo. Temor a tener el té en la mano y estar en el andén -no en jardín- esperando un tren que viene. Y no hay andén, ni tren. (Corregir)

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