Las fotos
Uno.
Nos citamos para vernos en el lugar de siempre. Donde cerveza y comida alientan. Y las palabras en turno o arrebatadas dan cuenta del tanto tiempo sin vernos. Y estamos completos o no. El grupo. Y cada quien con una historia de ausencia, familiar, de amigo, compañero de escuela, trabajo o vecino. Que más no está. Y recontamos de cómo era. Del libro que no le decolvimos. O de sueños que tenía. Y al final nos tomamos una foto de grupo.
Dos. Miramos las fotografías. Y hacemos el recuento de quien falta. Y tiene la mirada al frente, como todos. Mira al futuro dirigiendo la mirada a la cámara. Y tiene la sonrisa de anuncio de pasta dental. O todos ríen en la foto del relajo. Y uno, con nombre y apellidos, no está más.
Más no llega al trabajo, al pupitre o a la mesa de siempre del café o bar. Y le extrañamos. Porque era alguien de nosotros. Estaremos por siempre incompletos.
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