Azul la tarde
Azul la tarde, con manchones de amarillo. Un calor insoportable, para soportar las miradas con esperanza. Yo me siento a esperar en las bancas de los parques, sin esperar nada. Menos la angustia, o la soledad, no me engaño. Mas de pronto el colibrí, en la flor. La vida. O la pelota que salta, del niño. Una nube blanca que se desliza sin más. es lo que digo, que de pronto la vida se te presenta en las cosas sencillas. No echo de menos las bugambilias de la infancia (con las espinas), porque tengo a la mano de mirada la fiesta del amarillo en el guayacán. Es abril. Azul la tarde, como un celeste, como diciendo cielo. Anoche me asomé a ver la luna y no la vi. pero que maravilla las estrellas, como diminutos oasis de luz en las alturas. Mas sin embargo, mejor la luna. La nuestra.
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