Dadme una palabra

Dadme una palabra. Sí. Una que detone la risa. Es necesaria para transitar mejor por el camino. La vida ha sido un cúmulo de situaciones. Entreverados por las circunstancias. Y en todas ellas van nuestras emociones y sensaciones. Una sonrisa, por ejemplo, o guiño. Muy distinto al olvido. Un poema distinto a la nota roja. Siembra una semilla. Y dad el toque de la música. El ritmo que libera. Hoy, por ejemplo, es domingo. Hay quietud y paz. Las voces de la calle son señales de vida.. Hoy es domingo y cumplo mis deberes de descanso. Y ensayo el tema de Lara-Zhivago. Y la repito hasta el cansancio. O El Padrino. Y río solo. Luego pongo música. Saboreo café. Y me levanto y regreso a este espacio. Zona de confort. Enciendo un cigarrillo (esto no, solo por la imagen). Es domingo y siento plenitud en la calma. Dadme la palabra. O mientras tanto guárdala en tu pensamiento. Abrázala. Las palabras son la razón de la existencia. Y las risas lo son también.

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