De sábado

Ningún día es de blancos y negros solamente. Ni los de fin de semana. Entre ellos tantos matices. Que pintan con su gama amplia la vida humana. Y como ganancia extra la libertad de actuar en los sueños. Por ello amo con intensidad mis días con sus noches. De día el cúmulo de conjugaciones verbales. El ir y venir entre calles y veredas. De noche referenciar la inmediatez y cercanía de lugares y nombres. Y soñar con cavernas, cielos, planos del universo que bien caben en un verso. Escribir el libro del afecto. Y despertar con la dicha de la vida. Con amor, amistad y esperanza. Un abrazo a todos. Es sábado. El alfabeto, la luna de día y la parrilla lo saben

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