Pez

La espina del pez en la garganta. Y el esqueleto completo queda a la deriva. Pasan los perros. Lo huelen y se van. Fue el epicentro del mar en su nadar elegante. deslizándose como pez en el agua, tan así. Desafiante de la ola y la corriente. de norte a sur. Y el señuelo frente a él, con anzuelo suficiente. Y a la garganta por palabra dicha o farfullida entre ese conjunto de piezas húmedas incluida agallas. El pez brinca. Chapotea. Y logra  herido soltar el anzuelo que lo atrapó. Desde ahora por la tierra, entretenido en naufragar entre la hierba. De agua a tierra. promontorio de sueños. En lata ahora puesto al comedor.

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