Amanecer de lunes
¿Qué sabe la naturaleza del cambio de día? Ella se ofrece igual en su magnitud. A lo grande los colores y su luz. A lo grande el ensueño del universo, tú incluido, mientras esto dure. Preciso por ello, dale, con tus sueños, el brillo que le corresponde. Más allá de lo común del café con el libro, lanza tu sonrisa al viento, al tiempo. No es necesario escribir, pero hazlo. Ni leer, pero lee. Sorprenderse de lo bello en lo común, si. Eso sí es preciso, justo y necesario. Para vivir. Y por supuesto, vale la alegría y dicha.
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