La primera dama

La angustia reflejada en el futuro va amarrada al presente. El hambre circular en la mirada de los niños donde se abandonó el campo. La carcajada sonora en los patios de los catedrales, quintas o palacios con buen vino y manjares. El nuevo disco. El auto Cadillac o Mercedes. Y el viaje a Miami para la compra de perfumes. Una dama de huaraches pata de gallo robó un litro de leche en el súper. La obligaron pagar a doble el precio. Y la amenaza del policía de que la próxima será distinto: cárcel. En el campo la señora muele maíz. La hija inició el camino a los doce años a pedir por los cruceros. Y el pago de la beca no llega. Arriva al trueque carnal. Piso de tierra en esta su casa. Pásele tía. Gracias. A lo barrido. Murió de cáncer la sobrina de María. ¿Quién está asomada a la puerta día y noche? La dama muerte, acecha, con paciencia, ayudada por las cornadas que da el hambre.  La eterna  primera dama.

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