Carta a Juan José García

Estimado Juan, qué prisa por ir adelante en la fila de salir de la vida. Qué prisa si teníamos pendiente reunirnos de nuevo. Si dijimos en el convivio de los 40, que al 45 iríamos y que se rifarían silla de ruedas, por nuestra edad. Y seguir cantando y contando de nuestras aventuras en la vida. Sin embargo lo real es que te has adelantado, y nosotros te seguiremos pronto, en virtud que es la Ley de la vida.

Ve en paz. Cumpliste como padre, como esposo, como hermano, como amigo. Construiste un nombre de tu cabalidad de hombría, porque fuiste solidario noble, porque fuiste bueno. Porque sembraste amistad y amor en este mundo dificil. Porque sembraste valores en el trayecto de tu carrera profesional tanto en alumnos, padres de familia como en los compañeros maestros. Aún recuerdo con pena, cuando estuvimos juntos en uno de los convivios de cumpleaños del grupo. No sé si fue el 30 o el 35 aniversario de egresados, ya pasamos el 40. Juntos tú, el Gordo Villela y el que te escribe. Y les dije y lo repito en son de guasa: cabrones, intercambiaron de apodos, el gordo en la juventud fue gordo y tú, Juan eras flaco; ahora es todo lo contrario. Y reímos. El gordo respondió: la diabetes, Toño. Y tú: la buena vida, mi Toño.  

Cuando estabas enfermo y lo supimos deseamos que te recuperaras. Y cuando me enteré de tu fallecimiento esperaba fuera aviso falso, pero lamentablemente no fue así. Nos quedamos con los mejores recuerdos, nos quedamos cn las tantas fotografías donde apareces. Porque te llevaste bien con todos. Porque supiste corresponder recíprocoa la amistad y al aprecio.

Decansa en paz, estimado Juan José. Con un abrazo en tu memoria. Y con la saguridad que nos veremos en un futuro cada vez más próximo.

 

 

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