De nuevo, Sam.
Así, despacio, como si nada, se escurre el agua entre los dedos. La vida así, sin aspavientos, despacio, se va agotando entre las franjas minúsculas del tiempo. Por eso, hoy no tengo palabras para discurso. Por eso hoy no tengo palabras para ir acomodando en el cuaderno. Todo sucede cuando no sucede nada. Vamos. Dame la mano. Para bien terminar se debe cantar una de esas canciones como volver a empezar, de nuevo, otra vez, hasta que nos marquen "the game is over". Mientras esto sucede, tócala de nuevo, Sam.
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