Días

Tomamos brasas con las manos o caminamos sobre ellas. Tal así, la piel, dura, con el tiempo.Expulsamos demonios de nuestro paraíso -y ángeles- a causa del dolor de la vida. ´Qué dolor, cuál, y la razón de ser. Bajo el volcán la adolescencia aquella. Y el árbol generoso sombras con sus ramas. Por eso es que reiterado levantamos la mano para pedir la palabra. Intentamos palabras en defensa propia. Y solo silencio aparece en la garganta de piedra. Desiertos circundan jardines. Nubes solas con presagio de nada. En la radio Cama precisamente de piedra, canción de azul. Nostalgias en noches mexicanas, que son todas en esta agreste geografía. Barrunto de epifanía lejana o no lograda. A pesar de todo el sol al día.

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