Estación 7

Cachiporrazos recibió por toda el camino rumbo al cadalso. Y todo por asomar la cabeza donde anidó su sueño de un destino mejor. Y recibió agua fría en la cara en un ´principio. En su cumpleaños una cruz de níquel de su estatura moral para redimirse. Y a caminar a golpe de fuete sin entender que ese flagelo correspondía a extraña fórmula donde se definía culpabilidad por retar al tiempo. le ofrecieron los guardias indulto si jugaba su oro de palabras en un juego de albur. Un guardia esperaba quitarle el reloj, la billetera, su documento de identidad. Había sido declarado culpable. Y con su silencio ominoso entregaba su vida civil, el brillo de su mirada, su piel seca para alimento de los perros. Era un sueño donde la verdad se dilucida. No dijo una palabra, pensó en la belleza, y su rostro se transformó de tranquilidad. Un sueño, la vida se dijo.

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