Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2017

Deja esconderme

Deja esconderme. No encuentro el poema de la página doblada. Lo he extraviado. Y no sé decir palabras sin apunte o acordeón. Mi plumaje es cenizo. Y necesito un escondrijo. Para reparar mis alas de papel. Deja. Limeña. No hay canción que se asemeje. A lo que mi corazón quisiera. Declamar en la pantalla. Por lo general. Tomo la guitarra. Y busco una canción. Con sus acordes. Y la canto. Con el corazón en la garganta. Y aparecen las imágenes de antier. Ayer apenas nos encontramos. Cabalgamos por el campo. Sin bailar el vals que amerita la ocasión. Busco los apuntes en la bolsa. Ya tenía avanzada la vida. En unos cuantos versos. Y de pronto el amanecer. Me indica que la vida. La acabamos de tener. Deja esconderme. Para de nuevo aparecer.

Este sàbado

Este sábado es tuyo, en tiempo y forma. En el encuentro con uno mismo. Como acercarte al libro, a la naturaleza, a las nubes. Y volar. exactamente volar. Y no como las aves. esa imagen es gastada. Si no como el ser humano lo hace. proyectando futuro. Visionando lo que sigue. desprovisto de ataduras, de anclas, de resentimientos. Este sábado, como todos. Como todos los días. Inmerso en los segundos del tiempo. Donde somos apenas efímeros. Volátiles. Esta sábado proyecta esa sonrisa. esa voz. Ese mirar arrobado lo que te rodea. Y sorprenderte como la primera vez de todo. Como si vieras todo por primera vez. No hay vuelta de hoja. La oportunidad única. No la dejes escapar. la vida. la poderosa y magnífica vida. Whitman. Poe. Poesía. Pound. Punto

Ahora ya tarde

Ahora ya tarde rememoro el día. Como hacerlo con la vida misma. En destino con desatino. la crónica del día incluye cuidado de perro. Y comida con lentejas. Un libro por comprar. recordando al ya próximo Nobel de literatura. por si le atino. La madrugada del primer jueves de octubre de 2010 soñé que era Vargas Llosa el agraciado. Y en la mañana la noticia. Lo mismo en premonición me sucedió con Darío Fo. Me gustó antes en el 97 Darío para ser el nuevo estrella de literatura . Por su romanticismo ácido de careta. En la calle. Bufón de cinco estrellas.

Solitario

Juega al solitario. Sin hacer trampa hace sus jugadas, y avanza en el trinar del pájaro de jaula. Y sonríe ante el espejo. para alegrarse acompañado. Sabe de rutas de escape. mas no escapa. Se sabe acompañado en esa soledad sin quejumbre. Juega. Escucha en la radio que ha muerto Hugh Hefner. Y recuerda esas miradas detenida en el cromo de Miss febrero. Solo. Y encuentra razón de ser en la lectura. le extrañan las ranas en el coro al pie de la ventana. La lluvia las ha hecho salir y croar. Y el se asoma a lo oscuro por la ventana. Y juega al vacío. Donde nadie nada. Nunca. La historia repetida se ocupa de las generaciones. Sin huella ni pretextos. Acaso solo el tema playboy ocupó la mañana. Y afuera el sol parduzco. Tímido. Día de los enunciados y las oraciones.

Sobre todo

Sobre todo, la espina es necesaria para la rosa. El hecho para sostener la ficción. Y el hombre, ah. Peces muertos flotan en el río. Sobre todo la canción interna para las personas sordas. El tam tam del corazón. Y la risa para el equilibrio del cuerpo. En esa pesadez que se acostumbra. El eco. Las ondas circulares. La fruta madura en el árbol. Y la que está en el suelo. Aquellos niños brincan en el parque. Y la esperanza está muy sana, Sobre todo. Las noticias nos avisan. Y el hombre. Ah. Prueba nuclear en los océanos. La lluvia ácida. Tarjeta de plástico. Las niñas juegan a la ronda. Y comidita. Las muñecas casi hablan y lloran. Para la luna en lo alto la oscuridad es necesaria. Aunque el pozo la refleja de día. Cantan en el cementerio, Viernes. Se está yendo  la semana. Albricias, la vida se renueva. Sobre todo.

La pluma

He comprado una pluma. Lo sé. Adorno de camisa. Color negra en su presentación. Y tinta negra también. Las pierdo. Cuando me la piden prestada para rellenar documento en una oficina de gobierno o en el banco. Y la doy con la intención de no olvidar que me la van a regresar. E irremediablemente la olvido. Lindas plumas. En la nostalgia. Ojalá me dure esta. O cuando menos justifique en textos a mano. Si al caso. Porque me acostumbré a escribir en las viejas máquina Remington u Olivetti. Me fui y volví sin olvidar de cantar. He comprado una pluma. Y espero escribir en manuscrito. Sobre los pájaros en vuelo. Sobre la luna que baja a tomar en el pozo de agua. Sobre la alfombra mágica. He tenido otras plumas. Y se han perdido en la ruta del no me acuerdo. Ahora, con permiso, escribiré. La dicha de tener una pluma. Que te guste. Y te guste escribir. Para darle vuelo a la hilacha. Y compromiso.

Anoche me mantuve efímero

Anoche me mantuve efímero. Volcán apagado. Trizas. Volátil. Escuchaba moscardones. Zumbidos atroces metido en el oído. Efímero es saberse fluido en la salida. Líquido constante en el devenir del tiempo. Un globo se revienta. Una pompa de jabón. Y así anduve por horas. Manteniendo lo efímero en búsqueda de palabras.  Que se escapan burlonas. Atrapaba un sueño. En sueños. Y este desaparecía como por arte de magia. O tenía ante mí un pájaro que disertaba discursos aprendidos en otro idioma. Anoche tuve sueño de vuelo. Y a punto que las alas de cera desaparecieran en lo alto, desperté pájaro. Y aquí ando. Alas rotas.

Acaricio las palabras

Somos en las palabras. En los conceptos. Espina y rosas. Vino para celebrar. En estructura lógica de ellas. Un hombre. Un hombre que escribe. Que escribe y lee. Sueña el prodigioso mar. Combinaciones con significado de contexto. A punto de amanecer. Vislumbro la luz. La humedad se levanta del sueño de la noche. Acaricio las palabras. Circulan señoriales. Me rodean. Me definen. Y deslumbran. Si escribo flor. Es porqué olí su perfume. O pájaro escribo. Y tengo en mí su canto. Somos las palabras. Somos las imágenes. Colibrí en movimiento. Las palabras. Semillas que germinan. Árbol del pensamiento.

Amo el camino

Amo el camino. Que me lleva. Sin meta ni destino. A la humedad del rocío en la flor. Llueve esta medianoche. Oigo a Nicky Parrot. Jazz que da calor con el vino dulzón imaginado. Y vierto oración en palabras para una ocasión en que lo efímero es lo real. Palomas mojadas al vuelo. Y té o café. Para no dormir en el desvelo. El camino es una ruta del pensamiento. Aún aquí. Amar el camino es una declaración de vida. El elevador al cielo se ha atascado. Y quedamos varados en limbo de deliberaciones. Razonables unas. Traed el libro de la vida. Y constatar que viene sin instrucciones.

Hay acuerdo

Uno es la luna. La confluencia de miradas. Coincidir en esa noche clara de luceros y estrellada. Es un decir. Se ha nublado. En ese mirar el horizonte. Se va el sol. Regresa en la mañana acompañado del rocío. Gira este módulo terrenal. Y el viento mueve los cabellos. Y en aquella estación de tren. Se ha marchado. Acuerdos en el salto absoluto. Para quedar por sobre centímetros sobre la alfombra de pasto de la infancia. Ese constante reír sin motivo. Como bobos. Ha caído la manzana. Y el té es bueno para el dolor. Acuerdo sobre el libro de la vida y muerte. Y con algo de suerte. La alegría del vivir y llevar la música por dentro.

No hay acuerdo

Llegamos a un punto donde no hay acuerdo. Esos discos sí, esos no. Y ella lo contrario. Las frutas, yo con duraznos e higos. Eso no, ordenó. Los gatos. Perros, repliqué. No hubo acuerdo. Yo volaba entre las nubes. Y me subía a la alfombra mágica. Loco, dijo, agregando de remate.
Para ese pan hay una boca que espera. Para esa guitarra unas manos. Para ese corazón, este corazón. La vida es simple y sencilla. Para esa agua transparente, mi sed. Para ese árbol, el futuro de papel, durmiente, silla o casa. Para ese plan una acción inmediata. Para esas notas musicales un pájaro en su vuelo. Una voz. Para esa luna la mirada. Y una sensación de ser siempre yo. El cercano prójimo. La amistad es un sueño fraterno que se vive. En el día a día. Aún en la distancia de lugar, modo o tiempo.

Vamos a caminar

Vamos a caminar. Hay vida y esperanza. Los últimos o primeros no hacen diferencia. No es competir para ganar. Es para movernos en la vida. Para encontrarnos de frente con el viento. Para llenarnos de olor de otoño o primavera. Vamos a caminar. La música en el alma va con nosotros. La sonrisa es por la vida y en ella la belleza. De lo sencillo. De los colores y formas. Nada detenga los pasos. Las huellas son de vivos. Que no siguen animales para caza. Que saben que la vida es movimiento y es única. Itaca es una metáfora. Reverberante para coincidir en el camino. Los versos van con el ritmo y la música de la vida. Vamos a caminar. En movimiento el cementerio queda lejos.

A pesar de todo

El puño se levanta a pesar de todo. Y la mirada se sostiene en alto. Sin cambiar de acera. Sin decidir pasar por algunos lugares. El avestruz se cansó de estar escondiendo la cabeza. Y el hombre de permanecer hincado o agachado. Necesitamos hacer una revolución dentro de uno mismo. Para ser solidarios con los otros. De uno en uno. Advertidos del único tiempo. A pesar de los engaños y desengaños. De los tantos desencantos y derrotas. Cada uno con precisa lección para seguir. Que la vida no es un lecho de rosas. Y construirnos en temple. Con aquellas historias de héroes anónimos. Que iniciaban en las tardes con había una vez. Era la palabra un encanto. Lo es. A pesar de las circunstancias. La cita con la dicha es hoy. A pesar de todo. De la indiferencia. De los conos invertidos. Vamos hacer fiesta con los sueños. Remolino de recuerdos. Al pasar por el pesar, que el resorte interno nos aviente a la orilla de la playa. Donde encuentres -albricias- tu botella botella al mar lanzada por algu

El camino es amplio

Hemos de encontrarnos donde el camino es amplio. O la calle permite cambiar de acera. Y cambiarás la mirada para no mirar el rayo tenue de mis ojos. El camino es amplio. Están los girasoles. El bambú. Los símbolos de paz y esperanza. Radiante el sol en su diario trajinar. Y la sombra que nos cobijó por años generosa. Hemos de encontrarnos el próximo mes o la próxima centuria. Lee. Y sueña. La vida sigue siendo el mismo misterio desde el origen. Los abuelos no pensaban lo mismo. Para ellos la vida era nacimiento. Trabajo. Reproducción. Muerte. Y nos dejaron aquellos árboles. Un pozo de agua, profundo. Y unos papeles viejos donde se escribió su historia. Y ahora queda la vaguedad de su rostro. Solo por un tiempo breve. Si hemos de encontrarnos. Hemos de dar dato y seña. Huellas dactilares, de pupila y labios. Para reconocernos. El camino es amplio. Vagas referencia tengo de rostros ahora ya casi olvidados.

Si

Si empiezas el día con un aromático café, o té, lo empiezas bien. O con minutos de rélax en ejercicio y buena respiración. Si lo empiezas con una oración o escribes un texto que alguien te dicta, pero que no lo ves ni escuchas. Si lees de lo que te gusta.  Bien. Los sucesos del día son impredecibles. Preciso por eso asomarse a las cosas sencillas de la vida. Antes de asomarte por al ventana asómate a tí mismo. O asómate por la ventana como si lo hicieras hacia tu interior. Si empiezas la vida con un buenos días. O diciéndote que ser feliz es la mejor ocasión. Si no recibes cartas, manda diez. Y no esperes respuesta. El pie izquierdo o derecho al levantarte es lo de menos. El gato negro al cruzarse frente a ti no tiene culpa de su color. Lo que sucede ha de suceder. Lo que viene también va.

Si me recuerdas

Si me recuerdas, vos sabras el encanto de la dicha. Entrecerrar los ojos. Y sentir en el silencio que nos circunda, el eco de nuestras palabras.  Si es mañana o ayer el recuerdo. Si son oscuridad o luces. Luciérnagas. Si me recuerdas tendrás en ti los colores del pasado con un brillo especial. Y te dictarán palabras en el día a día. En ese reconocer de alegrías pasadas que ya no vuelven. Solo el recuerdo nos hace concluir que el pasado fue bueno. Aunque mejor es el instante que se vive. Aunque este sea distinto. Si me recuerdas busca el olvido en la memoria. Es el polvo al final de todo nuestro destino.

Ha llovido

Ha llovido. La humedad se escapó del cuento. Y quedó en todos. Como uno mismo. Limpias las hojas verdes. Limpios los techos de las casas. Cantamos solidarios y entusiastas. Lluvia como sueños de mar. Como dilucidación de nubes.  Por donde andemos. Ha llovido y buscamos peces para encontrar palabras. Y miramos corrientes de río, y de calle. Por donde van en viaje peces muertos y hojas secas hacia su destino final. Ha llovido y tenemos pan y café. Dichosos. Los libros y sentimientos a salvo. Porque es verdad que cantamos bajo la lluvia. Salobre el agua de lluvia que baja por mi rostro.

Ha temblado

Ha temblado. Hay escombros. Hay cadáveres. Llanto sordo. Gritos desesperados. Miedo escondido en el silencio y los ojos bien abiertos. Como hormigas las personas se mueven. Unos con ruta para ayudar. otros sin ruta ni destino, deambulando.Las mariposas vuelan. Los pájaros cantan. Hay polvo en los ojos. Hay solidaridad. Mano con mano.  La pregunta dónde ayudo. La respuesta no viene. las intenciones y la acción sí. La que cocina. La que lleva víveres. El que ofrece un camión de transporte. La maestra que reparte crayolas y hojas a los niños. Vimos vídeos de derrumbe de edificios. Personas dentro. Corren todos a buscar lugar seguro. Pesadumbre. El dolor por nuestros muertos. La pesadumbre por lo incierto. Los amigos donde están. Un ciego canta al final de la calle. Sabe lo que sucede. Precisamente por eso canta.

Tiembla

Esa vanidad. De no sé. De anidar quizá en las revistas del corazón. Indiferencia ante lo que sucede. Tiembla. Temblamos. Ante una espera de no saber nada de lo que sigue. Y esperar lo que sigue como lo mejor por pasarnos en la vida. Esa vanidad de sentirse volar entre los escombros. Ese miedo de no amar sin seguro de vida. Emociones ante la canción de moda. Y esperar el siguiente calendario. Cumpleaños. Navidad. La vida sucede en cascada con cámara lenta. Irreversible. Por eso canta. Canta y no llores. Aquí desde la radio. Asomado por el orificio que da a la calle. Desde el pequeño orificio por donde se cuela un rayo de esperanza. Un cálido abrazo.

Me voy

Me voy porque me tengo que ir. De domingo a domingo. Mientras tanto hago aerobics. Me siento bajo la sombra de un árbol. Suspiro. El tiempo se nos va. Como la arena del reloj, que se va de a poco. Me voy sin despedidas. Ya me he despedido desde antes. Desde mucho. 57 ciclos. Tomo café. Hojeo libros. Acaricio palabras que resuenan dentro de mí con fuerza. Me voy de domingo en domingo. De semana en semana. Acopio sueños y recuerdos. Escucho canciones. Consejos. Recomendaciones. Y me echo clavado en los sueños. Es cierto. Me voy. Mi tiempo se acomoda en laberinto. Y va encontrando poco a poco, de cierto, mi salida. Si caben nostalgias, he de extrañar el aire, la humedad, el fuego, los guiños. Las palabras leales y los abrazos de amigos francos.

No se preocupaba

No se preocupaba cuando perdía las cosas. Que a veces eran los lentes. Un lapicero. O los relojes. Los encontraba con suma  facilidad en los sueños. Solo que cuando perdió la felicidad y el camino de regreso a la infancia nunca al soñar pudo encontrarlos.

Por si fuera poco

Me lanzo a mis sueños. Me duermo. Donde soy rey soberano.

Supongamos

Supongamos que estoy alegre. O triste. Que la vida me importa. Por lo bella. Y Coltrone corta de tajo toda bruma. Anoche fueron las señales. El pájaro carpintero estaba. Y desaparecieron a una muchacha. Fue nuestra culpa. Entre omisión e indiferencia. Y no estábamos para susurrarles basta. Supongamos que estoy triste. En verdad lo actúo. Y paso al recinto memorial. Donde habito desde el futuro. Me tienes dentro libros. Y movemos el aire como si fueran palabras. Ninguna mercenaria. Letras para habitar el mundo.
Por si fuera poco, y no lo es; mi historia siempre ocurre del revés. A esta hora escucho música, en lugar de irme a dormir. Y cuando tomo agua simple me emborracho de tanta transparencia.

Ganas de escribirte

 El olvido es una planta de crecimiento lento. Y se cultiva en invierno. Sin ganas de escribir utilizo mi tiempo en algo productivo. Hago limonada, por ejemplo. O quito la hierba que rodea a las patatas. Y cuando escribo entonces vienen en cascada recuerdos. Que se atraviesan como vendedores de felicidad.

Mi patria

Mi patria son los recuerdos. El polvo de los caminos. Sus altas frondas. Las cartas escritas por el migrante y enviadas a destinataria en su pequeño pueblo. El mismo que canta "si muero lejos de ti".  Son las sonrisas del que está en el suelo y se levanta. El abuelo tocando en solitario la armónica. La espina del nopal con su tuna. Y esos sonidos de cuerno para el aviso que algo pasa. Es el timbre postal del héroe anónimo que se guarda. El viejo retrato guardado en la cartera. Mi patria es la palabra en el idioma que abrevo desde hace años. Y me hace ser quien soy. Mi patria es el mercado, sus pregones y colores. Y esa lágrima furtiva que se escapa en su vuelo de nostalgia. Más que mi país, mi patria es pulcra y simple. Y es solo una.

Mientras tanto

Mientras tanto el corazón. La tarde gris como pintando nostalgia. El eco de canciones de otros tiempos. Música para sanar. Mientras tanto. Y percusión que rebate a tormento. Con sonrisas por supuesto. de qué otro modo. Mas si acaso la nostalgia se apodera, entonces banderilla como torero cruel. Y el poema triunfante abate la saudade toda. Mientras tanto el corazón recrea. Y rítmico reconoce pareceres. Es normal lo que sucede porque las palabras dedican juegos a la vida. Y te van nombrando por donde pasas. Mientras tanto la vida nos sucede. Y volteamos a ver que pasa alrededor de uno mismo. Un anciano parecido a mí, instalado en el futuro mira el espejo retrovisor y me saluda.

Instrucciones

Amen, escriban, quieran, vuelen. Aprovechen la vida. La única, según lo que se sabe. Amen hasta rejuvenecerse: escriban hasta que salgan lágrimas y sangre; quieran hasta que no quede ser vivo sin querer; vuelen, pero antes constrúyanse alas. Estas sirven para mirar desde altos puntos de vista. y recrearse en las alturas. Beban. Embriáguense de latitud oeste en palabras. Y vuelos de mariposa monarca. La vida es corta. El tiempo de nuestro paso, breve. Sorban belleza por todos los sentidos. El elixir de la vida. Luz de maravilla. Y sombra, en el amor, aluzada.

Disfraces

Cuando se buscan disfraces para vivir algo anda mal. Uno de los más demandados es el disfraz de dinero. Sin ellos muchas personas no pueden vivir. Por eso es preciso advertir. Aunque sea con señal de humo. El dinero ayuda. El disfraz no.

Brilla el sol

Este miércoles brilla el sol amaneciendo. Algunas nubes negra a lo lejos presagian frescor y dicha. En las personas la sonrisa y las buenas palabras son su brillo. La felicidad radica en los instantes. El sol ayuda. Mas también en los días grises u oscuros, Así como en las noches sin luna las luciérnagas resplandecen. Así las personas de bien.

Yo levanto la mano

En disponibilidad permanente, yo levanto la mano. Para liberarnos. De las prisas y ese afán desmedido por tener más cosas.  Cosificado el hombre. Inmerso en afanes contrarios a su dicha. Dame el libro de pasta rosa.  Para iniciar el camino del no retorno. Quemar las naves es preciso. me sé esa historia. Dejad de lado las excusas. De ocupado. De hoy no puedo. Es preciso dejar constancia. De esta disponibilidad que no se agota en el entusiasmo. El reloj marca las horas en números romanos. En disponibilidad para encontrarnos. De ese lado del Jordán. O en algunos de los círculos de Dante. Al fin literatura. Yo levanto la mano. Para ir al frente contra el odio y la avaricia. Aquí. Desde este lugar luminoso. Donde los cuerdos han callado desde siempre.

A ti

A ti, gracias por la lluvia. Por este frescor que nos hace sentir bien. Por esa manera de mostrarnos tu generosidad y grandeza. Por el amor que nos circunda y los buenos deseos. Por este café impresionante en su olor y sabor. Gracias por darnos la oportunidad de estar y otro tiempo más. Por el ruido de los motores, y el laberinto de flujos de las computadoras, muestra de la inteligencia que nos has dado. Por el pez en el agua. Por las palabras que vuelan como mariposas hacia la flor. Por lo que desconozco, que es mucho, demasiado. Y por los motivos para la sonrisa. Por las notas musicales. Por la granada y el durazno. Por el libro. Y la pinza. Por mi cruz. Tormento en laberinto. Por el ajedrez. Por la esperanza. Los anhelos. La utopía. Por el exceso de confianza. Gracias. A ti.

Diálogo

-Tú que miras, ´dime lo que ves. -Miro colores y formas. Miro los árboles movidos por el viento. Hombres y mujeres en su prisa. Desfiles de moda. Miro niños jugando y ancianos sentados en los parques. Vendedores y compradores poniéndose de acuerdo. Libros en un rincón. Homenajes a estatuas de piedra y lodo. Mariposas monarca disecadas. Carnada y anzuelo. Miro pobreza y genios incomprendidos de los consejos. Y tú que cierras los ojos y no miras,  dime lo que sientes. -Siento las prisas del hombre. No tienen tiempo para nadie. Ansias. Depresiones. Tormentos. Siento el odio de unos contra otros. Aferrados a la tabla salvadora del egoísmo. Solo yo. Primero yo. Siento indiferencia y abandono hacia los viejos. Vanidad de los que dicen saber. Avaricia de la usura. Siento rencor en las palabras. Resentimiento por no tener lo que les dicen que deben tener en los anuncios. Frío de lástima en el saludo y en las caricias. Siento la soledad entre los seres, vacío. Siento falta de anhelos, de sue

Historias conocidas

Las olas del mar en su intento de arribar a tierra. La fruta que cae madura. Y germinan las semillas. Las sonrisas sin razones. Las palabras que conjuntan y cohesionan. Las que irritan. Responsabilidad. Los cuentos que nos cuentan desde niños. El pantalón corto que va a la basura de tan usado. Los secretos de confesión y los rezos por los que ya no están. Apuntes de lo concreto. El bullicio del mercado. El olor de hospitales y de iglesia. En el campo las magnolias y el olor de la guayaba. En la canasta las frutas. El sonido del beso. El significado de la palabra en el verso. El movimiento de estrépito. ¿Quién mueve todo? Silencio.

Otro domingo

Todo es una conexión gigante. Redes de palabras e ideas. Redes de conceptos. Y pasos en el camino. Seguid la ruta de las hormigas. Y el elefante que provoca temblores. En la magnitud correspondiente. Parece ser todo confuso. Sin mayores datos del origen y el futuro. Más que teorías de filosofía. Y ciencia. Todo es confuso. Y original. Las flores del bien y del mal. En discurso de los elementos primeros. Y la memoria acumulada por centurias. La bomba atómica es vergüenza. No así el poema. El único. En el que caben todos los versos y las crónicas. Rapsodas del pasado y presente. Más no llego a más. Solo que el mar y la sal. Y una luz persistente. Luciérnagas en la oscuridad. Pantano. Y la vida en su ritmo. Me quedo con la música. Que todos llevamos dentro. Parece ser que seguimos cuando amanece. Otras oportunidades en domingo de paz. La sonrisa y la palabra.

Moda y sastre

Puede todo estar de moda. Mas el sastre no hizo traje de odio o vanidad a tu medida. Ni de orgullo o soberbia. Por eso es que a veces lo que usas te queda grande. Luego del temblor reflexiona y sigue poniéndote lo que es para ti y tuyo. A la medida

Una aventura es el amor

El amor. Obseso o sereno. Es una aventura. A la naturaleza. Al limbo del pensamiento. Las olas vienen y van. Las palabras susurradas. La blanquecina nieve de la montaña. Y el café rodeado de palabras. La patria, dice el corazón, con los surcos sembrados. Y el pozo de agua donde se refleja la luna. Y las noches en desvelo repasando la lección en canciones. Aguante. Ya vamos llegando. El poder de vivir en otro. Hasta en el árbol que nos ha esperado por años en el fondo del patio. Ylos amigos y amigas. Que lo siguen siendo en la distancia. Y que fugaz el pensamiento de vez en cuando les dicta nuestro nombre. Mencionaría dos o tres. Y otros tres nombres más. Una aventura el vivir. Dolor en la aventura el fin.

Una aventura es la vida

Una aventura es la vida. Con miniaventuras de momentos. Con colores por todos lados incluyendo los tonos grises. Una aventura real. Con escudriños de lo que sigue, con recuerdos de lo que fue. Letal sí, con el fuego de la discordia, con los vaivenes de los días. Como montaña rusa. Con cuestas y acuestas. Que inició y termina en el uno. Y que continúa en otros. Eslabón entre generaciones. Dame la flor y canción. He guardado el nombre de mis padres. y hermanos. Tengo nombres en cartas de juego. Y los barajo para saber de mi suerte. Y sueño en sueños casi reales con la muerte. Y le cuentos los huesos en su uso. Y el pan salido del horno. Cántame esta canción al oído. Bohemia de París. Y canales venecianos. He de estar allí en esa flor del canto nenúfar. Una aventura interminable con fin. Cuando amanezco en La Habana. Pienso que sí. La aventura es vivir. Declamando en Ítaca. Y cultivo una rosa blanca. Bien aventurado el vivir.

Una aventura es la muerte

Una aventura es la muerte. He de imaginar la circunstancia de la partida. No blasfemes. Y la tarde de mi duelo. Unas lágrimas furtivas de un gran amor a distancia. Y los perros echados bajo el féretro. Los amigos dispersos subiendo esquelas en facebook. Y el pésame sentido por las redes. Algunos, claro. Y de cierto el desasosiego de las almas que se estrellan ante la partida del amigo. Una aventura verdadera. Mirar desde ningún lugar. Los cuentos que se cuentan tras la sombra. Y las barras de chocolate y el café. Y te acuerdas de la vez de la guitarra. Y las locuras del llanto. Que te quiero tanto. Y el cuerpo allí inerte. A la espera de moverse como resorte y espantar a todos. Que salieran corriendo. Y las hijas con llanto por dentro. Lo bueno que era. Y sencillo su corazón aterciopelado. No lo sé. Me invento la tarde y la entrada de la noche. Un invierno. Las miradas que se cruzan y entibian la piel. Los rezos por si Dios existe. Y las despedidas. A donde vienen bien las despedidas.

Bajo tierra

Bajo tierra me descubro. Con paz serena producto de la guerra y el fuego. Me descubro nuevo y ágil. Y remonto al vuelo los recuerdos. Busco amores y amigos. Los reconozco fácil sin rostro ni señas personales. Y navegamos siderales de estrella en estrella. Es el sueño permanente a tres metros bajo tierra. Acaricio raices. Sombrío a lombrices. La humedad de vida me llega. La tierra es madre, hermana, origen. La humedad mi esencia en este devenir de materia. Escucho palabras en otro idioma que nadie pronuncia. Y maravilla el sueño de metro y medio bajo tierra.

Por si sucede

Por si sucede, lo que podría suceder. La manzana roja está a la mano. Las hojas secas al compás que marca el viento. Y esa música que barajaba notas para acomodarse. Y sucederían caracolas a la orilla del mar. Y reinventarnos, dijo una voz del desierto.

Papá

Con esa tranquilidad permanente, se presentó anoche papá. Andábamos por la colonia. Por esas calles desafinadas y adustas. Polvo y viento. Y a la espera del camión que nos acercaría a la casa, aunque ya de por sí estábamos cerca. Pasaba uno y otro que no eran. Y finalmente le dije: vamónos caminando. Y así nos fuimos. Yo lo veía de reojo en su andar. Como cuando niño me llevaba de la mano al cine Popular. Ahora íbamos los dos. Seguros de sí. Anoche vino papá y lo abracé al momento justo antes de despertar.

Cenicienta

Mucho antes de las doce se fue. Eran como las diez treinta de la noche. Plena oscuridad. Para el verso. La Cenicienta había encontrado razones suficientes para irse. Plan y pan de estar o no. Y reminiscencias aparte, supo que quitarse era mejor. Bailaba al por mayor. Discreta y ágil. Rítmica. Y vino el adiós.

Repeticiones

Una vez lo externé: creo que me repito en lo que escribo. Y fuiste tú la de la respuesta. Sota de bastos. As. Reina. Barajamos para ver lo de la fortuna y suerte. Y las mismas corrientes de río, distintas, van a la mar. Y fue entonces que me olvidé del tema, respecto a las repeticiones. Y me lancé a navegar en el mar de palabras. Sin vela a vces. O a tirabuzones.

Tez

La mas sencilla tez es mejor que la más bella de las siliconas

Pez y pescado

El más frágil pez es mejor que el más suculento de los pescados.

Este día

Este día es tu oportunidad. Arremete. Has triunfado al ensayo de la muerte breve. De la noche oscura. Y del momento falaz. Es oportunidad de cazar sueños. La hojas secas vuelvan a la rama. La guitarra y mandolina siempre te esperan. El vaso con agua también. O té. Y el libro se alegra y cual mariposas sus páginas, para ti, se abren. Este día y los otros. Pero siempre hay uno. El del presente. Hay un pasado que lo seguirá siendo. Allí quede, como pozo del gozo por la memoria o nostalgia. Y el porvenir siempre estará en futuro. Este día es la ocasión perfecta para el saludo y el guiño. Escucho canciones. Tomo café. Y sueño. Caminaré en la senda del hoy. Es la oportunidad única de pasar por aquí.

Yo quisiera saber

Aquella fotografía o esta. Tienen en común sonrisas de vivos y muertos. Ya no están, los que fueron. Algo de memoria les recuerda. Esa sonrisa. El poema lunar. Y los libros. Mas no están. Sus habitaciones tienen esa ausencia. Lo tibio de su piel no existe. El sonido de sus palabras y carcajadas no rebota en las paredes de su casa. Yo quisiera saber más del asfalto. De los frutos de los árboles. Del carbono a cambio. Y no tengo respuestas más que esta añoranza. No por ellos. Sino por mí mismo. Porque algún día yo formaré parte de estos olvidos. Y bienaventurados los que llegan. A la aventura de escudriñar. Y quedar perplejo de nuevo ante el vuelo de la mariposa. Los colores. Y las estrellas en esa bóveda celeste.

Dónde están los que estaban

Dónde están los que estaban. Qué ruta sigue en su destino. Los que sembraron cedros y nogales. Los peones que edificaron la iglesia y el puente. Y anotaron unos nombres y fechas de hace siglos. Hay fotografías casi borradas de esos rostros. Guardadas con cariño. Hay un recuerdo de tela o papel. cartas. Donde dejaron por escrito sus sueños y anhelos. Dónde están ahora aquellos niños de hace mil y dos mil años. Sus risas, sus juegos. Qué pared o ladera de montaña grabó el bullicio, la gritería. En los patios de la iglesia y escuela. Dónde están las parejitas que descubrieron juntos los besos. Buscaban sin malicia los rincones y la oscuridad para hacer la tarea de la especie. Donde están los de ahora. En breve tiempo no estarán. Y serán otros. Por los tiempos de los tiempos conocidos. (Para mi prima Lucha, fallecida ayer)

Qué somos

Qué somos cuando somos. Si atravesamos la calle. Y un viento definido nos trae aroma del campo o perfume de mujer. Y aleteamos. Como vernos en tránsito recurrente hacia el punto del destino. Qué somos cuando somos. Piel. Nota musical. Palabra viva. Somos experimento o razón de ser. Si acaso jugada de ajedrez. Pieza que se mueve a inteligencia y estrategia del jugador. Qué somos. La pregunta resuena. Y viene desde las alturas. Y desde el origen. Piedras que ruedan. Badajo que resuena. Somos reminiscencias de pensamiento en otra galaxia. Plomo por la gravedad. Humo falaz.  Y así desde atrás. En trayecto. Nos preguntamos. Por la razón de ser o estar. Eslabón entre generaciones. Esos niños ya no lo son. En el juego del tiempo pasaron a ser mayores. Y rieron a estruendo. Y lloraron. Y ahora están solo en fotografía. Que se va borrando despacito.

La música

La música, bálsamo para esos momentos en que la herida se abre. Aliciente para seguir. Luz que ilumina. Nos vamos de pronto o lento. Y entre risas o silencio. Y la música fue la referencia obligada de tantos momentos. Cuando el vals escuchamos y nos movimos en su compás. O sentados a la mesa. Miramos bailar y los pies se empezaban a mover. Bendita música.