Hablemos del mar
Hablemos del mar. No del mal. De sus altas olas. Del bullicio y su rumor. De los pecesillos de colores. De los barcos de alta mar. Del mal no más. Nos fulmina tanto pensamiento de esquirlas de olor fétido. De ambulancias. Del luto nacional. Hablemos del mar. De la primera vez. De cuando niños de la mano de mamá. Del jugar en la arena. De los castillos. De las letras que escribimos dentro de un corazón. De tanta risa. Y de la luna reflejada en el agua. Del mal me cansa. Como polvo de vidrio, me daña. Espero en el cercano mañana mi cita con el mar. Y echar a navegar mi barquito de papel, que es mi corazón.
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