Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2016

Quién

Quien tiene amistad o amor de sobra, dinero de sobra, vida o muerte de sobra. Quien tiene palabras o silencios para repartir, lágrimas por ocultar, trabajo o descanso para que todos alcancen. Es raro todo esto del reparto desigual. Mala o buena suerte, estrella, sueños de sobra. Agua en abundancia o alimentos de sobra para la sed y él hambre. Hay ritos y protocolos por todos lados. Hay tantas esperanza que tienen unos y a otros les falta. Quien tiene disciplina y valor que le sobren para compartir. En este mundo desigual todo se ve normal, incluyendo a la ceguera moral de ver sin observar. Indiferencia total. Quien tiene de sobra un buen corazón. Pies para caminar. Alegría por repartir. He soñado cantos de pájaros donde hay soledad. Quien tiene el olvido que necesita o en todo caso el recuerdo que ya no está. He encontrado en mi trayecto ausencias y presencias. Sueños e insomnios . Oro para lucir y para gastar el sudor del otro. Borrador

Con esa seguridad

Con esa seguridad a contracorriente del tiempo. Al border line, en la frontera, para asomarse si estas prisas dan como resultado lo que se espera. Medidos los minutos y las horas. Bien de noche o antes del amanecer. El suspiro. El ver por la ventana la oscuridad o lo claro del día. Luna que está y no. Así en el sueño. Andar por caminos y carreteras. Llegar a pueblos de muchas tradiciones. Donde se hablan otros idiomas. Y dejarse llevar por esas calles. La gente atenta. Ofrece lo que vende. Comida típica. Y yo mirando algunas referencias con la vida o muerte. Con detalles de fachadas. Para tomar la ruta de regreso. Al lugar de inicio. O a la ruta de l despertar. Para no quedarme si no fuera necesario. En ese mundo maravilloso de la imaginación. Donde paz se transpira. El sueño prodigioso con sus miles y miles de imágenes hasta el infinito. Donde estamos ahora. En esa acometer del día que sigue. Hoy.

El pájaro carpintero no se mete con la rosa

El pájaro carpintero no se mete con la rosa. Se afana en la madera. La luciérnaga es atraída por el sapo. Y este por su luz. La vida sigue su curso. Anoche vi una película de un breve amor eterno que duró ya no sé si diez días o diez meses. No la cuento porque duró la película dos horas. Y el tiempo vale oro. Más hubo libros y poemas de por medio. Platos rotos y reclamos. La ciudad no era tan grande. Y en la playa cercana miramos arrobados  el material de los sueños. Yo me dedicaba a escribir cartas al mar. He caminado ya de vuelta en el largo camino. Y a veces me detuve en parque a descansar y me quedaba dormido. Un perro olfateaba jalado por la correa de una mujer de sombrero. Cada tarde. Yo quita del libro la mirada. Para verla solamente. Cronómetro en mano. Una mosca a mi alrededor. Y los paseantes con él buenas tardes. Un pájaro carpintero picoteaba confundido el aluminio de un farol. Yo me puse a escribir sin tema. Solo para ver si así responde el económico el llamado que hago ca

Nada se detiene

Un  día después todo sigue su paso, su cauce. Rumbo y ruta. Nada se detiene. El aire, el agua, las nubes. El eterno circular de la serpiente, el esparcir del polen, continuar con la semilla, la simiente. Alguien escucha las mismas canciones de la radio. Hasta que llegan otras.Todo cambia. Nada se detiene. Cantan los pájaros conocidos de las mañanas. Las palabras siguen siendo belleza aún en los lugares comunes. Los templos están abarrotados. El payaso hace sus rutinas de domingo ahora en lunes. La mentira florece. La verdad se esconde. No  Échale cinco al piano y que siga el vacilon. He despertado. Para soñar de nuevo con esta máquina de hacer márgenes. Otros, con riscos en la mano esperan que pase por el camino, pase el Puente, para hacerme sentir su presencia. Nada se detiene. Ni el amor. Y la esperanza parece a veces que agoniza. Pero de que muere a lo ultimo, muere. No olvides el poema de libro. Que en otras lecturas siento distinto. Ese preciso libro. Dónde andas Hermano Heráclito

Una flor para ti

Una flor para ti. En este camino que inicias desde ayer o antier. U hoy. No importe el tema de la sucesión de los días. A fin de cuentas uno se marcha desde siempre. Ligero de equipaje. Desnuda la palabra. Frágil la carne del combate. Arrullado por canciones, o por cuentos, si acaso. Aunque las oigas. Quizá sean eslogan. Palabras comunes. Las palabras de aliento eran para ayer. Ahora salen sobrando. Ya lo sé que me voy, de a poco. Ya lo sé que te ibas. Mas no deja de ser sorpresa cuando se presenta el hecho. Dónde estaba usted ese día del hambre, a esas horas, me preguntan insistentes. Con una luz parda frente a mi cara. Escriba usted unas palabras. Serán analizadas. Caminamos por el desierto de noche. Era un calvario. Los niños se nos iban muriendo. Y lo mismo los ancianos. Y los íbamos abandonando con lágrimas en los ojos. Como pedernal con filo, en la piel. Mi abuelo traía tunas. Y el peso del tiempo se hacía una carga más. Comíamos hojas silvestres. Algún tejón cazamos. Mas no nos

Quién

Quien se asomará a mi fúnebre caja. Para mirar por última vez mi rostro, esfumándose ya en el devenir del tiempo. Miro a solas la última carta. Quién elevará la mirada al cielo y pedirá un buen camino en mi ruta a la nada. O al contrario con envidia dirá un Gracias a Dios por el eterno descanso de esta alegre alma. Este es un tema de Serrat, que me robo en este instante para darle sentido a la vida en domingo. Un día nos toca irnos. Un día será la despedida. Y Serrat con Sabina. Aute y Silvio. La Tania y Eugenia. Estarán en viva voz conmigo cuando yo mismo ya no esté. Quién será la dj que se encargue de darle continuidad a estas voces en ese día artero del para mí nunca más.

Vamos a encontrarnos

Vamos a encontrarnos sin buscarnos. Habrá siempre puntos de confluencia. Interjecciones. Como antes. Nada está precisamente perdido. Todo se encuentra intacto en el caudal de recuerdos. No hay amenaza para el olvido. Solo la muerte. Ni la suerte encontrada o en sentido contrario. Vamos a encontrarnos. Nos hemos encontrado. Nada está perdido. Hay esperanza. Que muere a lo último. En aquella nuebe como algódon de azúcar. En la luna llena coinciden las miradas. En ese poema cien mil veces leídos y anclados a ciertos momentos. La lagua o playa, por ejemplo. O la gasolinera donde nos estacionamos en esa larga ruta. Tampico. Es un decir. Un conjunto de imágenes que nos lleven a otra parte. Y el universo a punto de estallar en la transparencia del agua del pozo ferviente. Vamos encontrarnos. En este u otro mundo. En la transparencia de  la vía láctea. En un café donde no volvimos luego de las lágrimas, aguita de sal. A veces, solo a veces, humo en los ojos. Precisamente. Este domingo es grand

Vamos a escondernos

Vamos a escondernos del miedo, la zozobra, la incertidumbre. A escondernos de los dedos índices, de la calumnia. A escondernos de la noche, de las algas transparentes. Vamos a escondernos de los calumniadores. Encontremos el respiro necesario en la belleza. sea el concepto de esta que tengamos. Caminemos por la vida sorbiendo sabia. De frente al viento. Esparciendo polen. Bajo la lluvia. Hemos de tenernos mientras esto dura. Tengamos a la mano el libro, la brújula, el pedernal.  Cuidemos la cueva, la pintura moderna en las paredes, la mirada transparente con guiño, las fotografías donde estuvimos apenas ayer. Que está ya lejos. Vamos a tomar banderas. El gran sueño de la paz. De alimentos para todos. De ríos de miel y leche. Hemos encontrado el pez. Déjalo libre. El agua que fluya. la mariposa que se acerque a la flor. No interrumpas. El amor nos rodea. De siempre. Desde antes. Ahora. Siempre. A veces confundimos los momentos. Ponemos al revès el santo por si acaso. Buscamos fórmulas e

Hoy la excusa viene siendo

Hoy la excusa viene siendo por si las dudas tomar café por las tarde en la Antigua o té. La salida a la oscuridad o luz, depende del cristal con que se choca. Jerga, dijo el niño para limpiar la mesa luego de tirar el vaso con nieve de limón. Me sacas de quicio. Entonces. Dijo. Las excusas vienen siendo las mismas siempre para no ser feliz. Y echar la culpa con índice a los otros. No hemos sido los culpas nunca a nuestro juicio. Y el agua salada en la piel. Y los tantos rostros antes de nosotros. Combinaciones sugerentes de la intimidad. Las canciones nunca olvides las canciones. Ni tampoco los libros. No hay excusas para la vida o muerte. No las necesitas. No las necesitamos. las mentiras fueron plumas ingrávidas suspendidas. Metal sin peso específico. Ni estamos para sacar de casillas o cuentas. Solo cuentos entonces si acaso. Y esos versos recordados de Neruda, creo que el XX o XV o ambos. Me gustas cuando bufas. Porque andas como bipo o distante. Como si todo te valiera. Ujier de c

Pensaba en mi

Pensaba en mi. En ese trayecto largo ya del tiempo hecho a la medida. Pensaba en los tantos asuntos y tantos caminos. Sobre las flores silvestres y tunas. Mis maestros, donde anden. Las guitarras y sus canciones. He chozas y en la piel angustias y buenos deseos. He caminado por plazas distintas. Parques de buenas sonrisas. he visto arboledas desafiantes en las alturas. De la nieve de limón. Pensaba en mi. Mis arrugas. Mis ojos. Mis manos que se comportan a veces como de ciego. Las cartas de la baraja contrarias a mi destino. El papalote echado a volar para trazar líneas imaginarias. Hacia los otros confines. A donde estaremos mañana. Hoy mismo. Mas tarde. Pensaba en mi porque me urge escribir los sueños de las tantas noches posibles. Yo no estaba ayer. Mañana quizá. Mi cuaderno tiene mi nombre. Mi diario. Mezcla de recuerdos y olvidos. Lugares comunes a donde me refugio como ahora o ayer. Pensaba en mi. Lo mismo de siempre. Aprenderé a encuadernar. Disección de mariposas. Y el total de

Texto para el XXIX aniversario de la Sociedad de Escritores de Tabasco

Dedico este texto a Juan, que ya no está, por el que soy en parte, porque la otra parte es por Leonor. Agradezco a los integrantes de la Sociedad de Escritores letras y Voces de Tabasco, la osadía de proponerme y aceptar que yo viniera a leer un texto construido para celebrar el XXIX aniversario de su conformación legal a través del hecho constituirse en una forma de asociación civil. Los amigos y amigas de verdad son como ángeles. Como ángeles de verdad. Allí están siempre. No precisamente en físico. A veces sí. Por eso agradezco esta manera de distinguir y distinguirme de comentar temas relacionados con talleres, palabras y Sociedad de escritores. Otros con más mérito estarían aquí por mí. Mas no tuvieron tiempo. Otras ocupaciones, etc. El caso es que aquí estamos. No es precisamente una ponencia. Y mucho menos magistral. Es una charla de un maestro de educación básica que escribe y que se mete a otras aventuras donde no siempre sale bien librado, pero siempre sale avante con

Pensaba en ti

Pensaba  en ti, grillo de la noche. Desde niño te llevo en mis oídos. Loco de atar con capirote. O mosca zumbona. A veces si. Se intercalan. Adiós o bienvenida. Pensaba en ti, guitarra de las tardes. Dispuesta a la compañía. Con tus cuerdas al punto, listas en la escala perfecta. Y tu madera sonora. Bien que bien en esas noches también de serenata y los besos. Pensaba en ti paraguas sin lluvia, conteniendo al sol. El agua fluye. Fluimos siempre a modo del ritmo de la vida. Porque hay un dios. Y lo has de pagar. Pensaba en ti, palabra saltarina y cumbrera. Reverberas. Nochebuena de asalto a la luz.  Pensaba en ti. Palabra no dicha. O escrita en el libro aquel que guardamos por tanto tiempo. Biblia de lo cotidiano. Pensaba en ti. Luna de octubre aunque te presentas en enero o abril. Y en esas tardes destacas sencilla en la inmensidad de las alturas. Pequeña visión o grande de lo que sé es y no. Más pienso en ti. Curva en pendiente. Cueva de aliento. Nostalgia en mi pensamiento. Olor de d

A mi padre

Ayer pasé por donde mi padre. Estaba en uno de sus lugares de trabajo. Y le rodeaban sus amorosas hijas y sus hijos. Calentaban la comida del mediodía. Yo me uní con algarabia y hambre a ellos, quienes se alegraron. Había yo caminado mucho por una calle que bien identificó. Pasé entre varios grupos de personas que tenían fiesta o algo parecido. Y lanzaban cohetones y detonaban luces artificiales. Pasé entre ellos y llegué hasta donde a estaba mi padre. Yo sentía que era sueño. Allí estaba Juan, el noble y humilde Juan. Yo pasé entre una pared y carro. Logré pasar. Aunque el auto sin freno de mano se mobió hacia adelante sin pasar a mayores. Ali estábamos calentando comida. Y comerla. Y platicar con la sobria alegría. No fue un sueño volátil e intangible. Fue la realidad de los sueños.

Se tú donde andes

Se tú donde andes. Donde antes también. Como un modelo. Auténtico, auténtica. Calles o hables, sea tu vocabulario, tu manera de decir y el tono. Lo que has sido. Lo que eres. No partas de falsas percepciones. Ni actúes en base a los halagos. El cuello de la jirafa es así. El del ganso o la divina garza. Lo auténtico se valora. Brilla aún en la más densa oscuridad o los peores instantes. Nada hay más ridiculo que pretender ser lo que no se es.  El cobre no simula ser piedra. Y esta no aparenta ser agua. Los animales son exactos en lo que son. Salvo a veces en el camuflaje. O en Monterroso. Cuando la rana que pretendía ser original. Y sabía a pollo. Se tú. Con esos discos del pasado. Con ese intento de validar tres veces el canto de la traicion. Y ese aparente no recordar como el olvido. Donde andes, donde antes, donde anides. Pajarillo. Y más a solas. Donde no hay pero que valga. Ni perro que mueva la cola. Se tú. Artificio de festejo, oferta de temporada, son visaje. La muerte viene a

Te reconoce el agua

Esa sensación de contacto con el agua. Sea en el placentero baño matutino o a cualquier hora del día. O bajo la suave o intensa lluvia. Cuidado con los rayos. O las profundidades. O en el agua corriente que baja de la montaña. El agua y el cuerpo parecen reconocerse. Como viejos ciegos y alegres conocidos. Como conscientes del origen. No nos bañamos cierto dos veces en el mismo río. Ni nuestro cuerpo es el mismo. Diluimos. Más algo pasa cuando el contacto con el agua. Cuando el contacto del agua con nuestro cuerpo. La humedad tiende a reproducirse. A reporoducirnos.

Sueño

Una vez descubrí una expresión que me satisface: yo no duermo, sueño. Y me pareció un logro. No un juego de palabras. Y menos un ardid fonético. Soñar es abrevar de la imaginación perenne. En cambio dormir es un ensayo de la muerte.Y he tenido buena suerte en los diversos sueños que se me presentan. A veces una ciudad que desconozco. Sus edificios y su color saturado. Un amigo o amiga de la infancia que me dice un hola. Un castillo de la incertidumbre. O un rostro de luz anunciado en temporada. No recuerdo sueño de miedo, si lo tuve. Todos los que recuerdo son la maravilla. Escucho el viento y el fluir de agua. Y a veces es a colores o blanco y negro. Sepia, también, inclusive. Han habido ocasiones, no lo niego, de la tanta luminosa humedad. Lluvia con pétalos de rosa. Me he doblado de la risa en sueños. Y amanezco cansado pero feliz. Y nunca he llorado, en sueños. A veces es mi madre quien me abraza. Cuando despierto, y nada de sueños hubo, es muy pesado el día. Pienso que es la vida,

Poema del gran Rubén Bonifaz Nuño

¿Cuál es la mujer que recordamos al mirar los pechos de la vecina de camión; a quién espera el hueco lugar que está al lado nuestro, en el cine? ¿A quién pertenece el oído que oirá la palabra más escondida que somos, de quién es la cabeza que a nuestro costado nace entre sueños? Hay veces que ya no puedo con tanta tristeza, y entonces te recuerdo. Pero no eres tú. Nacieron cansados nuestro largo amor y nuestros breves amores; los cuatro besos y las cuatro citas que tuvimos. Estamos tristes. Juntos inventamos un concierto para desventura y orquesta, y fuimos a escucharlo serios, solemnes, y nada entendimos. Estamos solos. Tú nunca sabrás, estoy cierto, que escribí estos versos para ti sola; pero en ti pensé al hacerlos. Son tuyos. Ustedes perdonen. Por un momento olvidé con quién estaba hablando. Y no sentí el golpe de mi ventana al cerrarse. Estaba en otra parte.

Nuevo contrato

Nuevo contrato. Llamadas nacionales e internacionales gratis, me dice sonriente la ejecutiva. Contento salgo de la oficina. Marco a Azerbayán y a Moscú. No me contestan, y si lo hacen no les entiendo.

Reconstruir la historia

Heme aquí. Balbuceando apenas en este recorrido. Una imagen se construye con los tantos elementos del trayecto. Y con contradicciones o contracciones. He hablado en otras ocasiones de caverna, búfalos y bisontes.  Luces y sombras. Rayo y trueno son señales que alguien envía para que reflexionemos en lo que exactamente somos. Y bajarle a la vanidad y al ego. Y no temer el paso del tiempo y el cabello blanco, esa esa ruta presentida. Como recuerdos del porvenir, Elena. Y los tantos y tantos mitos de nuestro origen. Caballito de mar. Brujas de Salem. Los tantos idiomas. Los tantos rostros. Las distintas maneras de mirar la lluvia. Una manzana es a la vez y representa tantas cosas. Yo camino por la acera. Y si llueve cruzo la calle lentamente. Y espero a la vuelta de la esquina aparezca la promotora de la pasta dental. Y aparece, sin dientes. El tiempo pasa. Un niño me ofrece dulces y boleo. Y recuerdo que el hombre es la medida del tiempo y de todas las cosas. Y la historia esa que cuento

A mis amigos

Sábado. Y no hay acuerdos sobre los tiempos. Ayer reía bastante entre la charla con Manuel. Brotan los temas de por sí. Y las tantas anécdotas. Las bujías del hombre: amor, amistad, pasión y odio.  Digo, como fórmula retórica, un kitch, lugar común. Y este tiempo se escapa mostrando los colmillos fieros de la fuga. Quizá hacia otra dimensión. No lo sé. Habitamos cavernas y chozas. Llegamos a lugares con alfombras y buenos modales. Y sabemos que vamos de paso. Nos detenemos bajo un árbol por su sombra. O tomamos agua directo del lago. Y seguimos nuestro viaje. Torcimos en el camino el cuello al cisne que era el ganso simple de Simplicio. Somos otros, dijimos. Allá firmamos manifiestos por el amor y paz. Los sueños juveniles se mantienen. Y el jeans nos recuerda que seguimos en el fragor de la batalla. Somos otros, los sueños son los mismos. Alistamos como armas el lápiz, la guitarra, el libro, la esperanza. Ustedes, amigos, amigas, saben lo que digo cuando escribo la palabra verbo que a

Café y pan

Pan para los pobres. Pan para todos. Esta mañana en Villahermosa. Tabasco, es propicia, por lo fresco del clima, para un buen café y pan. Por todos nosotros y ellos. Por la costumbre de antes y hoy. Por la sensación de bienestar. Por la buena charla. Café para seguir despierto en la vida. Para recordar otras tardes y anticipar las del futuro. Pan para imaginar el trabajo del que siembra el trigo. Del que lo cosecha. Del que lo muele. Y del que hace el pan. Saludo a Carlos porque sabe hacer buen pan. Pendiente una visita a su casa. Carlos Vázquez. Saludos por la vida. Por la alegría. Por el día jueves nublado de buenos recuerdos y por el pan. Ya viene Juan con su bolsa de pan.

En el salón Calavera

Estoy, hermano Alejandro Aura, en tu Salón Calavera. Encomio las palabras de todos, donde se nota tu vena. Allí me lanzo en las tardes para amarrar mis recuerd os que me muerden como hienas. Y mi piel se subleva ante la belleza del recuerdo de playas serenas,. Sé, Alejandro, que ella ya de ti ni se acuerda. Mientras, escucho que anuncian, entre luces, la aparición de las estrellas. Y te escucho en esas risotadas que se mezclan con los sueños de futuro. Y el humo. Y el humus. Dondequiera que estés, te comento de la llamarada aquella que inició todo. Se incendia El calavera. Pero desde antes. Mucho antes eran tus manos unas sierpes que se movían al compás berbiriquí de tus palabras, y el estilo de hacer reír hasta con las imágenes más simples: un duelo, una toronja, y el recuerdo de la novia primera. Alejandro Aura, poeta y visor de luces, tus palabras. Más tarde, en horas al vuelo del día, me encontré tu testamento poema en carta de despedida. Te habías echado clavado a la penumbra, mie

Explicaciones

Mis padres me explicaban a su manera sobre mis preguntas ocurrentes. Sobretodo en esa edad de la primera infancia: ¿Por qué llueve? ¿De dónde viene la vida? ¿Quién alimentaba de niños a Adán y Eva? ¿Qué hay después de la muerte? Y callaban muchas de las veces. Años después los maestros me dieron respuestas a preguntas que nunca les hice. Y yo ahora me hago mis propias preguntas en el centro de la noche. Y antes de tener respuestas ya tengo nuevas preguntas. A dónde caería la luna y la tierra en caso de caerse. O de otro modo: quién las sostiene, bajo qué fórmula de tensiones encontradas. La sierpe dulce del conocimiento se come su propia cola. Miro a mi alrededor. Hay un vacío fantasmal donde andamos en grupo todos solitarios. La caverna es mi único refugio. Y el misterio del libro de poemas oculto. No se sabe.

Olímpica 2

Al que sueña, ama y construye, Corona de laurel. No oro. Al que siembra. Al que forja. Al que anima. Corona de laurel. Al que rodea la amargura. Al que pone su grano de entusiasmo para la alegría. Al que canta y eleva la voz por sobre los resignados. Al que tiene la palabra precisa para encender el fuego del entusiasmo. Al que engendra y sostiene la especie. Al que mira la luna. Al que perdona. Solo tú. Al que mezcla las notas en armonía. Al que levanta monumento a la amistad con la amistad misma. Al solitario que se consuela. A la mujer que le acompaña de vez en cuando. Corona de laurel. Corona de olivo. Al que calaña la sed de justicia. Al que sacia él hambre de paz a ti que oyes y no das consejos. A ti que te miras al espejo con serenidad. no olvidemos nunca la fotografía ni el libro de poemas. Olivo y laurel para los humillados.

Olímpica

Más alto. Más fuerte. Más ágil. Aquel hombre sin pez, a la espera paciente siempre, fija bien la mirada. El hambre, cornada de bisonte. Medalla de oro a aquel que dominó su odio, su ira, su ego y sembró semillas para nuevas bosques. Y aquel que puso la mejilla y los jueces no lo vieron. Fueron tantas las batallas. Las caídas. Oro al que acumuló más derrotas y se levantó como si nada. Y quitarle el cobre a quienes lo enseñan en asuntos de amistad, lealtad. Mas volvamos al oro. Mas no al del lucro. Vil papel moneda. Al de orgullo del vuelo. De la imaginación. Del verbo. De poema que te cambia. Oro al que hornea el pan. Al que siembra. Al que provoca risas. Al que muestra la luz.

Sabor a ti

Sabor a limón del patio de la casa. A luna de noche o día. Sabor a nostalgia y melancolía. A hierbabuena solo por el té. Y la sonrisa franca a plenitud. Sabor a pétalo de rosa con durazno. Hágase todo lo posible para la constancia de vida. Sabor a mi, a ti, a nosotros todos. Los que caminamos para subir a la montaña donde habita paz sin monje. Sabor a ángel o Dios. Sabor a pino de parque. A tu piel salada como agua de mar. Al sonido de la hamaca en su vaivén. Sabor a los tant os recuerdos del empalago. Al palacio de los sueños en la imaginación. Sabor, anda, vamos al mercado de la flor. Escribiría y me fui de bruces en la mañana con sabor a cobre en la lengua. Sabor a la consabida nenúfar del pantano flor La noche hizo fresco. Como para pedir clemencia. Fuimos los mismos por todo el tiempo. Por eso escribimos la rutina. la mil veces machacada rutina. El hecho de estar reconociendo las horas por ese extraño fluir. Sabor a melocotón. Sabor a mirada del crepúsculo. Dime tú si no. Tanto ti

Dialogo

Diálogo a diario. A veces con la cuadrada piedra cuando quiero probar mi persuasión metafórica. Y me doy de golpes con ella cuanda guarda prudente silencio o no me entiende. Tunas tiene ahora el nopal. Valle. Diálogo con el polvo que me explica como espejo mi futuro. Diálogo con el árbol. Le escucho  sobre su urgente necesidad permanente de tibieza y humedad. Yo miro los pájaros colgados en sus ramas. Y escucho el bello canto. Ah, el árbol. Diálogo con el árbol. Le comento de las hojas de papel y de las hojas que caen en el otoño.

Una ciudad

Una ciudad. Una exacta ciudad construida con base a una maqueta divina. No es perfecta, más tiene todo lo que un hombre y mujer necesitan. Una ciudad  vivificante. Que respira aire tibio de sus habitantes y visitantes. Una ciudad con mucha luz de  luna y sol. Con sus Quijotes y leones de piedra como vigilantes del nuevo orden diario. Aquí la vida misma es un bullicio. Tunas y más tunas. Granadas y más granadas. Estudiantinas por los callejones. Balcones con macetas son parte de la imagen sencilla que trasciende.

Sueño con esta ciudad

Sueño que estoy en una ciudad donde los callejones forman parte de un laberinto. Me hablan de Hidalgo, Juárez, El Pipila y Diego Rivera. El color de las casas sobrepuestas en los cerros impresiona. Suben y bajan las aceras. Peltre, cerámica y frutas por todas partes. El Mercado Hidalgo tiene un fachada como de un Bellas artes de provincia. Todos te sonríen como si te conocieran. Todos saben del Quijote y en octubre te cuentan todos es bullicio como hormiguero de personas . Los turistas son parte de la cotidianidad. Te dicen con permiso y por favor. Las guayabas saben a durazno y viceversa. Las tunas tienen sabor a miel. Los libros están frente a ti todo el tiempo. No hay taxis libres. Los llamas por teléfono. Y camino un túnel interminable con hilera de luces en el centro. Al final la esperada salida. No vale nada la vida. Suelta a bocajarro un charro negro. No vale nada, le respondo enfático, coincidiendo.

Buscaba un libro

La plaza central de la añosa y bella ciudad allí, con sus palomas concomitantes. Y poco más de una decena de vendedores de libros viejos y réplicas nuevas de libros antiguos. Y sigo buscando el libro de siempre. El que contiene la ciudad completa con sus contradicciones. No te tengo aquí vía láctea. Grumos de felicidad en la sangre. Sigo en búsqueda del libro que contenga las formulas de los huesos y trémulas carnes. Ytenga todos los planos de la creación y de las casas y edificios. Haga usted el consabido cuestionario socioeconómico. El libro que contenga la verdad absoluta y por lo tanto irrebatible. Que contenga las respuestas que se ha hecho el hombre por todas las generaciones del pensamiento habidas. La fórmula de la felicidad permanente. Aquí sigo. Que contenga al Dios único de todos. Apenas encuentro un libro de poemas de Vicente Aleixandre. La poesía. Una mirada al interior donde en esencia habitamos.

Carta de conducta

Le piden carta de buena conducta al Dios de uno mismo. Y empecé la redacción del texto, tratando que fuera sin ripios. Como olvidar el camino recorrido donde no había camino. Y la bondad esperando en el parque y llega vanidad. He dicho algo del equilibrio. Hago constar que es consecuente y tenaz. Desde la prehistoria. De constumbre medianamente aceptadas como la irrepetible ola, o el distinto cada vez río. Tenía juegos de mesa. Y una sonrisa a cuenta del destino y a riesgo de la indiferencia total. Escribe por ejemplo cerdito cuando debe ser crédito. Y se confunde gorro frígio. Lo mismo esperanzado. Es de valores os lo juro. Je años roto corazón por los fines de semana. Temple por sobretodo, cuando miró las hojas caer. Y el tiempo gota a gota, sin reparar pesares. Lee poemas con escritura latina. Como sí le entendiera. Más no sabe de ritmo, en la prosa misma. A petición de esa parte muy interesada. Escrita la presente en el mes de agosto. Y como no referenciar. Somos siempre otros. A l

En esta ciudad

Esta ciudad es un monumento al tiempo. De sobra lo sabes. Nos sentamos en estas bancas del parque. Los sueños alimentados con nutrientes de historia. Poema xx. Deja ese libro allí, déjalo. Y anduvimos caminando por ninguna parte. Tarareando melodías de moda.  No exactamente nosotros. Otros tantos si. Por generaciones. La voz del otro lado y el teléfono con línea rota. La gente quiere siempre un chivo amoroso expiatorio. Cada generación tiene el propio. Cantamos el himno de la biología. Portento de memoria. Piedra alucinada. Y el agua que pasaba corriente por el frente de la casa. Esta ciudad ha visto levantarse reinos. Y caer derrotada la vanidad y el orgullo. A los tantos del mes del soliloquio. Cuando iba dispuesto a perderme. julio Torrijos. Estas sirenas siguen cantando en los sueños con ojos despiertos del insomnio. Despertamos al igual que la serpiente. A viva voz una parodia. Y Silvio sigue en el disco rayado. Y Serrat tomado como bandera. Yo sí lo escucho. Y vuelven como pesadi

He visto

He visto luz desde la más profunda oscuridad. Y el orbe en todo su esplendor. Un ángel ha caído. Y dos quedan a deriva. He visto edificios desafiantes de la gravedad. Y se sostienen a desvelo del hombre. Precisa la imaginación, al vuelo, y a edificar palmo a palmo de nuevo. Cauda en la caída. He visto la semilla entre piedras germinar.  Y al poco tiempo el árbol poderoso. He visto la paciencia del agua gota a gota al romper la piedra. Oh, la magnitud de lo denso. He visto  al viajero esperanzado en ruta a  Él Dorado y sentir la decepción. Donde nada hay ahora. La montaña viene en el giro permanente. Aquel cometa es una señal. La colmena, dejadla en paz. La lealtad firme a su paso. He visto el templo del oro con luces de neón. Y la utopía perseguida por fieras bravas. Y he visto al hombre en lo grande y pequeño. Salud por el vino en el viejo odre. Por la moneda en el suelo. Por el pájaro en el canto y vuelo. Por la plenitud de la humedad  en la nube. La caverna es más grande de lo previ

Otra pared

Este fin de semana, otra pared. Para volverme a sentir Van Gogh. La humedad y el tiempo. El agua busca rendijas para seguir su cauce. Paciente, gota a gota vence. Indiferencia y abandono. Las grietas. Cicatrices de piedra. El tiempo, implacable. Irrebatible. El tiempo individual es apenas algo más que un instante. Y la vida es una fiesta de colores. Esta pared de piedra caliza  me inspira.

Olvido

Cesta horadada, el olvido. Contiene parte de momentos de la vida misma. Canciones y poemas por ahora sin nombre. Libros que no se sabe de lo que tratan. Imágenes de caídas en el barro o asfalto. Viajes no realizados o si.  Deambular sin ruta definida. Y volver como si fuera irse de nuevo. Pasó ayer un gato negro o blanco. El guiño era un ojo cerrado. El amor fue la vorágine de golpes contra la pared donde no había pared. Sabe del capitán o coronel un libro. Le escriban o no, su memoria contiene recuerdos y olvidos. Solo que a veces el río -de la vida- que ya es otro o unas notas, traen al presente signos para nombres que por nada reconozco. La existencia, material de sueños con destino final olvido.

A años luz

Estamos a años luz. No. Dos seres humano nunca. Estas son palabras que configuran imágenes. Estamos uno y otro a la vuelta de la esquina. A dos páginas de libro. Apenas la distancia son dos o tres recuerdos. A años luz las marmotas.  Estamos de distancia a una canción, a un guiño. Lo demás es lo otro. Doblegar el orgullo, trasquilar a la divina garza.

Los recuerdos

Uno a veces, por determinadas circunstancias, quiere enviar al olvido un conjunto de recuerdos. Y estos persisten. Y vuelven cada tarde o noche. O en los sueños mismos. Alevosos, traicioneros, en el buen sentido de las palabras, furtivos, se presentan cuando uno menos los espera. De cierta manera uno estaría mejor sin ellos. Un pozo, al pozo del olvido. A veces a causa de la lluvia. O una pregunta de las personas cercanas. ¿Y ...? Y viene la respuesta en la cauda de recuerdos. Así andan hoy los recuerdos este viernes nublado. Alertando contra el olvido.

Las palabras

Así tan general, las palabras se ubican en un punto nuestro, se congregan y salen como pájaros al vuelo. Y llegan, a veces, a oídos roca como decir necios. Y se dan de topes. Y se quedan por allí vagando, no divagando. A veces suenan como campanita de cristal y se agarran del ala de cupido. Y transforman la visibilidad. Absortas, sencillas, despreocupadas, mágicas, así andan por el mundo. Y se sobreponen a los gestos adustos. Las palabras se reflejan en la pantalla del ordena dor, Y llegan al corazón a través de la mirada. Y sudamos frío. O nos da calor. Y nos acurrucamos aferrándonos a ellas. A veces son como hielo y sirven para enfriar ambientes o lanzarlas a los rostros indiferentes. A veces son como brasas que entibian los ambientes, y más al decirlas al oído. Escribo por ejemplo nube y noche. Y algo producen en mi. La sensación de que todo es posible en el vaivén del tiempo.

Godot sigue esperando

Esperamos el cambio día a día. En las madrugadas esperamos que suene el teléfono, llegue la carta, aún en sueños. Algo que nos cambie por completo la rutinaria existencia hacia la felicidad. Esperamos una noticia. El logro de un sueño o un anhelo. Esperamos a los bárbaros que no llegan a destruirnos y se nos va la vida en ello. Pasamos por allí, por acá por todas partes, a ver si se abre la ventana, la puerta, si nos dicen ven. Esperamos que el tiempo se detenga en el momento justo del beso, de las  manos entrelazadas. Esperamos que el ojo fije bien la mirada en la luz. Oh, hágase la luz. Que escribamos la canción más hermosa del mundo. El texto mejor. Esperamos el guiño de la luna. Que aparezca el unicornio azul. La musa de la inspiración. Que nos encontremos en el mercado a nuestro artista preferido, a la modelo que anuncia con dientes perfectos la pasta dental en repetidos anuncios en televisión. Esperamos que ya venga Godot a rescatarnos de la homilía, de la clase de otros siglos,

Polvo

1.- Mucho polvo levanta el fuerte viento en la carretera. Allí está el amor, si es polvo enamorado. 2.- ¿Quiénes son ustedes?, preguntó al bastante polvo que levantó el viento y le dio en la cara. Había escuchado desde niño que somos polvo.

Tenìamos

Teníamos rosas en las manos, o almendras, o qué se yo. Lo que sí es de cierto es que estaban dispuestas para hacer conjuros por sobre todas las cosas y dejar huella permanente en la memoria del deseo. la cuenta regresiva entonces. Los datos no previstos. El sino, como sinónimo de destino. Los casos y más casos de desajustes, el tornillo suelto o roto. El engranaje perfecto que por el desgaste ya no dio para más, incluyendo los juegos de palabras. Niegue todo fue la sugerencia del abogado, cuando vengan las preguntas. ¿Palabra homófona? No. ¿Palabra esdrújula? No. ¿El ¡ultimo año bisiesto? No. Y era perfectamente ridículo este acontecer de desencuentros. Le miraste la falda. Adujo. La falta, respondí. Hazte el  loco. Dijo resignada a no encontrar pistas del desengaño. Fueron, tres, me dice, tres veces que te he sorprendido como gato en la azotea, persiguiendo sueños. Y era de esperarse. Tomé entonces mi cuaderno de apuntes. Y escribí este texto. Así, de tan solo. Ansioso por la espera d

Hemos de caminar hoy en la tarde

Hemos de caminar hoy por la tarde a fuerza de palabras. El ayer se ha ido. Y este presente como gerundio permanece en secuencia del tiempo. Sé que caminando no se llega a Roma. Y no todos los caminos, en todo caso nos llevan. Hoy en la tarde es el tiempo presente. ¡Cuál hora, qué instante? La primavera volverá sin mi. Y ese nosotros se escuchaba bien como retórica del anhelo. En todas partes los pasos, como al principio. Con esa música lenta en inglés caramelo. Con los poemas bajo la almohada, para ver si la nostalgia cruza el presente de manera diferente. Lo intentamos todo en la caverna. Miles de luciérnagas entraron de manera abrupta. Y nos dejaron esas chispas luminosas como herencia de que todo es posible en los intentos. Y las guardamos en este frasquito especial con etiqueta de proyecto. Para ver si cambia el pronóstico del tiempo en los ayeres. La luz. Hemos de caminar hoy en la tarde. De cualquier día. Porque todo se ha transformado en algo distinto. Somos exactamente otros.

La caverna

¿Por qué las reiteradas alusiones a la caverna? No tengo mucho qué decir. Afuera está la luz, con sus respuestas.  Y yo tengo para mi  la poca que se cuela en esta caverna, en donde estamos, a imagen y semejanza.  Me preguntas en tono bajo. Y es evidente que pozo no es caverna. Imágenes distintas. En la caverna encontramos lo que necesitamos. Nuestros padres nos enseñaron a vivir en este cosmos. La oscuridad no es un destino. Es sabernos entender entre penumbras. La caza es un deporte que nos deja exhaustos y alegres. Desde el pozo tu has de mirar todo distinto. Con esa transparencia del agua. Aquí en la caverna tenemos nuestra la propia. Y en las paredes diseñamos nuestro mundo. Aquí no pensamos en relación al tiempo, sobre el pasado y futuro. Aquí el presente es un gerundio permanente

Vamos

Vamos a echarle agua al mar. Agua dulce. Por si necesidad hubiera de equilibrio. Uno y otro y más vasos con agua. Un día lograremos el objetivo de nuestra vida. En el último instante.