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Mostrando entradas de abril, 2014

Armar rompezabezas

El modelo es muy sencillo. Para armar las piezas de cualquier manera no se requiere ciencia. Y sí preocupa el urdimbre. Y para  mejor analizar nube, gato, volcán, sangre y la mejor sonrisa, se requiere de paciencia. La novedad en este método es que no saldrá ni novela ni cuento. Y mucho menos poema. Aunque de atinarle bien, saldrá la canción perfecta. Un silencio me llama, un silencio me mata, un silencio me atrae. Eso es todo. Será ya de madrugada. Vendrá la luz. Nunca dije, nunca nada. Hoy me llegó una señal, como rabo de nube. Una rana en la charca.  Interpretar no es mi fuerte. Soñaré de nuevo, en armar rompecabezas. Se estila firmar al final. Bien dice fin, aún siendo la esperanza.

Niño

¿Mi balero dónde está? ¿Y el caballito aquel de madera? ¿Y la adivinanza donde del rey preguntaban la panza?  ¿Y los cantos de Cri Cri? ¿Y la patineta o el patín del diablo? Niño, ya deje de preguntar. Por eso yo bien recuerdo, los colores infantiles, donde jugábamos al agua, en un entorno de tierra. Y hacíamos globitos, con las pompas de jabón. Y vacaciones fueron, a más no decir, aprendizaje en sudor. Y la mirada de la niña aquella de tan flaquita, que me regalaba dulces; y luego un perfume, cuando primero de secundaria. Nos alegraban las palabras en lectura de aventuras y poemas. Los malabares sonidos con cubetas de tam tam. Las imágenes de las rondas infantiles. El saltar con la cuerda.  Y las caricaturas en historietas, como esas de Memín. Y de vez en cuando el chocolate tibio. Tengo las manos de mamá, en este terco corazón, que no te olvida. Lo sabes tú.

Que me cuide

Dicen que me cuide: sin lactosa; azúcar ni sal; sin grasa; cafeína; curvas. Entiendo con claridad lo que me dicen. Caminar media hora o más. Y no pensar demás, no decir, no sentir, no reclamar, no amar. Y camínate con tiento, que de mal agüero te busca la muerte. Esa nota mal tocada, o letra mal escrita, para la espalda pesa. Es como la mula  suerte. Así que mejor camina o corre, haz ejercicios de dicción, conciencia  y respiración. Baja algunos kilos. Y desaparece hasta con plástico la papada. Yo de plano hago muecas. Y en la raya me muero. Un violín. Una danza. Este libro o aquel. Y viajar por carretera. Los dientes me pela la muerte. Mientras tanto me escondo debajo de tu falda. Y seguro se descontrola, y en celos la muerte escapa, de pena. Aquí estoy frente a frente al espejo. Y me miro. Sé que hay algo de razón en los consejos, que no escucharé, para poder llegar a viejo. Ya qué. Sí, pues. Me sabe mejor la costumbre del pan dulce y de tus besos.

Es fácil

Es fácil aparente, decir sí, no, quizá. Es de lo más sencillo tomar un bote y meterlo a navegar sin ruta ni brújula. Es fácil cortar el árbol, la hacha a la mano, la fuerza, el corte. Es fácil dar la espalda, reír como sonámbulo, y maldecir o escupir a la cara. Pido un café para echar marometas de circo, saltar en un solo pie. Y escribir canciones para las barcas. Solo el amor hace libres, la verdad dicha. Salta en añicos el cristal cien mil veces protegido. La columna fuerte se grieta. Todo parece de papel ante la fuerza del amor, el grito tantas veces contenido. Vamos entendiendo. No basta decir sí, no. Es necesario tomar un cuchillo y sacarle jugo a las palabras, desangrarlas. Para que cuentan esta historia de amor.

El futuro

El futuro me abandonó desde la infancia. Éramos 300 para el embate contra la oscuridad. Traíamos la luz es un decir y el propio cetro. Y buscamos unos buenos guantes de box para enfrentar la vida. Y luchamos cuerpo a cuerpo contra la adversidad. Era montaña o sierra. Era valle donde había ojos de agua, venados y armadillos. Y no había caminos y menos fantasmas. Y los embates del miedo los combatíamos con sonrisas y movimiento de alfil sobre dama. Hicimos caminos y el futuro no llegaba, no llegó. Y nos dimos cuenta tarde que el futuro no existe más que cuando se presenta desnudo en el segundo de la dicha, y al instante siguiente infame se retira, dejando paso al dolor de la nostalgia.    (Corregir)

Y bien

Y bien, hay que sudar el día, bañar la nostalgia. La lejanía no es buena. Aparecen las nubes

Apunte personal

Pasando en claro mi hambre y la nostalgia. Decir lo extraño de la vida en el dolor y el gozo. Contar la biografía es poner en claro algunos datos para comprender razones.  Y pasando también en claro la vigilia. En el que repaso la película. Viene mi nombre completo y parte del destino que vendrá. Es un juego de palabras. Y escribo al punto Pasando en claro como decir, pasando en limpio. Tenemos el borrador donde escudriñamos ideas, razones, reclamos. Mirada de odio no por los demás, sino por uno mismo al romper el espejo. Cuando digo hambre digo también sed. Y cuando digo nostalgia, es que de verdad fue para ser lo sublime. Miro aquella nube cargada de futuro. Adivino la lluvia. Este es parte de mi apunte personal.

Albricias

Albricias la madrugada con frescor. Albricias la luz, alegría locuaz. La calle y su trajinar. Albricias la nube, lloverá. Y este dolor alegre del nunca jamás en la señal. Albricias la hora matinal. No canta el gallo, por qué será. Y ese cotorrito de repetirse por más.  Y esa lágrima suspendida. Y esa sonrisa. Albricias la canción contenida en el disco, sin girar. Y el gato en sus vidas. Y el cangrejo echado hacia atrás. Albricias la mano en la soledad. El mediodía en su esplendor como la medianoche o la media luna. El crepúsculo frente al mar. El amor (rima con dolor). El sueño en la vigilia. El inicio del laberinto. El final con nuevo inicio. La esperanza de volver. Y estas palabras, sin más razón, ni novedad.

Inicio de semana

La tercera es la propia, el ancla, el cuchillo. La tercera vez de enfrentar como búfalo a la nada. Resopla uno, la mirada altiva, y este calor que me mata. Y vamos levantando polvo en el camino. Y enfrentamos pared, roca, árbol. Y resoplamos. Es la parte nuestra que viene del instinto: la guerra, el degüello por deporte. La tercera vida del gato es apenas el inicio de lo que va a ser siendo. Un poco de todo, nube, ala. Yo por ejemplo miro el horizonte. Y sueño que aparece el arcoiris. Despierto  y me avisan que subió el precio de la alfalfa con jugo de toronja. Sano en ejercicio, caminar la nada en vereda.  Oigo un disco de Sabina, en eso de lo del mes de abril y la resaca. Vida apenas del tres, para siete. Juego y me distraigo al gato. Verme así, feliz, exhausto. Guiño a la mirada. Y apenas inicia la semana. Abro de nuevo el libro.

Escribo

Escribo para decir que estoy triste. Quien ha estado triste alguna vez lo sabe. Escribo para decir que estoy alegre, quien lo ha estado sabe lo que digo. Un tigre de pronto se aparece, reitero, con la nieve de la infancia. La realidad fantástica se impone al fin, en la película de mi vida. El sol derrite los signos de orgullo, miedo, vanidad. Estar triste o alegre, son los dos rostros de la existencia. Con sus variantes, claro. Quien se mira en el espejo se encuentra, y gesticula para verse distinto. Salgo al aire y gozo.  Lo mismo con el sol o lluvia. Nada hay de mí extraño. Solo que escribo y sé que otros escriben. Mi madre me observa desde las nubes. Y me nombra. Ah, deja que te cuente: hace días vi una niña asomada a la ventana en el avión. Y agita la mano y dice: adiós, abuelita. ¿No es maravilloso? Allí mismo miro personas que leen. ¿No es maravilloso? Pero escribo que estoy triste. Me faltas.

He aquí

1 Nos convocan de nuevo las palabras Con alas como hojas viajeras con mensaje de amistad viajan al norte de mí mismo. Aquí en el aeropuerto rumbo a marte nos miramos de soslayo El saludo formal y el abrazo Y te miro y me miras Y sonreímos Te deseo suerte en el viaje Y tú sabes lo que quiero decir

Dios

A veces llama Dios, y uno no lo reconoce. Yo sí. Es un decir. Sabe quien ya lo sabe. 

Abracadabra

En la noche miro luciérnagas y estrellas. De día este apabullante sol que se mete por las rendijas del corazón, siento. Y te cuenta historias de su traficar con su luz por todas partes. Por develar misterios y gozos. Cuando estás -sí, tú- me brotan palabras por los poros. Y hago malabares con la risa y el agua. Silbo canciones del recuerdo. Y la memoria acude a mí presurosa, para recordar la dicha de la vida: las manos se buscan, se encuentran, dialogan. Cuando estás hay fiesta en mi corazón con ritmo samba. Oh, qué será, qué será. Que anda a tientas por los rincones. Que busca los más oscuros callejones. Que es de sultanes, no de camaleones. Y se dan mutuamente la luz  Abracadabra, el amor.

Cuando estás

Cuando estás hay fiesta. Qué más decir cuando tu estancia lo dice todo.

No estás

No estás. Me es indiferente la llegada de la luz con el amanecer.

Ejercicio

I.- Cuando lo expulsaron del paraíso  -especiales sábanas, humedad con risas- el soldado raso apodado El Mashaco, sin confesarse y lejana espiritualidad, hizo memoria. Una mañanita tropical  conoció con la mirada, el complemento en ruiseñor, con santo y seña de mirada en reciprocidad. Una clave para reconocerse más allá de la muerte. Era un día como todos, con el áspero calor del trópico, y entre tanta gente, la vio como si estuviera sola. Dónde vives, amas, a qué hora sacas a pasear los canes, este libro porque lo quiero mucho es tuyo ¿tendrás una flor o fotografía que me regales? Se dijeron tantas cosas con el lenguaje de los ciegos. Vislumbraron un hogar con chimenea, un árbol de fruto repetido en el oído. Y el susurro de los dioses. Ahora sí, es el momento de escribir una bella historia de amor.

Goza

Goza en las tardes del estío, la soledad da para mucho, un texto, la caminata en remembranza, el ejercicio para endurecer la cara. Goza del libro para cabrear el monte. Somos indivisibles el uno nos queja, nos deja. La flor en ornamento seca sin clemencia dispara desde el recuerdo la felicidad prestada. Goza en el artificio de decir por siempre, sabiendo que en el amor no hay constancia del desastre. Goza el polvo que respiras, incienso donde quemamos nuestros adioses.  La vida es única, por eso goza en la caricia, la sonrisa, el guiño. Goza en el recuerdo las cartas de amor en manuscrito, entelequia por el que las lágrimas de cocodrilo se aparecen como huella nostálgica de la dicha. Goza el dicho ese en el devenir del tiempo donde se tallan en piedra los signos zodiacales por la suerte. Nunca es tarde cuando la dicha es mula. Ahora sí, sonríe, en la química digital queda el retrato de por vida. La posteridad de vencedores y vencidos está en el libro de historia personal: las rosas, lo

Dialogamos

Dialogamos casual la tarde. Un helecho con su espora. Un cactus con su espina. Una espina con la rosa. Dialogamos. Y el sol a punto de dejar todo en oscurana. Unos besos a escondidas, el silencio. Las palabras se escondieron para huir del discurso de hasta siempre comandanta. Los silencios iban con respiración entrecortada y susurros. Dame de tu pan. Dame de tu pan, que mojaré con mi café. Asalto a la razón donde reside el sentir del corazón.

Caballito de mar

Caballito de mar, roce mi guitarra tu flor de sal. Caballito de mar, por sobre la silueta de tu sombra y nombre, la canción en la nostalgia. Espejo de la vanidad legal y de revista. Apenas ayer, caudal de tiempo sin medida, anduvimos por la playa, y te vi, caballito de mar. Manos para acariciarte, la música. ¿Dónde está la medicina que sana las heridas del desastre en la ausencia de besos? Toco transversal la flauta incomprendido. Bestia, mísero de mí. Y me alisto para el concierto en la nube. Caballito  de mar. Te escribo como señal, humo en los ojos.

Tranvía

En la estación del tranvía, donde era mi bajada, me dormí por el poema de tus manos, y me di cuenta que era la subida. Y pasaron tres o cuatro estaciones más. Y ahora cómo me regreso al inicio en la estación. Sí, sé aquel tiempo muerto es el pasado. Y siento calor por la ceniza, que no se acaba me dice la nube. La vida está aún a tu disposición, como sirviente fiero y dócil. Aunque no por largo tiempo, dice el rito del fin en los últimos días. Hechos. Escribir de ausencias o presencias, es de uno u otro.

Cuando se extraña

Cuando se extraña en recíproco es que están construidos diques de cartón sin humedad. Entonces el agua se encuentra contenida, la vida contenida, la vida suspendida. Se extraña la soledad acompañada, los saltos al vacío, las lecturas a cuatro manos más los labios. Se extraña el cansancio que no se siente. El agitar de colibríes dentro del pecho. Y los pies se mueven bajo de la mesa con ese baile de vals antiguo. Me levanto y le pregunto ¿bailamos? Y a la transparencia no se le responde. La invisibilidad es el arma con la que termina la película más bella del mundo. Apenas se consensan datos para los días. Extraño el paraíso donde volamos el cometa de la dicha. (ASC)

Memoria

"No voy a escribir más", dijo Gabriel García Márquez en 2007 al periodista Juan Gossaín.  "Me está abandonando la memoria". No era asunto de olvido. Era que la memoria, en su deterioro incesante, no retenía más los hechos lejanos o recientes del gran Gabo, ese portento de la literatura latinoamericana. Así aquí, en esta ciudad vestida de gris. Esos datos -los nuestros- recientes, melosos y acariciadores, poéticos,  esa risa de canto, la voz en dueto, están en presencia como cal en carne viva. No es necesario llegar a una edad de más avance. La memoria se apiade de mí y seleccione datos e imágenes por eliminar. Que fuera selectiva. Aquí y allá, mis pasos y silencios como fantasma. Y mientras tanto, como el gran Gabriel, escucharé Nube viajera cincuenta mil veces. Hasta que no se requiera una más, y por hastío, esta terca memoria inicie la ruta del olvido.  (Corregir)

Aire

La transparencia enhebra historias de alquitrán mezcla con pompas de jabón. Este aleteo sin alas empuja las paredes hasta vencer si es preciso. Aire suave en brisa y en fuerza huracán, enojo y caricia. Derriba las fronteras entre la falda y la mirada. El Ojo captura nimiedad en lo sublime y viceversa. Aire falta para respirar cuando su ausencia.

Sal y limón

Dice la nota que Tania Libertad grabará un disco en homenaje a Gabriel García Márquez, y se integrará con las canciones que más le gustaban a él. Esperaremos dicho disco con ansia y frenesí. Y dice dicha nota que una de esas canciones, o la que más, es Nube viajera. Sí, la que canta Alejandro Fernandez: "¿Dónde estás? ¿Qué cielo cruzas , sin extrañarme, nube perdida? ¿Por qué no vienes a iluminarme luz de mi vida? Regresa pronto que yo no vivo y es por tí!"  Buen disco será, como limón y sal para la herida.

La tarde

La tarde se parte siempre en dos: la hoja cuando cae y otra cuando brota en silencio. Distinto rostro de nuestra misma vida.

Esperanza, la muerte

Mientras sea posible el olvido, tenemos esperanza que llegue la muerte. 

Nerudiana

O "Ya no la quiero es cierto". Pero tal vez ya no la quiero.

Tu nombre

Mis labios y manos pronuncian tu nombre ante el estruendo del silencio.

Celofán

Por ahora, a resguardo de la humedad, mi corazón en celofán.

Mi fuente

Mi fuente, en delirio doble, vacía su agua de mar.

Sin mar

 Y este río, ¿a dónde desembocará sin mar? La barranca responde...cascada.

Insomnio

No duermo para que los justos lo hagan sobrios, cuerdos. Para que otros iluminen senderos de sombras o reiteren la misma luz, la rutinaria. No duermo por la posibilidad que no marchitemos a fuego de artificios y de silencios. Camino en circular. Descalzo. Con la mirada hacia dentro de mí mismo, donde me habito desde la intensidad de lo inmediato. No duermo para escribir que estoy pensando en ti como un gastado discurso. Desgastado, aunque cierto.

Tus labios

 La tristeza de mi flor tus labios. Tus labios. La tristeza de tu  flor mis labios.  La imposibilidad  en el laberinto del retorno. La tristeza, labios que esperan una gota de agua. La tristeza,  concierto de la risa. Bastaba una palabra. Una sola. Silencio. El adiós es una palabra de tristeza  y alegría. Fuego viejo. Nuevo fuego. Las cenizas.  Bienvenida la derrota, el olvido. Yo no estoy sólo. Nunca. Y ese es mi triunfo amargo. Triunfo al fin.

Vamos a leernos

Vamos a leernos, vamos a reconocernos como ciegos. No inventes pretextos. La eternidad se nos acaba.

Estaré

Estaré siempre donde estás, aunque te sea invisible.

Pájaro ciego

Al pájaro ciego lo soporta su garganta para el canto.

La fuente

A la fuente seca aún llegan los pájaros a beber. Y cantan en la espera del milagro.

Cuando estás

Cuando estás, me falta tu presencia. 

En todo caso la guerra

La guerra es saltar chispas desde la soledad. Y no dejar entrar humo a los ojos. Y controlar los silencios y las palabras. Hasta el nivel necesario para exasperar. Hay obuses especiales. Como melodías donde se detalla la imagen del infierno. Fotografías en las que nada queda restos, menos de humedad. Y los obuses también son de silencio o de risas en muy otras circunstancias. O la indiferencia plena que supera en daño al odio. Mejor la guerra que la indiferencia. Esa sí mata. Y de ello no se trata. Empatar la guerra es evitarla. Ganarla es perder, todos. Ambos. (ASC)

Apuntes de los días

1.- Exposición de carteles de José María Morelos Villegas, en Conalmex Unesco/Tabasco.  Con diez carteles José María Morelos Villegas (Chema), tabasqueño radicado en Colombia, la semana pasada se inauguró en la sala de la Conalmex Unesco, sede T abasco, una exposición del artista diseñador grafico. Uno de ellos es sobre la muy conocida obra de teatro Hamlet. Hamlet es el poder, los excesos, la visión miope, interesada, egoísta. Lo descarnado de la vida. Al ver el cartel que anuncia la obra en teatro, ideado y realizado por José María Morelos Villegas, uno no sabe lo que hay detrás de él, de todo el proceso de creación. A la manera que el sastre de una buena prenda de vestir nos fuera explicando las costuras internas, nos lo explica Morelos Villegas, de manera didáctica, con alegría y entusiasmo: “Primero se visualiza el concepto. Esto lo he aprendido mucho de los poetas amigos, por el manejo de metáforas e imágenes. Lo sencillo sería tomar una fotografía de un instante de la obra y a

Armisticio

Armisticio es cesar todo ataque y dejar que al agua siga entretenida en la corriente. Armisticio es el ejercicio físico hasta lo exhausto, transitar por otras calles, mirar otros cielos aunque la misma luna, y pensar en la posibilidad del encuentro casual, el cruce en carretera, en una coincidencia total sin el cóncavo y menos el convexo. De soslayo es la búsqueda sin dar señales. Asomarse a las pequeñas cosas que están atadas en un rincón del alma y de la casa. Y cantar solos las canciones que nos hablan de la historia en las manos que pretende escaparse entre los dedos. Y llorar a solas sin decirlo. Armisticio es la solemnidad, por seguridad, de poner bozal al lobo que nos acompaña leal por los siglos de los siglos. Es hacerse tontos como decir sí pero no. Plan de guerra es un camino posible, solamente. Mejor la paz.

Discurso para plan de paz

Mucho mejor un plan de paz. Nada de pez con carnada y señuelo para mina. Mejor hablar sobre encontrar poemas en el famoso XVlll brumario de Luis B y en los convenios internacionales o en las películas que anuncian en neón las marquesinas. Mejor la paz, un plan, duradero, mientras los platos están ya rotos, los libros en el suelo y las cartas en polvo de carbón. La paz ayudaría para mejorar los adjetivos y suprimir los gerundios. Una guerra es todo lo contrario, estrategia de disparar a discreción silencios, alfiles rotos, falta de señal para los mensajes en clave. Silencio y palabras ayudan. Y silencio y palabras fulminan. Dependiendo del modo y la ocasión. Un beso soluciona mucho, casi todo. A semejanza de un café solo o acompañado de pan con mantequilla. Mejor hacer un arreglo entre abogados que saben esa parte de lo legal. Y aunque parece que discuten, al fin se ponen de acuerdo, pedernal, chispa de lux, sabiduría de caverna.  Siempre demos oportunidad para la paz. He dicho.

Divas

Vi el anuncio de la nota en una portada de revista: Las Diez divas de todos los tiempos. Y presuroso me asomé, por el interesante tema. Como te imaginas, estaba la Marilyn Monroe. La Marlene Dietrich. La Angelina Jolie. Y una por una fui revisando las siete más en escudriño especial, como con lupa. Y no estabas. Ya lo sé que dirás con razón: son criterios de gusto  del dueño o del editor. O el poderoso caballero don dinero que compró las páginas con oro, y su gusto muy a la manera de ver las cosas. En fin que no estabas y vaya que las vi. Mínimo ocho no estaba por sobre de ti. En eso de belleza, fuerza en lo que se es y, sobre todas las cosas, en transmitir la mirada, donde se trasluce la belleza interior.

Me olvidaré

Mañana me olvidaré de mí. Mis ojos, alfileres, encajarán punta de rayo en cualquiera parte para el dominio. Uñas para arar carne o tierra. Dientes para mostrar cuando el silencio también  Me olvidaré de las angustias por el infinito, el volcán, puños cerrados. ¿Y ese libro, esa pala? Los libros, hoguera del silencio. Una voz dice Ven, aquí estoy, me consumo en la rama del bosque, hojas. Otra: tanta lágrima como sequedad de vida. Me olvidaré del abandono de los sueños aún con el respirar profundo. Me olvidaré de la parte de mí que me ata al aroma sin perfume, a la parte que se convierte en lastre de pasado con futuro. Se hace necesario no olvidar hoja, musgo, pájaro, aquel disco. Y el poema envuelva. El poema salve.

Ausencias

Es de mañanita. Y la rutina de respirar. Y asomarme a la ventana. Nada hay de cierto del deslave. De la nueva ruta. De "hoy puede ser un gran día". Nada más que el reproche. Los latigazos. La mirada seria  al horizonte. Ver nubes en las nubes. Y saber de lo inocuo en las melodías de la radio. Nada dicen del pasado. En el que tuvimos brillo. Reciprocidad en la dicha. Los roces pedernal. La chispa a contraluz. Hay algo que no encaja. Un dolor en la costilla. Ausencias. En fin que la vida sigue. Gris es buen color, no dudarlo. Sin embargo es gris. Cantaré las canciones de ninguna parte y ningún lugar.

No sé

Entre tumbas dialogan lo imposible. Arboleda, pasto con rocío, flores. Más temprano que tarde polvo. Pensaron que la juventud tardaría más. O que la vida era eterna. Ahora son sin recelo lo que dijo Quevedo, polvo enamorado. Más que eso: la imposibilidad del no ser ya más. Sin embargo en ese lumínico pasado con presente hay una rendija pequeña. Por ella se cuela un rayo de luz entre las tumbas. Al fin.

Cuando escribo

Yo me entiendo cuando escribo. Por ejemplo, si digo camino convoco a que todos piensen en sus pasos. Yo mientras tanto me entretengo en los míos y hago nuevo recorrido, aromas, colores, luces, sombras. Si digo nubes, imagino las miradas de esperanza en el campo. Y pienso en la simple lluvia. En el llover y mojarme. Y si abro un libro es el pez al que convoco para que se olvide de señuelos. Yo confío en el filo de la daga, en la cuerda de la horca, en los barrotes de la cárcel que también tienen los hoteles de paso. Más vale palabras al vuelo que encerradas entre papeles. Cuando escribo, eres tú quien me dictas cuando me nombras.

Relativo

Con un abrazo el frío o calor no importa. Con unas palabras tampoco tipo miradas miel. Es relativa la espera. El tiempo. Con calor hay frío en la nostalgia, en la lejanía real y verdadera. Con frío, calientito transmite el encontrar señales de vida en el aprecio, en el gusto. Lo que no es relativo es el olvido. Y allí sí hay que tomar medidas. Y dibujar de nuevo las nubes de algodón.

Mi amigo capitán

Feliz el capitán, con su porte en esa edad. Capitán de juegos y sonrisas. Sin prisa las palabras, pero más aprender, de manera sencilla. Y ese pescar rotundo del abrazo, al cuello de ti. El mejor collar, que lo leí dijiste. ¿Y esa luna? Mira como brilla, madre. La traeré para tí, que la luzcas en tu pecho.

Fin

El fin, la caída. Latigazos bestiales. Culpas cabalgando a través de mil generaciones. Ser lo que soy. Soy lo que fueron. Piel con heridas de vida, al aire y cicatrices. El fin, acomodo de flores secas con olvido, alcatraces. Fin, como en las películas de antes. La vida estará en otra parte. A punto de partir la nave cargada con olvido. Detenedla, hay tiempo. Por lo pronto se cierra local por cambio de giro, no remodelación.

Parte de guerra

Nostalgia en domingo despejado punto no hay moros como miedo en la costa punto solo malva nos rodea punto amor permanece intacto punto arsenal del enemigo diezmado punto dolor de bajo vientre punto luna apenas visible punto estrategia funciona recíproca punto escuchar canciones es buen punto amor es una cosa esplendorosa punto y sin embargo no está punto amor es sentir fuego en la nostalgia y dolor punto capitán escribe textos para botella al mar punto imposible saber si son leídos punto escribir nombres recíprocos punto lotería como mensaje de dios punto atte seguro servidor a capitán escriba retorno punto

Arlequines y bufones

Al respetable público le muevan el resorte de la risa. Huérfano de rumbo ríe y aplaude, mientras sin saber aporta la sangre para teñir lo que era azul. Arlequines y bufones sin brillo, sin genio, son rostros de la derrota sin gracia, tienen hambre y apenas sus máscaras transfiguran en sonoras risas, huecas. Cuerpos sin control de movimiento propio. Son estrellas de sí mismos solamente y de sus iguales. Eso sí, tienen su pasaporte para ir sin destino final a los lugares comunes.

El tiempo

El hierro no resiste al tiempo. Rendido en polvo queda ante el inasible. La verdad pétrea, tampoco. A la vuelta de la esquina desnuda queda como afrenta. La roca resiste un tiempo. La lenta y persistente gota de agua la vence. En el cementerio callados descansan la prisa, la vanidad y el orgullo. El tiempo, el gran delincuente, sonríe siempre.

Conversar con el silencio

Conversar con el silencio es conservar los rasgos de locura en el origen. Santo y seña de la ruta a donde llegan ciegos los pájaros ya en picada. ¿Porqué ese afán de arar siempre en la victoria efímera contra Nadie? Dejad al cíclope que haga sus desfiguros, sólo él, en su defensa. Nadie conserva la voz por siempre. Guardadla, para que renazca con brillo.  El silencio aporta todas las imágenes, incluyendo las canciones pétreas. No, no vuelvas. Nadie hay. No habrá nadie.  Sin embargo tocan a la puerta. es el silencio que nos acompaña.

Lujo de detalles

Lo importante no es el poema ni su lectura. O la comprensión. Me gusta, qué más. En detalle la palabra evoca cuando se corresponde o no con la imagen esa del beso de tornillo aquel o el primer abrazo en vertical. Una sola imagen o varias. Nada es más importante entonces, o todo lo es. El silencio trata de cumplir una estrategia para vencer en la guerra atroz. O de fingir la modalidad del olvido, que será al fin la muerte. Con lujo de detalles acuso a la canción donde se dice todo. Vivir el poema es lo importante. No, no ganas nada.

Tu voz

Tu voz. Terciopelo. O seda. Tu voz aún en el quizás, tal vez, dubitativa. Tu voz agita el viento con sabor de miel.  Produce bello vértigo. Tu voz a decisión es caída y ascenso. Detente, contente. Lo bueno que el tiempo eterno sobra. Yo escucho canciones en voz muy parecida a la tuya. Y te veo. Te creo ver. Te imagino, radiante. En fin. Esta geografía no perdona. Ni el tiempo.

Viernes

Viernes como decir cualquier día. Pienso en flores y el aroma no acude presuroso. Pienso en lluvia y nada de humedad. En día soleado, y siento frío como indiferencia alrededor de mí. Pienso en palabras y siento que vivo en la torre aquella de Babel. Por eso decir viernes es como si dijéramos lejanía, ausencia, nostalgia. Y de nada sirve la sonrisa si va acompañada de sentir un hueco en alguna parte de uno. Espejo dí. Y el espejo calla por no decir de frente: con deterioro del tiempo el juego termina. Pienso en tí. Es viernes. Camino en callejones sin salida porque sueño que la vida está allá, en otra parte.

Las palabras

Nada hay más que las palabras para hacer fluir con gozo el agua del río. Un bosque y en ellas la hojarasca. La luz solar en polvo de piedra se cuela por entre las ramas. Las palabras lúdicas o salvajes, para la guerra o la paz en el amor. Trascienden el tiempo, de oído en oído cabalgan. Y cuando quieren remontan el vuelo. La palabra amor eleva al rango constitucional lo verdaderamente humano. Porque allí va el conjunto de miradas y caricias, del abrazo aquel. Por eso me distraigo mucho en el afán de cazarlas. Por ejemplo bailar suena a nubes, a dicha, a encuentro. Lo sé de cierto. Lo sé. No sé tú. Se me olvidaba decir, las palabras escritas o pronunciadas, nuestras palabras.

¿Bailamos?

El vals de la vida inició hace un instante muy breve. Con una fracción igual de breve, se irá, y no volverá para nosotros. ¿Bailamos? Así como sucede. Suceda. Canten en coro todos los niños y niñas de la tierra. Y los pajaritos también. Ángeles y serafines. Trompetas anuncian "Al fin bailan". ¿Y quién lo quita?

Espero verte en la eternidad

Espero verte en la eternidad. Nubes de algodón te pienso. Y esos ojos que acompañan la sonrisa. Brillan atónitos por la gracia. Río, y corrientes internas acompasan mi tiempo, nuestro tiempo. Si la eternidad es un instante una canción eterna es la que escucho, esa de la Natalie. Y dónde estés, ya sabes de las historias sin finales. Vuelve que la eternidad realmente es breve. La mía se acaba. Tiernos girasoles adornan la entrada del templo. Te espero en la eternidad. Aún no es tarde.

Si

Luego de la oscuridad nocturna viene la mañana con su radiante luz. Si tu silencio significa algo, es el conjunto de imágenes que se suceden como película para hacer brillar tu mirada. Sí, es cierto. La luna queda a veces oculta por  nubarrones oscuros malva. Hay poesía, luna y guitarras cuando sucede todo. Y tus palabras salen de una fuente como un canto.

Miro por la ventana

 Esta tarde del estreno de abril, olor a pan. Por la ventana miro el sol, su luz. Y las prisas en la mirada. Un camión por esperar. Un saludo desde lejos. La sonrisa. Un disco. (corregir)

Abril

Bienvenido abril. Y eso que ya sabes. El tiempo sin alas marcha y va.  No te preocupes, detendremos el tiempo, dice robot. Y en ese deshojar de margaritas, será abril o mayo. Por lo pronto te esperaba como agua de mayo también, perdón repetición agravada con rima. Mientras me acompañe Sabina -qué tal Joaquín- nadie te robó abril. Aquí está ya, te lo detengo. Minúscula fracción con flor.

De qué se habla

Escribo a veces. Oigo pájaros cantar. Miro  pétalos de colores, en flor. La vida es un carnaval en abril, y mañana. Un arcoiris se asoma. Un nuevo sol. Escribir cursi es una manera de detener el inasible tiempo. Y sonreír, que bien va al natural. Yo hablo de ti. (Corregir)