Autorretrato

Alcanzo a ver apenas milímetros más allá de la nariz. Me gusta brincar para alcanzar la fruta en su madurez. Mi cabeza dura solo aprende por el olor al sol y a cada golpe ritual. Desde el dominio mar se asoman mis ojos mirones a cuartos de azotea donde la luz refleja humedad. A mis oídos llega la música, con esa voz celeste, de ti, de aquí. Llevo en pose un libro bajo el brazo. Aprendo por ósmosis. Esta nariz no fue de boxeador. Pero busca parecer, de pez en la pecera. Y estos brazos saben de luchar pan. Y estas manos de palpar pétalos en flor. Y confundo la guitarra. ¡Y confundo la guitarra! Y mi cabello nada pide al puercoespín.  Colecciono objetos: un cuaderno, un libro, una piedra, una pluma. Y me da por jugar juglar. Intenté enseñar. ¿Dónde, qué, para qué? Y no logro responderme aún. Sentido de ver, de escuchar. Ahora van 53. Y nubarrones anuncian cántaros. Intenté soñar.

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