Melancolía (2)

El tren llega a la estación donde nadie sube ni baja. El conductor tiene experiencia suspira y silba una canción de adolescencia. Pasará siempre por donde mismo las veces que sea necesario. En el riel quedó un sueño de moneda desdibujada al paso raudo de las ruedas. No hay tren, no hay estación. Nadie lo soñó.

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