Quevedo y la reina coja

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Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos nació en Madrid en 1580. Por todos es conocido su lado más canalla, tanto que en ocasiones el personaje llega a superar al poeta. En esta ocasión os traemos una anécdota que además de provocarnos risa, nos enseñará un poco (poquito) de literatura, ya que con ella sabremos lo que es un calambur.

Isabel de Borbón fue la primera esposa de Felipe IV. Según muchos historiadores, en la época se la consideraba una mujer de noble personalidad y gran intelecto. Sin embargo, muchos se burlaban de ella porque padecía una severa cojera. Cuenta la leyenda que estando Quevedo junto a unos amigos en una taberna, apostó con ellos una cena y algo de dinero a que era capaz de decirle a la reina que era coja.  Sus compañeros de farra, tras reírse largo y tendido, accedieron a la apuesta, creyéndose fácilmente ganadores.

Don Francisco marchó y por el camino se hizo con dos ramos de flores: uno era de rosas rojas y el otro de claveles blancos. La reina se encontraba en una plaza cuando fue abordada por Quevedo, que con tono galán y poniendo ambos ramos ante sus ojos, dijo:

«Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja»

Aquella noche, Quevedo cenó gratis, aunque a sus amigos no les importaría mucho. El granuja utilizó un calambur para ganar su apuesta e insultar a la reina sin que ésta se enterara. 

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