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Mostrando entradas de enero, 2014

Doble frío

Fui a una taquería. Siempre pido de ojo. Había de seso, pastor y huevo. -Dos de seso y un pastor- pedí. Anotó mi orden. -¿Y de tomar?- pregunta. -Carambola- agrego. -Frío- informa el muchacho. -Sí, alguito- respondo, tirititando. Los preparan y regresa. -De seso y pastor, jefe. -Yo no soy tu jefe. -Frío -Sí, pero los tristes tenemos al doble. -Seeee- rápido respondió riendo.

Hoy no

Hoy no. Ni el frío me llama o la lluvia. No tengo motivos. Hoy no buscaré ni pretexto para cuando menos hacer un ejercicio. Esto no es escribir.

Lluvia y frío

Medianoche y amanecerá con pronóstico de lluvia y frío. Pintura sólo para interiores, decoración minimalista. Es parte del deber la canción sin duda, con tarea de entonar mejor. Oscuridad con el nunca más relumbra. Como brillo de cuervo.  El soñar del viaje para luego despertar. En el del siempre nadie. En fin. Cuando la fiesta termina es que empieza de nuevo. Es medianoche, sin estrellas. Ladrarán los perros hasta el infinito. Nada hay bajo la piedra ni detrás. Pájaros degollados por el estruendo prefabricado. Hagamos el recuento de espinas, riscos. Amanecerá y anochecerá.

Tienes en tu mano un libro

Tienes en tus manos un libro como pájaro dormido con alas. Tu sola mirada en las tímidas palabras bastará para despertarlo y echar al vuelo. No es mucho, es un libro, y es mucho a la vez. Papel garrafiñado con palabras donde se evoca un sueño, el de la vida y la muerte, dulces ambas, paradoja de conciencia. Lo tienes en tu mano para alegría como olor de pino o sándalo en el bosque, oblicuo, dicharachero, cóncavo y convexo. Digno del futuro como presente en gerundio.

Tengo en mi mano un libro

Tengo en mi mano un libro que atesoro. Carta a D. Refiere sobre un hombre y mujer ancianos. Ella, enferma en sus ochenta y dos años. Él, hombre de la pluma que ejerce de filósofo, escribe una amorosa carta. Una larga y hermosa carta a D, en la que describe la bella ruta juntos. Desde el flirteo en el inicio, hasta esta remembranza y reflexión sobre el amor, juntos compartiendo y acompañándose en el viaje. Historia ejemplo de las mil veces historias repetidas en las generaciones, en las que la mirada y sonrisas, aderezada por palabras,  representa el ideal de la pareja. Quedará este libro como testimonio de la lectura efectuada con la vida misma, reconocida en páginas que otros leerán, o continuarán leyendo donde nos quedamos. Carta a D, Historia de amor. André Görz . Colección El arco de Ulises. Editorial Paidós. Barcelona 2008.

La vida breve

La brevedad de la vida, un suspiro. Apenas espacio suficiente para el lamento y la sonrisa. Mientras tanto, bañémonos en la felicidad húmeda del río. Diría Heráclito: en los tantos ríos.   (Corregir)

El tiempo

El tiempo ha sido poco, apenas breve instante que aún dura en la distancia.  Suficiente para los elementos de nuestro sueño de futuro, adonde radica el espacio para el polvo. El tiempo bienaventurado, en su virtud, nos despoja de orgullo y vanidad.

Dónde

Dónde estás de mañana o tarde, cuando el sol sale o caen las hojas. Dónde mientras espero el milagro de la vida y muerte y busco la fórmula del tiempo y las ausencias. Descifro crucigramas en la noche con la palabra insomnio y construyo laberintos en la mente para quedar encerrado en mí mismo. Dónde estás cuando los dioses griegos bajan a beber vino sagrado entre los montes o cuevas. Mientras generamos tiempo, esperemos el tren de la última estación.

Ya ves, la tarde

Escribo saudade. La tarde nada dice. Muda, sin palabras. Nadie alrededor canta. El viento sopla sin ánimo. El amor existe. No va ni vuelve. No está con etiqueta fosforescente para que le miren desde lejos. Un poema se escribe. Un acto sublime, simple, es también poesía. Ya ves, la tarde es gris y lejanos o cerca nos devora el tiempo. (Claro, corregir)

Elegía

Moriré cualquier día, a manera de ejemplo una tarde de domingo, cuando decline la luz para entrar la noche como símbolo del misterio. No se irán conmigo las palabras que te escribí. Porque yo no las tuve, no las poseí. Me tuvieron ellas atado en el hálito de la vida como las flores o la rama a los pájaros. Las palabras están, son, en el acto de escribir o en la lectura. Son en tanto ustedes leen en los poemas. Ustedes mismos escriben sus poemas cuando piensan en el bien de todos o cuando se da la comunión límpida del beso.

Días así

Hay días en los que amanecer no resuelve. En los que bien vale escudriñar la valía de abrir los ojos. Abrirlos de veras para saber los motivos del lobo escindido del rebaño. Uno de ellos fue ayer domingo de nubes negras. Uno de ellos fue ayer encabalgado en el hoy permanente. ¿Fue acaso al lugar dónde está el origen del signo, donde la clave es la misma fuera del paréntesis? En eso andamos buscando doblez a lo que no lo tiene. Un ramo de flores adorne el día con sus poemas. (Falta y corregir)

Negro domingo

Borro mucho. Más ahora en estos cuando la desmemoria de la muerte. La fatal dama que nos alumbra desde lejos y paciente nos espera. Encantamiento de la belleza ausente. La nada tiene nombres diferentes. (Falta y corregir)

De luto

Anónimo, desconocido o público, siempre es lamentable la muerte de alguien. Porque es la humanidad entera que muere en ese alguien. Pero cuando muere un poeta, y de la talla de uno de los más grandes de la lengua española, que habla en sus poemas por todos, muere mucho más que alguien. Así es el tamaño del fallecimiento de José Emilio Pacheco.

Alerta

La poesía es una broma del destino, manera de entretenernos en su lectura a ver si caemos redonditos sobre un pasto. Si reímos sobre cualquier cosa. Es manera común en que los dioses nos dicen: si este Valle es de lágrimas, daré para lectura unos cuantos versos que caigan bien sobre la quejumbre de sus almas. Por eso he tratado de borrar los versos que aprendí desde la infancia. No vaya ser que me vuelva loco. O me de por comprar para ti guirnaldas. o comparar los besos con tu espalda, o con flores de temporada. Es bueno saber que se te hizo fácil el olvido. El olor a durazno o guayaba quede lejos. Lo mismo que las lágrimas por esa carta. ¿Y el amor qué es? Me quedaré mirando la oscuridad del horizonte. Esperaré a que venga de nuevo el alba.  (Corrección severa)

Unción

Falta todo cuando faltas. Escribo la palabra unción, como decir: unción de ti. Memoria donde resuena la ternura del roce o fricción, como preámbulo. No estar es estocada, banderilla al toro de la tarde que percibe oscuridad de noche sin luna. Falta. Falta. Falta. La mirada en el punto del encuentro, falta. Algo así como si estallara el universo, cuando al fluir la vida, con ritmo de balada lenta, tu mano frota la piel del verso.

Lo sé de cierto

Lo sé, sin suposiciones. El amor es abierto, no cerrado, aunque egoísta, sí. Canta el gallo en la mañana y sale el sol. Es un decir, porque la tierra se mueve. Es abierto el amor porque extiende sus brazos abracadabra, como mago y genera chispas en fricción. Y el rocío en las flores, de paso, se levanta. Es abierto como onda expansiva. No en uno. En todos. Hasta en la aridez de los fuegos sin flama. El amor hace milagros. Algo así como levántate y anda. Y deja ya de jugar con las palabras. Y para ser amor, tendrá que ser egoísta. Mía y su equivalente en los pronombres posesivos. Donde andes, dondequiera que estés.

Nocturno

La suma de los días con sus noches. Cuervo. Horas de exterminio donde la nada domina. Cuervo. Negación de vida en la vida misma. Geografía abisal  en la que habita el misterio del silencio. La oscuridad de la noche es tal que se prolonga en la oscuridad del día. Dadme tu punto de luz, para moverme en círculo. (Corregir)

Una vez

Una vez. No recuerdo cuando. Me encontré con las palabras. Fugaces y esquivas, yo desesperaba por hacerlas decir lo que quería. Y ellas se me rebelaban. Dije luna y no brillaba la mirada. Y cuando dije amor, nada resultaba. Han pasado algunos años y aquí sigo, dichoso y pleno con lo que me dan, a gotas. De vez en vez un verso, una caricia real. Y soy agradecido. Cuando me digan que deje de escribirlas, me someteré a su mandato. Palabras, espada y caricia. (Falta y corregir, o definitivamente borrar)

Poesía y política

La palabra se cumplirá al fin cuando haya comida suficiente en la mesa del pobre, o se cumple si se lucha por ella.  El amor es cierto sin esas medias tintas del papel donde se escriben datos, no el poema. Importa la manzana, sí y la estrella. Política es poesía también si la palabra en el discurso se redime con la mirada solidaria más que compasiva y de lucha permanente: una flor, un pájaro, el abrazo, un beso. Importa el alba, el canto, en tanto importe también abolir el hambre. Sé,  también sabemos: no sólo de pan.

Lo sabe el unicornio

El unicornio azul, de Silvio, sabe, ya ve usted, la lógica del principio. A mí otro tipo, como decir respiro luz y me falta, aunque de vez en cuando respirar sombra es necesaria, para valorar los días claros. Sé, por ejemplo, que voy perdiendo el equilibrio que sólo tú me dabas. Caigo y tardo más en levantarme. Sé del infortunio. La luna sigue impasible en su luminosidad. Y oigo voces que le cantan. Yo camino, indeciso, amargo, a la espera del milagro, como tu jugo de toronja.

Otro paréntesis

No se si vengo o voy. Depende el rumbo. ¿Lo sabes tú?  Venir no es lo mismo que irse. Esa luna en la foto. El recuerdo de las luces. El tiempo no lo marcan los relojes. Y el despertador no es el que nos despierta. Es el tumulto, el jardín de los sueños, el tigre con nieve. El portentoso y viejo abedul ya sin sombra, sin nidos. Espérame que voy. No sé si tendré boleto para venirme a base de golpes de nostalgia. A base de quitarme la piel y quedar expuesto en carne viva. No sé. En un puño el pájaro de la felicidad. Y en uno está su muerte o vida.

Intermedio: Faquir y mago

Llega el momento especial, con la tercera llamada, donde sale el faquir y el mago, para animar a la gente, cansada de tanto esperar, digamos. Hay expectación,  por ver lo que sucede. A veces se tragan libros o el mar de un solo buche. A veces se cortan los brazos y estas de nuevo le crecen. Yo entiendo sobremanera y trato de ver el truco. Una novia se empecina en volar. En el escenario saltan las langostas comodudas. No comer pide el faquir, para mantenerse sano. Yo de la nada, alimento, afirma entre la risa. Este faquir y mago no engañan a la gente. Ellos hacen lo que saben de números que mucho ensayan.  (Corregir)

Paréntesis de omisión

La indiferencia, causa de las causas. Omisión es mala memoria, que ni un posdata corrige. Estaciones son momentos, como decir andenes. Parada obligatoria donde se sube o baja. En donde las miradas van  por la nostalgia y la prisa. Y donde el destino individual transita hasta la última estación. (Falta y corregir)

Paréntesis de andén

¿Quién merece tu amor? ¿El tullido, el manco, el cojo? ¿El flojo, el mentiroso, el tuerto, el ciego? Caminar y mirar se dice fácil. Aún el que anda no precisamente camina, y el que ve no mira. ¿Si no por qué los tropezones y las caídas? ¿Si no por qué el tumulto en hambre, la parálisis de todos ante la ignominia?¿Y el juez venal, el pederasta, el homófobo? Transitamos por caminos de sombras enjuiciando a los otros en cada palabra que pronunciamos. Nada nos detiene en ignorar insensibles la viga en nuestra alma. ¿Y el que caza infantes, mujeres? ¿Y el drogadicto, el alcohólico, el indiferente, el vanidoso, el ávaro? ¿Y los adoradores del oro desde la sociedad civil, el palacio y el púlpito? Somos un poco de todo. Vamos  rumbo al precipicio inocentes, ingenuos, locos.

Estación 14

Levantó muros. A la piedra que unía otros se encargaron de ponerle otras como espejo que refleja la luz. Y no fue luz. Piedra sobre piedra contribuyó a erigir su tumba. Terrenal y aéreo, ridículo y sublime, caminó entre su sombra y tu luz. Quedó dentro a la espera de mejores tiempos. Si el tiempo y el espacio es inmanente, allí se le encuentra, polvo en lo escuro.

Estación 13

El rostro amado quedó en el tiempo fijo como fotografía. La imagen detenida lo muestra en el escenario como un fresco de pintor renacentista. Como si estuviera colgado del puente de la utopía. Consumada la condena, retumba desde el destino final su débil voz donde se queja del abandono. Preámbulo del descanso eterno. Él miró a través del cristal de la misericordia. ´Sus labios se movieron como si dijera una oración última. Los que estaban cercanos dijeron que pronunció tu nombre. Nada prueba tal aseveración.

Estación 12

Somos el sereno de la madrugada. Transmutación de todo ante el pesar, el llanto, el desamparo, la muerte. La ignominia como forma general de vida. La astucia en la búsqueda del oro al grado de modelo.  Un hombre se llama Juan. Y está en el silencio y en el jardín con las rosas. Y el espectro general del momento. Se consuma el destino del elefante, el carpintero, la hormiga, el zorro, y en general el ser vivo en el desamparo. Somos presencias, seremos ausencias. Metamorfosis del polvo enamorado.  Este es tu hijo, también. Esta es tu madre. Así dijo.

Estación 11

Es el tiempo del tiempo. Helechos secos y barajas de cartas usadas que nadie juega. Boletos de avión sin uso. Territorios de sombras. Pozos listos para enterrar terneras sin piel, ni ojos o corazón. Se venden pieles de animales para calzado o abrigo. Cacería sin fin en la guerra. Tortura mental. Lanzas entrecruzan el paisaje. Resorteras y flechas. No hubo besos como balas. No hubo el beso final como dulce daga. En la cruz el hombre como chivo expiatorio del poder. Maroma, teatro y circo. En segundos los hombres de la cruz hacen recorrido del pasado y vislumbran el futuro. Desolación y muerte. Otra vida es posible susurra uno. Estarás conmigo, faisán. Sueñan con odres nuevos transformar el mundo. Cada hombre que les observa ríe con saliva entre las comisuras como espuma. Tienen pegado como pertrecho los odres viejos con el rancio vino del pasado. (Corregir)

Estación 10

Todo lo conocido se consume con el tiempo. Nada queda fuera. Los clavos quedaron fijos, estéticos con la carne. Pulsión de todo el flujo como milagro. No hubo duda de la culpabilidad legal. Vanidad de vanidades. Orgullo del no digo ni miro. Avestruces en la pintura de pared. Sinfonía de pájaros. Follaje y llanto. La cruz se yergue y recorta en el firmamento. No hay luz. Ni llanto. No hay clavos ni lanza. Es la indiferencia. Los celos. El fluir de la hiel en el interior. Nada podrá contra  la muerte. El hombre queda fijo en la cruz. Mira sin mirar a la muchedumbre. Los alumnos de la clase de entomología toman apuntes de su maestro, el tiempo.

Estación 9

Adscritas a mirar el mundo de una manera distinta. En el agobio de la carga de piedra. Con la mirada y sus manos en el vientre. Dispuestas a defender con garra. A manera de tarde de lluvia en viernes. Y la espalda en vislumbre. Efímera manera del lenguaje. Y el llanto por las tantas tardes. Por el cúmulo de hostigamiento. Los golpes en el pecho de las culpas. Los señalamientos  de índice por culpas de generaciones anteriores. Cúmulo de reproches. Volvamos el rostro. Banderas de paz. Oda al silencio y las palabras. Al fruto de la entraña. Que el viento tengo al fin la decisión en el empuje. Eramos otros, distintos. Reconocidos. Los amores de culpa. Las sonrisa de culpa. Como para desear al fin la muerte. En fin. El hombre observa de reojo a su paso con la carga de cruz. El llanto. Incontenible. Propio y de las mujeres. Herencia de la heredad prestada en el tiempo inmemorial. Él las vio de reojo en su llanto de lástima por su destino. Ellas vieron en él al hijo y al padre. Bienaventurada

Estación 8

Un perro lo salvará en el cruce del río Jordán. Ese es el destino cercano. Antes camina fatigoso por la calle. Sereno. A su paso, decenas le miran con angustia a su alrededor. Un hombre sin nombre se acerca y le ayuda a cargar con su destino cruz. Una luz son el amor y la amistad. En estos tiempos eso solo puede salvarnos. Unicamente. (Falta y corregir)

Estación 7

Cachiporrazos recibió por toda el camino rumbo al cadalso. Y todo por asomar la cabeza donde anidó su sueño de un destino mejor. Y recibió agua fría en la cara en un ´principio. En su cumpleaños una cruz de níquel de su estatura moral para redimirse. Y a caminar a golpe de fuete sin entender que ese flagelo correspondía a extraña fórmula donde se definía culpabilidad por retar al tiempo. le ofrecieron los guardias indulto si jugaba su oro de palabras en un juego de albur. Un guardia esperaba quitarle el reloj, la billetera, su documento de identidad. Había sido declarado culpable. Y con su silencio ominoso entregaba su vida civil, el brillo de su mirada, su piel seca para alimento de los perros. Era un sueño donde la verdad se dilucida. No dijo una palabra, pensó en la belleza, y su rostro se transformó de tranquilidad. Un sueño, la vida se dijo.

Estación 6

Descalzo, soportando riscos, frío, espinas. A la intemperie de las dilucidaciones comunes para, en esa lógica, despotricar: alzado, torpe, engreído, vanidoso. Y el hombre soportó denuestos mil, y siempre buscó en su mente las explicaciones del rol, el tiempo, las buenas costumbres. Este es el mundo señalado. El posible. Amoroso destino de los locos, de los tontos, de quienes saben de notas que nadie escucha. (falta y corrregir)

Estación 5

¿Quien asume la culpa  por los daños? Cada quien contribuyo para esta parte final del destino cruz. Estas manos que palpan, que dibujaron contornos para la siega, donde la lumbre atizó de fuego, se entrelazan a la espera del milagro. Arrebatos del día y noche. Penumbras a pleno sol. Pasa la nube. Horas de pesadumbre donde se deciden destinos tanto con indiferencias como con sonrisas. Habitamos soledades como rutas de salida en emergencia. Acudimos fantasmas a donde no nos necesitan. El pretor dice yo no condeno, no absuelvo. Todo quede así como lo recibí. Este perro destino me acomoda a decidir donde no decido. Paz y amor.

Estación 4

¿Qué significa el gallo? Sólo  eso, un gallo. Cantará por cierto tres veces antes de la claridad, o cuatro. Embozado el hombre asoma su rostro entre las máscaras. ¿Y ese quien es? ¿De dónde procede? Nunca caminé con él. Nunca le acompañé. Asegura con firmeza. Con la fuerza del sol desvía la mirada para no encarar a quienes le preguntan. Indagan sobre los que le siguen. No son las preguntas es la actitud. A punto del llanto, en la pequeñez absoluta, y para no arriesgar el pan, niega conocer dato, obra, imagen. Banderas y faldas al vuelo. El viento borra todo. El viento es el tiempo este.

Estación 3

Hombres de toga y birrete tienen el mando y las riendas. Tienen la sartén por el mango y al Dios terrenal también, por si faltaba. Con el dedo índice y con la viga en el propio concluyen culpabilidad. El oro les dictó conciencia. En la soledad el hombre buscaba razones del encono. De todo el encono contra su pensamiento, su palabra, su acto. De todo el encono aderezado con el odio del no poder ser, la oscuridad concentrada, la negación y descenso del hombre, ruindad, mezquindad contra la luz. El hombre con la frente en alto en el yo. Su fuerza en los recuerdos de luz con tu nombre.

Estación 2

Lo delataron varias veces en el trayecto. Escribieron y firmaron para constancia donde señalaron vicios, libros, trucos, y esas mentiras de pájaro y faquir. Firmaron testigos falsos. Tensado el acero resistió, aunque nunca falta el que busca el mendrugo de pan hasta abajo de las piedras a costa de dar tasajo a la piel y beso en público. Este es. Se encienden las luces. Se amplía el panorama. Esposas en sus manos.

Estación1

Premonición sobre el destino del hombre: soledad sin sueños, escafandra sin mecanismo de nada. Cuando en el huerto se muerde la manzana uno escudriña presente y futuro. Hay olivos y manzanos, presente y pasado. Actuar debe ser no por la comodidad muelle, que siempre es posibilidad de inteligencia en razón. Las palabras mil veces dichas, mil veces más encontradas, salvan a uno de la misericordia, lástima e ignominia. Una sola palabra traicionada termina con el trayecto. El pronostico del tiempo llama a nubarrones para chubasco. Oro en silencio para recuperar la brújula y la lámpara. (Falta y corregir)

(12) La dama mayor está aquí

Aquí estás ya, paciente, a la espera del último suspiro. Venías conmigo desde el nebuloso inicio. Destino que se cumple me acompañaste desde siempre.  En la alegría y amargura al fin cumplimos la cita sin tiempo. Adiós mirada, guiño, el azar en dados definido. Circunstancia de vivir fuera de caverna. El viento huracanado se transforma en brisa, suave, húmeda. Contracorriente siempre. Todo ha concluido.  (Aumentar y Corregir)

(11) Entomología

Como el entomólogo fija con alfileres la mariposa, para futura exposición. Y aplica laca al marco para el brillo. Así los clavos en el destino de cruz. Hay viento de tornado. Esperaban polizontes la ejecución, pero antes que el gallo cantara guardó silencio atroz. Era anochecer. Todos los tiempos en uno mismo. En la agonía la tentación de otra ruta de su vida. El charal es pez pequeño. Pero está en él ánimo del creador  compartir.

(10) Degradar lo humano

Camina con la cruz, la era perdida, ciego y a tientas,  A duras penas, con lágrimas y música en el recuerdo, trastabillaba con su destino de cruz. "No pido perdón", dicen a través de la radio de una casa cualquiera. Soundtrack de la película de sus tiempos. Llegaron al alba los fiscales del orden y los jueces. Y le quitaron el pasaporte con visa, los libros de civismo, el manual de autoayuda y los de filosofía. Le quitaron, en fin, el paraguas y el protector de sol. Y a la intemperie quedó sin túnica, palabras ni ideas. Y está donde estoy, donde nadie les espera y nadie con motivos al habla. Ahora cuando estamos en el fin de las estaciones. Despojado de sí mismo salió a la calle. Nadie lo reconoce.  Los fantasmas caminan por la senda del olvido.

(9) Caída tres

 Debiste de callar, esconder la cabeza. Y cada quien con el reclamo, culpas repartidas entre los demás. Al frondoso árbol caído, denuestos. El que menos, indiferencia por el destino del hombre. No es asunto personal, se dijo para sí. Cada quien en su ronda, su ámbito, por hambre, por inútil búsqueda de sarnosa fama. Cada quien enseñando a bailar sus propias pulgas. Desde el suelo mira a su alrededor y hacia lo alto. Con esfuerzo sale de la escena. Segunda llamada, tercera caída.

(8) Consuelo como bálsamo

Ni por mi, ni por otros, asomarse cada quien a su interior. La vida leve es polvo del viento. La vida breve tiempo sin vuelta. Pugna sin tiempo de revancha. Y a ti, a ustedes, la carga de piedras. Y a ti, a ustedes, el llanto y lamento. Pero atreverse a la sonrisa. Atreverse a ser, que tener es importante. Cosas por doquier. Como pozo a llenar. Como piedra lunar. Consolaos. Mejor el ser. Poema es estación de paso. Averiguaciones previas sobre el origen y destino de la luz. Incandescentes visiones de momentos, de eras, de futuro. (Corregir)

(7) Caída dos

Camina entre abrojos mientras recuerda el barro, la humedad, los silencios, el barrio. Entabla conversación en sí mismo y se reclama el llegar y decir sus palabras en parábolas (Cuando el verso se deslava y son los aullidos..). Debí decirlo de manera franca en su momento y ante quien se deba. Recibe latigazos de desprecio, indiferencia y humillaciones varias. Burlas. Carcajadas. Burlas y más carcajadas. El peso del destino le dobla -cae- y muerde el polvo de la calle. Voltea a ver quien le ayude a levantarse. Nadie está a su alrededor. Solo el silencio.

(6) Mujer desnuda (de alma)

Habían puesto en su cabeza ideas de perdón, afecto, solidaridad, como corona de espinas, para ver si el futuro del hombre estaba en la espina o en las puntas de alfiler. Y la gente miraba el espectáculo del hombre extraviado en delirios donde lo rojo era la palidez de los rostros. Y la cera fue el material insalvable de las consideraciones. Aquí estamos, y a punto de obnubilarse con sudor y sangre, luego de que le escupen en el rostro, un ángel se le acerca y limpia con su desnudez. Donde estás te sueño al aire libre. La tentación del vagabundo a quien le burlan como con "metete a redentor, etcétera". Él sueña con nenúfares. Está despierto.

(5) Alguien ayuda

Hombre y cruz por las calles entre el polvo terrenal y el tremebundo viento. Le falta el hombro para sostenerse, la oreja donde reciba aliento tibio, el ojo que escudriñe, el juego con las nubes de la vida. Miramos hacia todos lados para ver si en esta carga viene tu mirada, estación de paso donde los nubarrones desaparecen como magia. Alguien* que no sé su nombre le ayuda con el peso, la gravedad. Le miro de soslayo. En las aceras los jueces de solapa o falda con el dedo índice lanzan culpas hacia el otro. La cruz desaparece cuando tu mirada miel se posa en mi rostro y pronuncias mi nombre. Volteo, rumor de viento. Espejismo para nadie. *Simón

(4) Decir madre

A fuerza de paz y sonrisas, madre, navegamos en el valle, sin más que tu mirada tierna y el abrazo. Vamos a hacer buñuelos como siempre en semana santa. Cuando mi voz anuncia alegría es motivo para la fiesta interna. Luces y sombras me diste, las mismas proyecto porque soy yo y lo grito a los cuatro vientos. En el alba te miro a pesar de la neblina. Vienes a mí en sueños cóncavos cuando menos me lo espero. Y al despertar no estás.

(3) Caída uno

La piedra invisible, como material para erigir pared, cae con el eco del pozo rampante al oído. Y sigue en la caída, como escuchar el ruido de la madreselva al crecer. La gravedad, caer más, sin fondo. Caer de los sueños, huesos ateridos. Nadie se compadece por el que cayó. Por la calle niños en bicicleta y su ipad conectado al oído lanzan señales al viento. Desde la colina miro el ritual de dar de latigazos a personas sin rostro, sin nombre.

2) Destino como cruz

Registro como bitácora,  documento burocrático a manera de curriculum: nombre, edad, sueños recurrentes, miedos,  defectos.Y rostros con señal de cansancio escuchan el ditirambo por la edad, los errores. Y tienen disponibles maderos de pino en forma de cruz por las calles donde nadie sale a ver el espectáculo a dos voces. Por los siglos de los siglos la carga compartida. Qué dirán por la tanta felicidad. Una canción sin nombre se escucha en el auditorio.

(1) Condena

Tantas las  voces del fiscal. Y querer poner las cosas al derecho, cuando el revés fue lo normal. Le etiquetaron. Y  cada paso en libertad las alas le alertaron sobre el pantano. Recibió órdenes. Acumule. Compre. Maldiga. Traicione.  Y fue preciso detener la investigación al no encontrar delito mayor. A la salida de la caverna dio una moneda al invidente. Otra por el amor de Dios... escuchó decir con voz sonora. Murmullo del agua al pasar. Condenado a muerte, preguntó el delito. Nacer, el delito mayor, tal vez. Y esos pasos en el trayecto, errabundo. Libertad bajo palabra, no.

Te recuerdo

Azul en la distancia, te recuerdo. A tu paso heliotropos saludando en el camino. Chispas de adorno como sol, para resaltar el recorrido. Azul en la distancia es un decir. Son palabras en botella al mar. Indiferencia es otra cosa, sobre todo lejanía. Olvido es muerte, es el pesar del no recuerdo. Recordar es vivir a pesar de todo. Circunstancias, registro, frío. Te recuerdo es un decir también. Una manera de revivir las rutas por las que transitamos. Nuestro universo está en esa construcción de adobe, el campo, fronda verde. Y los heliotropos. Bien recuerdo. Por ahora majestuosa tristeza, leí. Qué bien. Donde quiera que estés. Escribo escribiré. 

Ars poética

Forjar acero con el calor de la sangre Para que suceda el día Como fluir la savia Escribir viento y que cabelleras Y faldas revoloteen. Las palabras muevan a conciencia para soñar en lo posible Y bajarlas de la nube, De eso se trata, Servir. Nosotros de este lado. Por otros lugares semejantes otros hombres, con otros nombres, distintos, en lo mismo.

Ultima estación

Entre la primera y última estación median riscos lanzados y textos escritos con dedicatoria. Un paréntesis entre la nada y la nada, con respectivos besos, guiños, recovecos. Cuando llega el momento de partir, hay parsimonia, rito. Redundancia por mirar hasta la saciedad luces y sombras.Todo libro, toda canción son redundantes. La última (estación) y nos vamos.

Zoológico

Ayer entré a una caverna como zoológico. Desde la entrada el espejo me sepulta, a su manera. Este soy yo. Por allá la sarigüella, hablantina. Mas acá un saraguato, de la calle, serio y muy conspicuo. Y aquel, un artista de la moda. Mire usted el lobo de historias conocidas. Y la mosca en su guarida. La jirafa entre las nubes, narradora de historias baladíes. Y el león, como lo pintan, con su edad resplandeciente. La oruga en su edad de mayoría. La serpiente ahora vuela, qué casualidad. Y el puerco espín anda ya bien rasurado de la axila. El perro no ladra más. Que ni se diga. Ese gato de la entrada, haciendo trampa con los boletos. El elefante -por Dios- en esa silla, parece de utilería. Y el orangután reverbera en la mirada., le maravilla el  futuro. Y el hombre, acá de espectador, engañado, donde todos los demás lo miran.

Instantanea

Es el momento de la fotografía. Nadie más por el momento. Listos todos para el click. De último, acomodo del cabello, o la ropa fuera de lugar. Evitar el parpadeo. Viene el click y las sonrisas quedan detenidas, así como el azoro. Queréis mirar futuro donde no hay más que un instante. Vano intento de esculpir en cera el olvido.

Flor

Esa flor, precisamente, con sus pístilos y pétalos, única. No de temporada. Con ese perfume tan especialísimo. Clara y con resplandor, aún en la sombra o en penumbra. Propia de nuestro tiempo. Siempre.  Fuego ancestral. Ave de  silencios. Derroche de luz. Flor de flores.

Instantes

El pétalo, seco, se desprende de la flor en un instante. La hoja de la rama, lo mismo. Se posa el pájaro o aventura hacia otro árbol, e inicia de nuevo el canto. Instante es el momento preciso cuando la oscuridad cede en el crepúsculo, o es la luz la que cede. Cuando roza una piel con la deseada otra y se siente brillo al entrecerrar los ojos. En un instante la mirada atrae el universo. Vierten líquido en el vaso para saciar la sed terminal, terrenal. Instante evitar suceda que la esquirla entre a los ojos. Instante mismo es la vida, solamente, brizna de tiempo.

En tanto

En tanto regresamos, cuidemos la memoria. Tiene el instinto feroz de seleccionar lo que considera necesario en su defensa. Un beso por ejemplo de tornillo lo recuerda. La daga por la espalda la recuerda. La huida veloz del bisonte ante la persecución asesina. El agua simple de la montaña. El abrazo tibio por la espalda como leche tibia. En tanto es probable y necesario regresar. Es un decir. Todo al fin es una prisa por vivir los ritos propios de la especie en tanto esperamos que suceda ni se sabe qué. A lo mejor madurar ausencias y presencias. El recuerdo es el sabor agridulce de mirar estrellas mientras nos fijan a la tierra con espinas. (Corregir)

Buenas cuentas

Al final de todo importan las buenas cuentas, el reporte de los talentos encargados un día, el del deber cumplido o no. Al final de eso se trata. Si al principio de todo fue el verbo entonces la palabra fue un deber como la felicidad. ¿Qué hicimos con las palabras? ¿A qué o a dónde nos condujeron? Si nuestra palabra fue de aliento o reproche. Si se alzó la voz cuando era necesaria. Si la ignominia nos cubrió como pesado velo. Si sostuvimos la mirada ante el vanidoso. Si la voz de uno fue la voz de toda la aldea ante el tirano.  Si entregamos al amigo por monedas de plata. Si escuchamos al afligido o si volteamos la mirada cuando laceraba el látigo del hambre a los niños. Si callamos y volteamos la mirada cuando a los inocentes quebraron sus sueños. Las buenas cuentas importan. Mientras tanto, podemos, avestruces, seguir en paz.

Plantar un árbol

Sembrar es dejar de lado la tristeza. Es responder con acto bueno las gracias recibidas. De natural enseñanza, cuando cosechar, la relación sembrar viene por norma. Es otro decir, porque sembrar es dar abrazos a la vida. Es gritar a los cinco vientos o catorce, que la vida es bella y cantar para recordar que juntos cantamos muchas veces. Y que en la memoria tenemos la joya del pasado, donde navegamos en cien mares, con el impulso del velamen interno donde luz y oscuridad no ciegan. Crecerá un arbolito. Será un árbol generoso. Sembrar es escribir con tierra y semilla el poema verdadero.   . (Falta y corregir)

A pesar de todo

A pesar de todo, la transparencia de la piel, las grietas, los surcos. Una a una las palabras aquilatadas por la luz y oscuridad de lo que dicen, quedaron grabadas en sangre. A pesar de todo volver a recorrer esos nuestros caminos, vericuetos, curvas, los que levantaron polvo a donde vamos. Decires donde se encara esa plaza de humedales. Límpida es la mirada como la transparencia del agua simple cuando se ven como por primera vez, aunque sean repeticiones del pasado, flores por el pasado nuestro. A pesar de todo volver. A pesar de toda la canalla injuria en la vida. De este modo u otro la ruta de nuestro trayecto siempre será el polvo. Y sin embargo a pesar de todo, triunfantes.

En términos generales

En términos generales malabares el destino, adiós. Guiño frontal y de soslayo, según. Miro a lo lejos el gallo del coronel en la novela. ¿Qué significa el sueño? Caminar a pesar de las botas, a pesar que el camino es trillado y común. La diferencia son los actos sencillos de las personas comunes. Una palabra, una película. Parábola de una vez el trinar del pájaro en la rama. Un día no hubo rama, ni de donde asirse. Y el pájaro, el pobre pájaro desapareció. No se sabe. Gracias por las palabras lanzadas al aire. A ver si viajan con las nubes. Aquí guardo muestras de que estuvimos en fricción paciente de piedras donde no había nada. Ni antes ni después. Precisamente, en términos generales.

Sol

Entre el frío y la oscuridad, el sol aparece, tímido. La verdad tarde que temprano. Luz al final del túnel, como a la espera del esfuerzo por salir, como recompensa. Los colores se ven más nítidos. Así en el transcurso de la vida. amplio el panorama y reconocible, cimas y simas, luz y oscuridad. Por lo pronto el sol. Y, brincando geografía, el agua eterna diluviana.

Míralos

Tienen la certeza en la mirada, no siempre la verdad. Caminan altivos como en alfombra roja. Tienen la sensación de estar en el piso 90 de un edificio sin elevador, como entre nubes. Y no sienten la necesidad de bajar. Un buen día se asoman por la ventana. Les da vértigo y deciden quedarse en su confort viendo la televisión con sky. Toman pastillas. Fuman. Y con esa seguridad en los discursos y en las charlas uno a uno se quedan dormidos. Y sueñan en que también el dinero sirva para ser felices.En la soledad sienten el aguijón de la desdicha.  Pero que bien se la pasan, claro, con sus marcas registradas. Un buen día es como todo: sonrientes nos dicen adiós, como lo diremos todos.

Yo también 2

Yo también pongo rostro a la nostalgia. Me abrazo del pasado reciente y digo discurso sobre los deseos del año nuevo. Palabras sin obra poco significan. Deseo salud del cuerpo y mente. Qué perdido. Compraré mis tenis y pants para hacer deporte. Y me fijaré metas para una dieta efectiva con menos ruido, menos sombra, ya ve la edad. Pongo junto a mí los libros pendientes de leer que se acumulan. Y me digo llamar con los nudillos a la puerta donde no abres. Miro la luna y con piedra golpeo la boca por no llamarte. Cada año soy el año que me asiste. Yo también vivo para olvidarme de la muerte. Soy mortal. Apenas polvo.