Oquedad, ocre

No se piensa en oquedad. No se percibe como tal el color ocre. Es la sensación del domingo. Y otro domingo más con la percepción de que las ausencias son más fuertes que las presencias. Sonrisas como mueca. palabras sin emoción de las cuerdas que vibran. Y es también el sueño mil veces repetido de uno mismo en transitar por bosques vacíos, calles saturadas de polvo, galerías con cuerpos en cuadros que nadie mira. Galerías que tienen solamente el letrero de salida.

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