Buenas cuentas

Al final de todo importan las buenas cuentas, el reporte de los talentos encargados un día, el del deber cumplido o no. Al final de eso se trata. Si al principio de todo fue el verbo entonces la palabra fue un deber como la felicidad. ¿Qué hicimos con las palabras? ¿A qué o a dónde nos condujeron? Si nuestra palabra fue de aliento o reproche. Si se alzó la voz cuando era necesaria. Si la ignominia nos cubrió como pesado velo. Si sostuvimos la mirada ante el vanidoso. Si la voz de uno fue la voz de toda la aldea ante el tirano.  Si entregamos al amigo por monedas de plata. Si escuchamos al afligido o si volteamos la mirada cuando laceraba el látigo del hambre a los niños. Si callamos y volteamos la mirada cuando a los inocentes quebraron sus sueños. Las buenas cuentas importan. Mientras tanto, podemos, avestruces, seguir en paz.

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