Café aromático
Pido café con pan tostado y mantequilla. Y me sirven en bandeja de plata una cabeza sonriente. Es de mal gusto, digo, servir algo que no pide uno. No me enojo, por supuesto. Pero es algo raro estar en una situación así, incómoda. Café por cabeza humana. No. Que pena que no horror, o algo así, parecido. Indiferencia sí, notoria. Entonces se me ocurre algo genial. Cambiarme de mesa. Y funciona. Pido de nuevo un café y me lo sirven. Asunto arreglado. Aromático, caliente y humeante. Y pan con mantequilla.
Comentarios
Publicar un comentario