Día mundial de la poesia

El hombre tocó a la puerta de una casa donde no era. Casa de la risa. No de la rima. Marcó un número y era equivocado. Deje su recado. Nosotros le llamaremos. Se quedó sentado en una sala de espera donde el reloj estaba detenido. Sacó su libreta de apuntes. Y no encontró pluma. Tenía las palabras precisas. Nadie de los vecinos de asiento traía pluma. Y se quedó esperando.

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