Relee a los viejos maestros
7.- No olvides releer a los viejos maestros. A los que te pusieron alegre y triste. A esos que vivieron una vida a como pudieron o quisieron, pero que escribieron con la tinta de su sangre. A Diderot, a Dostoievsky, a Monterroso, Rulfo, Borges, Bukouski, Hamsum; a Saroyan, Kundera. Ellos vivieron su propia gloria e infierno. No sigas su ruta porque no podrías, además, en caso de querer. Sigue la tuya, pero reléelos. Y recuerda lo que dijo Borges, siempre: “me enorgullezco más de lo que leo, de lo que escribo”. Aunque se sabe de Borges su juego de falsa modestia.
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