Cuando las palabras...

Cuando las palabras tocan a mi puerta no les pido visa o pasaporte. Las dejo pasar y que hagan fiesta. Pero a veces sucede,  por cierto, que espero mucho tiempo a que toquen a mi puerta y el silencio es la respuesta. Dejo la puerta abierta, para que desde lejos sepan de la invitación a que entren y me desprecian. Pasan de largo sin morder el anzuelo. Es cuando me doy de golpes y hago que aparezcan, y vienen furiosas, nerviosas, sensitivas. Y dicen lo que quieren, salen abruptas a decirse entre sí mentiras y a gritarse su flojera. El mar debería contener palabras húmedas. Y desde allí cazar tiburones y langostas que en sus vientres lleven relatos de piratas o náufragos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?