Desatada la muerte

Desatada la muerte, pasea, guadaña al hombro. Deja rastros de su paso en pueblos, barrios, vecindades y zonas exclusivas. No discrimina. Selecciona en un azar con carta abierta y ruleta rusa democrática. Indiferente al dolor y a la súplica. Sorda a los ruegos y oraciones. No la miro. De ningún modo la admiro. Ella en su trajín de oficio. Yo en mi trajín de vida. A su paso, dolor y llanto. Fúnebres cantos. Ella cabe en una rendija que le dejas por descuido. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?