Puñal
Agazapado, encubierto, en alforjas inimaginables, el puñal. Conjunto de palabras que terminan la miel, y no solo pasa a hiel. Es dictar el discurso breve, en dos o tres palabras, certeras, como flechas al blanco. Hasta aquí, hasta allí. El hasta siempre pasado por hacia un hasta nunca. Despellejada la piel con palabras que son más que espada con filo tenaz. No son adiós, ni hasta luego o pronto. Tampoco nostalgia. Es matar tres pájaros sin ningún tiro. Solo palabras. En fin, qué más. No hay fin que por inicio no venga. ¿Era previsible? Nada es previsible en el amor. Las palabras tienen vida propia. Y hay ninguna misericordia. Sobre todo cuando iban libres, las palabras. Y nunca esperada la señal. En fin que solo el corazón sabe del golpe, cuando el puñal se adentró, inverosimil, increíble. Daga fina, puñal. Discordia de las palabras. La carretera sin señal desvió al barranco.
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