Bienvenido

Me digo a mi mismo bienvenido. No es asunto de puntos cardinales de norte o sur. Es yo que regreso a mi en lo que soy. Semilla y fruto.  Pan dulce para el café que está listo en la mesa. Y el corazón que marca la pauta para la dicha. Me alegro de bienvenir, de regresar, al punto donde esta mi destino y mora mi origen. Allí el nido y la fragancia. La mirada alunada y el guiño junto con el abrazo. Es junto todo. Sin dejar nada al azar ni permitir que la viga entre a los ojos. Me descubro a veces solemne y otras con desparpajo hacia lo serio. Cuido mi careta o máscara por sí las dudas. Y tengo mi miel para lo dulce que es el deber ser. Por lo pronto me doy la bienvenida. No sé usted. Que ya sabe quien es. El amor seguirá siendo siempre algo como maravilla y esplendor.

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