A mi padre

Ayer pasé por donde mi padre. Estaba en uno de sus lugares de trabajo. Y le rodeaban sus amorosas hijas y sus hijos. Calentaban la comida del mediodía. Yo me uní con algarabia y hambre a ellos, quienes se alegraron. Había yo caminado mucho por una calle que bien identificó. Pasé entre varios grupos de personas que tenían fiesta o algo parecido. Y lanzaban cohetones y detonaban luces artificiales. Pasé entre ellos y llegué hasta donde a estaba mi padre. Yo sentía que era sueño. Allí estaba Juan, el noble y humilde Juan. Yo pasé entre una pared y carro. Logré pasar. Aunque el auto sin freno de mano se mobió hacia adelante sin pasar a mayores. Ali estábamos calentando comida. Y comerla. Y platicar con la sobria alegría. No fue un sueño volátil e intangible. Fue la realidad de los sueños.

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