Míralos

Tienen la certeza en la mirada, no siempre la verdad. Caminan altivos como en alfombra roja. Tienen la sensación de estar en el piso 90 de un edificio sin elevador, como entre nubes. Y no sienten la necesidad de bajar. Un buen día se asoman por la ventana. Les da vértigo y deciden quedarse en su confort viendo la televisión con sky. Toman pastillas. Fuman. Y con esa seguridad en los discursos y en las charlas uno a uno se quedan dormidos. Y sueñan en que también el dinero sirva para ser felices.En la soledad sienten el aguijón de la desdicha.  Pero que bien se la pasan, claro, con sus marcas registradas. Un buen día es como todo: sonrientes nos dicen adiós, como lo diremos todos.

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