Supongamos

Supongamos que estoy alegre. O triste. Que la vida me importa. Por lo bella. Y Coltrone corta de tajo toda bruma. Anoche fueron las señales. El pájaro carpintero estaba. Y desaparecieron a una muchacha. Fue nuestra culpa. Entre omisión e indiferencia. Y no estábamos para susurrarles basta. Supongamos que estoy triste. En verdad lo actúo. Y paso al recinto memorial. Donde habito desde el futuro. Me tienes dentro libros. Y movemos el aire como si fueran palabras. Ninguna mercenaria. Letras para habitar el mundo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?