Olímpica

Más alto. Más fuerte. Más ágil. Aquel hombre sin pez, a la espera paciente siempre, fija bien la mirada. El hambre, cornada de bisonte. Medalla de oro a aquel que dominó su odio, su ira, su ego y sembró semillas para nuevas bosques. Y aquel que puso la mejilla y los jueces no lo vieron. Fueron tantas las batallas. Las caídas. Oro al que acumuló más derrotas y se levantó como si nada. Y quitarle el cobre a quienes lo enseñan en asuntos de amistad, lealtad. Mas volvamos al oro. Mas no al del lucro. Vil papel moneda. Al de orgullo del vuelo. De la imaginación. Del verbo. De poema que te cambia. Oro al que hornea el pan. Al que siembra. Al que provoca risas. Al que muestra la luz.

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