Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2013

Instrucciones para amar por siempre (esa brevedad)

Deje que fermente. Cuando esté a punto del colapso va respiración confusa. Suspire por almanaques, esos cromos. Y alcohol en la frente. Suelen suceder sorpresas. Ese nido guarda el canto. Esa vasija de barro guarda luminiscencias de siempre que alumbran en las noches más oscuras. El amor es sonatina en la distancia. No es buscar, es dibujar reales rabos de nube. Es no temer a la guerra por alcanzar los sueños. Es liar. Y para que dure siempre transite la linea delgada, por donde no se rompe. Y al mirar la rosa sentir lo terrenal de la belleza; y cuando la lluvia piense en las tortitas de maiz nuevo. Y sobre todo no dudar en los tiempos infinitos. Sentir que la vida tiene sentido cuando hay suspiros por presencias, ausencias, vuelos, miradas. Cuando se ama se sabe exactamente lo que significa eterno, esa brevedad de la conciencia en tiempo. Y no cejar. Nunca cejar. Nunca.

Instrucciones para hacer llorar a un león

 Nunca hagas enojar a un león. Mejor es distraer su mirada en las colinas con abetos. Y el león pasa orondo para fijar olor por donde siente y sabe territorio propio. Ni mira humano y al ataque, no. Camina elegante en su saber de rey. Sin embargo ese poder queda corto ante la guitarra con manchas de tigre y copos de nieve en las calles. Saca espuma por el hocico y se olvida de la torre Eiffel y de Babel. Al conjuro, niega comer la zanahoria, pero dice el conejo que lo vio feliz. A escondidas, quizá. A veces deja de probar alimento para ver si solo así el aprendizaje. Y se le mira flaco cojo de un solo pie. Cuando el hambre, acerca su garra a la presa hipnotizada. La instrucción es: hágalo llorar con poesía. No hay nada mejor, que de eso las lágrimas no se sufren. Así pinten al león.

Instrucciones para calmar huracanes

Sin avisar vienen los vientos del sur. Hacen remolino. Y levantan techos de las casas. La fruta cae del árbol y la hojas. Algunas ramas se quiebran. Los pájaros cambian de ruta. Y las avispas sobrevuelan el pasto. Entonces saque su navaja para cortar el viento. Ayuda. Herido cual simple mortal bufa entre los huecos de las puertas. Chillan los clavos a punto de saltar. Y por no dudar hasta platos se estrellan contra paredes. Y gritos al por mayor del unicornio. El río amarillo y azul se desborda e inunda desorbitadas cuencas de los ojos. Rezar y pedir perdón al infinito por los pecados cometidos. Viene la muerte. Luego del navajazo dele otro y verá que se van recomponiendo las cosas. El mago-faquir dijo abracadabra. Y sulfuran cólera los vientos. La falda regresa a su lugar modosa. El franciscano padre dijo bienaventurado hermano viento. Y este le tumbó la raída sotana. A tumbos el conjuro de las palabras miel y canto y parece que el viento enfrenta al diablo porque se doblega. Sale el

Instrucciones para encender el sol

No hay más sol que el nuestro. Ese que alumbra los caminos donde dominan las espinas y las piedras. Y afectan más cuando ciega la oscuridad más oscura. Fardos detienen nuestro paso. A tientas avanzamos y caemos. Y oscurece la mente también. Aparecen fantasmas y cuervos para arrancarnos los ojos. Corremos y no avanzamos nada. Eterna parece la noche encabalgada en otra noche más larga aún y más siniestra. De pronto aparece una chispa que nos sirve para hacer hoguera. Y es el inicio. En los sueños era pirotecnia. En lo real encendemos el sol con la sonrisa.

Instrucciones para mejorar el mundo

De entrada recordar el olor del café. Salir de la oficina. El horario normal. O de la casa, cuando ya la jubilación. Y previo darle ojeada al periódico o ver la noticia en televisión. Porque eso de llegar sin nada qué saber para decir nos deja mal. Y allí, acomodarse muelle en ese local para atender la plática rutinaria de ocasión y ver bien la gente que pasa acicalada o de prisa por allí. Pedir con voz engolada "americano, por favor". Y ya metidos en lo importante opine seguro. Cómo acabar con la guerra de El Líbano. Y fue limpia la elección. El que deberá ser el próximo Nobel. Ya se inventó  un nuevo condón. Y la capa de ozono. Y aunque rima, digamos las siete reglas para acabar con la corrupción. Y el clero, por Dios. Y esos niños. Es que son los maestros responsables de todo. La novela va muy bien, ya voy en la página 10. Y el portero se equivocó, por eso el gol. Yo tengo el ejemplo de. Y una vez sucedió. Aderezar la plática con un chistorrín, para alegrar. De Pepito y

Instrucciones para agrandar el mar

En olas cabalgan hipocampos. Falta sal húmeda. Ayudaremos con lágrimas al unisono. A ver. Iniciar con hipo. Y agua tomar. Más sal. Más sal. Y mezclar el interior. Suspirar por la nostalgia de ti, de mí, del paraíso. Ir a una playa cercana. Y recordar orígenes. Correr de la mano o hundirse para que olas tumben torres universales. Y recordad la falta de agua a este mar. Y con las ausencias sentir en el interior resquebrajar paredes del corazón. Al fin llegar a la orilla de nuevo. Espuma de mar. Arena. Y llorar. Inconsolable. Para agrandar el mar.

Cuervo

Encuentro palabras obviedades, lugares comunes para transitar el tedio, la rutina. Lo aprendido desde lo azul de la caverna. Y cansado, porque nada es sin el saber de ti. o la canción sin fe, poquita fe.  Entonces transito sin remedio entre la historia y las tumbas . Y a punto de jalar gatillo por las patas, me percibo triste, opaco. Me crié cuervo. Saqué mis ojos. Obra bienaventurada.

Instrucciones para dibujar retrato a lápiz

Empezar por el cuerno. Y de allí pasar a las pezuñas. ¿Conoce usted? ¿O son garras de buitre? A la piel póngale surquitos. Y púas en la cabeza dura. Así parece puerco espín. Ya va saliendo. En esa mirada póngale estafador, señuelo para hacer el mal. Y pústulas ponga por doquier. Si le sale peor es mejor. Es dibujo con falta de liquidez. Y deje ver. Junto a usted ese poema en pergamino El cuervo, de Poe, para darle altura, arte. Aquí unas curvitas de redondel. La edad, ya ve. A falta de ejercicio póngale de titulo mentir. No está mal que al fin no es para exposición. Pero de algo servirá. Si quiere mejorarlo agréguele unas dos penquitas de nopal a su alrededor, un higo, una ostia, un botón en flor. Si no tiene lo hace con fotoshop. Esas lágrimas quíteselas. Los críticos no se tragan cuentos, y a veces ni poemas. Mejor al natural. Con su sonrisa. Así, burlón, autorretrato.

Autorretrato

Alcanzo a ver apenas milímetros más allá de la nariz. Me gusta brincar para alcanzar la fruta en su madurez. Mi cabeza dura solo aprende por el olor al sol y a cada golpe ritual. Desde el dominio mar se asoman mis ojos mirones a cuartos de azotea donde la luz refleja humedad. A mis oídos llega la música, con esa voz celeste, de ti, de aquí. Llevo en pose un libro bajo el brazo. Aprendo por ósmosis. Esta nariz no fue de boxeador. Pero busca parecer, de pez en la pecera. Y estos brazos saben de luchar pan. Y estas manos de palpar pétalos en flor. Y confundo la guitarra. ¡Y confundo la guitarra! Y mi cabello nada pide al puercoespín.  Colecciono objetos: un cuaderno, un libro, una piedra, una pluma. Y me da por jugar juglar. Intenté enseñar. ¿Dónde, qué, para qué? Y no logro responderme aún. Sentido de ver, de escuchar. Ahora van 53. Y nubarrones anuncian cántaros. Intenté soñar.

Circo

El gigantón con zancos sale de la iglesia. Palacete virreinal. Y mira más pequeña desde su altura la pequeñez. Y se ensorbece. Y el vacío  busca refugio en los libros a ver si de esa manera alcanza a mirar el futuro por sobre la barda impuesta del destino. ¡Crece! ordena al espejo y el espejo se hace más grande. Es un milagro. La mujer araña mató a su padre araña y anda ahora de circo en circo manando sus dolores. Y el hombre bala es lanzado al espacio sideral. Y desde allá firma su renuncia y se queda en otros mundos a escribir sus memorias. Y el pecador ocupa las gradas para simularse como público. Y el hombre ladrón hace chistes para ver si pasa de su posición al aplauso de admiración. Con el payaso nadie ríe. El maquillaje fue la noticia:  Murió su madre. Y sale a escena. Yo soy el faquir. Escribo esta historia. Nadie me cuenta. He dejado de comer desde hace diez siglos. Curo mis heridas con el polvo de los vidrios.

Señal de humus

Este derrumbe es paso de la muerte. De caballo a caballo, en pleno movimiento, el jinete salta hacia la incertidumbre: el vacío o el lomo. Y llega el aplauso o la conmiseración. La muerte en su paso es vida. Todo mineral se reduce a imento donde el origen se erige, a través de los años. Y más años. Combinación de sílice, fósforo y carbono. Atomo sideral condensado en un fluir sin líquido. Un encontrar el eslabón y ser eslabón mismo. Qué gritos alegres de los sábados. Música irredenta. Violenta. Rítmica. El amor es cara de la violencia que abraza.  Y uno tiritando de frío en el calor. Esta señal de humus es permanente. Es la esperanza de la vida. Nuestra.

La piedra

Tiro piedras al vacío. Como si fuera la gran cosa. Qué héroe, qué valiente. Inerme piedra dura tirada. Y en venganza vienen a mí en cascada. Piedras todas juntas. Me rompen un ojo, Me quiebran un pie. Cría cuervos de piedra. Y tendrás cuervos solitarios que rueden. Mas se me ocurre la idea de molinar con dientes piedras. De triturarlas con mi cabeza. Hasta quedar frente al polvo lunar para maquillar las cifras de los días. Esa dictadura del tiempo que se traduce en cabello nieve. ajada piel. Me levanto y ando. Y sigo. Entre la piña y papaya sintiendo nostalgia por el durazno amarillo. Su olor.

Las golondrinas

Trabajadores circunspectos, sudorosos, levantan el asfalto para que pasen golondrinas.  Con guantes en las manos para el sacapico. Y derrochan fuerza para la limpia del concreto. Era temprano para la orden. Y afinaron guitarras, violines y guitarrones. Y la trompeta altiva estornudaba sonora. Ya están aquí los cantadores. Un buen afine. Y listo. Bien entonados, muchachos. Tarde de sueño. Era el mariahi azul. La franja lateral de oro. Y callaron de pronto.

Libreta roja

Estrené hoy mi libreta roja. Con letra mediana cupo un poema. Chiquito, sí, porque es  hoja pequeña también. De pronto ya estaba el final de la hoja. Entonces copiaba el resto del verso alineado a la derecha en el siguiente renglón. No es mucho. Vestigios, a la roja. Irán allí los textos pequeños. Chispas valientes de palabras se asoman. Delicada por dedicada para mi. Elogio en vituperio. No importa hoy aquí. Noche de fiesta con la luna abigarrada. Siluetas. Brindo por ella, por la roja. La libreta. Tengan preparados cañonazos a mansalva. Inicio, no fin. Nueva etapa. El viento que te sube la falda. Albricias al vuelo. Tristes ojos . La princesa está triste. Qué tendrá la princesa. Es el azar, es el destino. Boletos perdidos. Encontrados.

Me habito

A manera de casa o templo, yo mismo me habito. Dame limonada. Y la casa -yo- se hace un poco más grande. Salgo y entro como Antonio por su casa. Pienso. Y escudriño con preguntas para responderme. Esa sangre. Esa órbita. El ojo. Y hay necesidad de barrer. De pintar esta casa que soy yo. Dolencias no físicas. Falta pintura. Un tornillo. Y a reparar. Y entre las habitaciones de mí. Estás.

Días

Tomamos brasas con las manos o caminamos sobre ellas. Tal así, la piel, dura, con el tiempo.Expulsamos demonios de nuestro paraíso -y ángeles- a causa del dolor de la vida. ´Qué dolor, cuál, y la razón de ser. Bajo el volcán la adolescencia aquella. Y el árbol generoso sombras con sus ramas. Por eso es que reiterado levantamos la mano para pedir la palabra. Intentamos palabras en defensa propia. Y solo silencio aparece en la garganta de piedra. Desiertos circundan jardines. Nubes solas con presagio de nada. En la radio Cama precisamente de piedra, canción de azul. Nostalgias en noches mexicanas, que son todas en esta agreste geografía. Barrunto de epifanía lejana o no lograda. A pesar de todo el sol al día.

Libro

Luz y aire. Un libro aquí. De quien viene. Mire usted. Olor a tinta. Como esa alegría cuando el dulce infantil. Del agua cuando la sed. De la lluvia luego de meses sin ver tan solo nubes en la esperanza. A este libro solo falta el sabor del café y las miradas.

Aniversario

Aniversario. Todo se derrumba. Como de arena. Maqueta apenas vislumbrada. Añicos. Polvo. Pesadumbre. Llanto nuestro. Solidaridad como nunca. Sobre la ciudad derrumbada, se levanta una ciudad nueva.

Vestigios

Allí, donde la luna aparece, iridiscente. Desnuda en su soledad nocturna, o de tarde. A trasluz. Quedan vestigios del presente. Vislumbres donde sucede a la vez el universo y el átomo que inicia nuestro movimiento. Partículas flotan en el aire, ingrávidas. Aquí, dentro de uno mismo, hacemos inventario para escudriñar vestigios del tiempo. Ni nuevo ni viejo. Tiempo, siempre el mismo. ¿Y dónde están los de entonces?

Informe

Lagunas como depósito de miasmas. Mares arrojan peces muertos. Ríos arrastran plásticos. Oro mejor que la sangre. Autos más valor que la mirada. Cara el agua simple, barato el embotellado. Compras de marcas no de objetos. Libros a la hoguera de la indiferencia. Palabras huecas. Olvido más valor que la memoria. Muchas estaciones de radio y televisión, imperceptible la diferencia.  Los diccionarios ahora objetos de museo. La paz sin alas. El campo, páramo, para la guerra. Títulos sin conocimiento. Las fábulas en el cesto de la historia. La rosa flor de invernadero. Peces de granja. Cartas con tinta fresca ya no, ahora mail.

Ruido

Ruido en todas partes.  Los parques antes para solaz están invadidos por ruidos. Altoparlantes anuncian paraísos terrenales  y los encajan como espinas en oído y corazón: cremas para la eterna juventud; remedio único para todos los males; viajes a Marte sin escalas; venta de lotes en la luna; pasaporte al paraíso. Fórmulas mágicas recién descubiertas, por donde abren canales para el dinero. Flujo de ambiciones donde el fraude es por gusto, iniciativa propia. Libros con ruido. Atmósfera con ruido. Todo invadido por una carcoma sonora. Los cientos de canales de radio y televisión suenan a lo mismo. Cruzas el umbral y parece no haber diferencia en los lugares. Por más que te escondas, busques refugio para el silencio. Hasta los ruiseñores se esconden. Esto es la muerte en el infierno. Pobre pena sola en mí. Un día escribiré las memorias del ruido. Más ruido.

Música

La música no son las palabras que a veces le acompañan. No siempre (en tu voz sí). Es tiempo, sonido, silencio. De niño, libre me recorrió la piel. Fue como un tapete mágico cuando yo cerraba los ojos. Y me llevó a conocer nubes, desiertos, manantiales, arboleda del bosque.  Viene y va en las miradas y cartas. Se mete entre las manos que se estrechan y los abrazos. Se cuela en los autos y en los hoteles.   Me la encontré en la escuela, en el templo, en velorios, en la cantina y en casas de cita. Nunca discrimina los barrios ni los suburbios de ciudad. Para alivio fue compañera fiel de los esclavos por las tardes en las barracas. Allí venía en lágrimas y nostalgia con percusión de mano en tronco hueco. Viene siempre bien, se le mira bien, a veces en zapatillas o descalza. La música.   Con su encanto recorre el laberinto de nuestra sangre.

Grito

No estás ni estoy. No hay pájaros que canten. Solo dolor en el parto como suicidio colectivo. Enseres domésticos y altoparlantes repiten lo mismo, monocordes. Gatos negros frente a mí. Bayonetas a rape resguardan la plaza ¿Su acta, su pasaporte, su licencia para escribir, conducir, aspirar, soñar? Preguntan. Silencio como grito encajado en el bajo vientre. Dante desde el manicomio escribe textos infantiles donde recrea sótanos de cárceles y hospitales. Licencioso, silencioso. A más no poder los estertores de lo humano. Parir cuitas, destino. Mire usted, el disco,  el huapango, la polka. Agua fresca en fina lluvia cae en los tejados. Una nieve de limón y banderitas ilustran nuestra historia. Grito es la orfebrería donde se engarza renta, hipoteca, alza, fisco, vanidad, el encierro, ausencias, la violencia junto a ti, allí. La soledad es grito de muchos en las fiestas y en el cine sin el por qué. Sin razones que sostengan un cuerpo, un mundo. En el espejo, dentro, ayer, hoy, mañana y to

La coraza

Salgo a la calle con coraza. Por el frío, el qué dirán. Por la estrategia que me perciban diferente. Y de pronto rayos y centellas. Gatos negros se cruzan sin ser viernes trece. Y ante mí templos del comercio con anuncios de neón donde venden baratijas. Vendedores ambulantes por quince pesos trafican almas y hacen títulos de faquir. Paso indiferente. Ahora frente a mí vendedoras de quelite, epazote, guayabas y duraznos. Yerbas para curar el mal de ojo. Filtros de amor. En la calle la coraza me hace inmune al látigo del consumo y la ideología . promesas vanas del paraíso en la tierra. Me siento en una banca del parque y tomo agua simple de la llave. Un niño se acerca a ofrecerme caramelos. Lo reconozco con su guitarra simple. Es el mismo de hace cuarenta y cinco años. Piedras no podré evitarle. Sonríe y me dice adiós dejándome con la nostalgia en el caramelo y la guitarra..

Cuento

Déjame que te cuente no limeña. En el barrio están bien puestas las banderitas  hasta el cansancio para la vista. Y los adornos por doquier, incluyendo bandas tricolores en oficinas, además de  globos. Y las compras al por mayor del tequila y las sabritas para el reventón. Están también a la venta los discos de música, mariachis. Y las de banda, para lucir las botas y el sombrero. Por las calles se nota la algarabía en los pies descalzos y las ventas al por mayor de chicles y dulces. Los bancos de la usura con sus grandes banderas. Y los Walmart, que pena, sin Withman. Y los Soriana sin las  norteñas o surianas de mis amores.Viva México gritan a coro los vendedores y compradores. Es el mes del grito destemplado, aún del desempleado. Es el mes del olvidar. Del recordar como fruta verde o  madura. Si me dieran a elegir. Soñar. Jugar juglar.

Es posible

Es posible, a no dudar, el equilibrio entre contrarios. Aniquilación no. Y compartir miel y leche tibia.Y los tantos libros para todos. Primero el alfabeto para leer sonrisas y escudriñar figuras. Esa nube, el agua, para el campo. Florecen jazmines. Y el maíz va que vuela ya en mazorca. El frijol madurando vaina. Es posible el canto de los pájaros libres de contaminación. Es el cielo donde nada hay y nada esconde. O el viaje a las Hibueras donde la malaria hizo de las suyas. Cientos de horas hombre perdidas en nada, en lodo. Dscusiones sobre puntos y comas en acuerdos internacionales para arreglar nada. Tiempo pervertido donde todos lanzan culpas en todos los sentidos. Y los espejos se mantienen intactos para la idolatría. Es posible el agua limpia de las lagunas. Es posible la inmortalidad de las ideas. El pan, el abrazo, la paz. Todo es posible, Mientras, en sueños la posibilidad existe.

Estado de sitio

Sitiado por mercaderes compro más de lo necesario. Sitiado por compradores ofrezco pan, paz. Moscas huyen si no hay dulzor de miel o betún. Por la ventana entra el aire fresco de la tarde. Por la puerta abierta cruzan fantasmales figuras. Miradas de codicia o indiferencia. Absortos todos en el devenir. La tarde se va y vuelve. Círculos concéntricos. Todas las lineas me llevan a la búsqueda de no se sabe qué.

Todos

Histórica reunión con altavoces. Voz desde el desierto y las luces, ese siglo cimarrón. Años luz a través del viento y del perfume. Olor a limonero. Horadar la tierra y volar ensoñación. Todo junto en la noticia, como de jet. Madre roba alimentos mientras es roseada con gas y amamanta, página roja. Baila en porcelana, como rueda de fortuna, con moda y pupilente, página de sociales. Y el ulular de la sirena, de emergencia. Con rapidez se borra u oculta. Ciudadano del mundo no hace caso a fronteras. Esas políticas para preservar oro y plata del imperio. Entre el follaje efímero, el arte con dibujo de niños oteando el horizonte. Los locos están imposibilitados para el vender comprar. Sonríe. Esto sucede mientras otros en cavernas buscan luz. Para nada. Qué otra cosa hacer. A mitad del río todo se suspende. Albricias. El canto. Ópera de banqueta. El ruiseñor.

A mí

De mi, hablar sería vituperio. Qué más que el halago. La ciencia. Los premios Nobel. La inyección letal en las cámaras de muerte a los justamente condenados. Productos del campo con manos nobles. Cerdos y vacas infladas al matadero. No olvides la tabla de elementos y la sibila. Además el alfabeto, la imprenta, la biblia. Y sin embargo resalta el estrés producto de las prisas y los cobros. Púberes a la guerra contra otros púberes por democracia, dicen y esa sangre derramada al infinito. Chillido agudo para estar allí donde el gas acaba neuronas antes de proceder el fin. Cáncer halcón de Usa donde mira petróleo dice armas químicas. En el orden de los días, aparece cíclica de mañanita la luz, para develar pareceres. Y se invita a la reflexión mientras se construye, en conciencia, la más grande Torre de Babel. Todo sucede. Peor es la indiferencia. Aquí estamos. A la orden. El más grandioso yo en el autoelogío. Minúsculo yo en la inmensidad del universo y lo insondable del tiempo.  No hay e

Testamento

En esta orilla donde van las despedidas dejo por escrito:  al libro las palabras nunca pronunciadas para ver si son bien acogidas por solidarias páginas. A la luna las miradas donde en fuego nos consumimos. A la uva el derecho de libar, polvo ruin defenestrado, mosto al fin. Al automóvil la comparación con un hilito de sangre. A la moneda la ilusión infantil de valer sin relación con el trabajo. Al fuego el agua para su consumo personal. A mi mano la fortuna del callo, huella donde anida el adiós de adolescencia. A la isla su propio continente, espejo donde se reconoce parte de un todo ilusorio. A mi perro mis zapatos, que es donde resido, su fino olfato. A la flor un pétalo para el remplazo. A la música el sentimiento. A la taza de café los labios.Y a la piedra un suspiro donde se revele mística.

Instante

Todo instante es pasado y futuro. Cabe todo el universo, la historia natural y cabe asimismo la historia del hombre, rayo veloz donde nada hay. Aquí estamos donde ya no, donde al fin. Escribo versos que son ceniza, para decir nada. Un esfuerzo desesperado para dejar polen.  Es apenas franja, brizna de tiempo.

Frontera

Llegan los necesitados, los de la orilla, los del margen. Y aparecen las ventas de orgullo como pasaporte, los diplomas escritos en idiomas desconocidos,  los trofeos de brillo y el calor en la sombra como si fuera algo necesario. De vez en cuando, debe ser, para postular nubes y soles, para definir lineas y rumbos, cruzar el río. Un agua fresca es buena y necesaria. Infierno es decidir aplazar la vida, dejarla de lado, por el norte. Hacer proyectos para el futuro es matar el presente. Esto viene a cuento por  las historias respecto a rostros con mirada de odio, de tedio, adustos, adultos que desterraron el juego como lo improductivo de la infancia, como tiempo perdido. La frontera va con uno. A cruzar Paso del norte  en un dos por tres.

Lluvia

Lluvia. Búfalos en estampida. Hormigas en movimiento militar, coordinadas como decir sucede y alerta. Algarabía por la humedad. Campos ahítos en sordina por doquier. Viento huracanado a punto de hacer sucumbir árboles y tirar nubes. Memoria de los días mientras naturaleza desborda alegría. Aquí estamos donde siempre y mismo. Aureola por los actos como diploma. Hombres con razón, en bicicleta y paraguas, huyen despavoridas. Un loco a la orilla del río llora de alegría por tanta belleza de lluvia. Como bendición de dioses. Danza. Y he aquí que la historia continúa.    

La muerte

La muerte tocó a mi puerta. Le abrí y con un guiño me sorprendió. Entrambos para amarrarnos no preguntó y me fui y se fue. Me hizo una señal de su volver para la otra. Ocasión supongo. Que no la espere, será de pronto. Tarde o temprano, señal ni nunca. Dijo, un día de estos. Y me quedé sonriendo, como admirando mi estupidez. Tocó mi puerta es un decir. Ahora vivo sin esperarla, porque la espera es un morir. Certeza es que es mi destino. A ciegas ir por el camino a punto de fallecer, en cada instante por los suspiros. La vida inútil me ha de seguir. Escribo. Escribo. Escribo.

Escafandra

Ponme la escafandra y salgamos. Anda.  Hay tanta virulencia al acecho. Discursos contra natura y a favor. Tanta emoción y afán por lo gris y el despilfarro. Apego a lo vano y a la vacuidad. Se erigen monumentos a la estulticia y los prototipos son el éxito y el oropel. Ya ni el oro. De modelo lo bien planchado. Peinado. Rotulado. Pero uno es terco y nos da por caminar en sentido contrario; nos da por tirar piedras a la escopeta. Decimos flor para que abra el botón. Este oxigeno por ejemplo es maravilla. Estas palabras no lo serán, pero van a ti. Esa luna oculta por ahora entre las nubes dicta elocuentes mensajes. Es verano. Parece primavera. Pongo tu escafandra. El amor.