Hagamos ejercicio

Desterremos el tedio y la rutina. Lo repetitivo que nos cansa de tanto oírlo. Y esa maldad en el ojo. Y esa mano que dispara. Sea de otro tiempo la barbaridad de cazar todo animal. Y no solo el elefante y el tigre de bengala. Demos vuelta a la página. A partir de mañana seamos otros. Que el paraíso sea la mirada noble y la sonrisa en lluvia de oro presagiada.

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