Sin mayor prisa el tiempo

Perdón, es un alarde el tiempo. Para él no valen prisas ni desvelos. Tampoco ausencias o presencias. Ni memorias o desmemorias. Transcurrre, transita  sin aspavientos. Dale tu mano o el beso. El tiempo es un delincuente que te despoja de las palabras, el ropaje y los datos que acumulaste. Destino común heraclitiano donde no somos los mismos aunque Juan me llame y me sumerja y escriba otro nombre en la lluvia de tu cuerpo para el mismo río.

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