Padres
Lo que hemos hecho. Lo que no hicimos. Velamen para la vida. Mi padre siguió una rutina. Que aprendí con creces. Y él a la vez la aprendió de sus padres. Y ellos a la vez de los suyos. Y así. De generación en generación encabalgados en el potro del viento y del tiempo. Entre alabanzas por el miedo. Y las canciones rancheras por bohemia. Y a seguir el camino entrecerrando los ojos por la nostalgia. Viene por el camino un arriero. Y se va en despedida. Y vienen otros. El camino de la vida nunca está solo hasta ahora. Y sean buenos hijos. Reiterado el consejo. Y aprendieron de nosotros. A ser como son. Orgullosos y soberbios en la juventud. Y las piedras del camino. Y las recibidas. Solo para templar el acero del espíritu. Y la carne en polvo del pasado hace oraciones. Para encontrar la aguja en el pajar del cielo. Mi padre fue un hombre bueno. Sé que todos los padres lo fueron, lo son, o casi. Mi padre fue un hombre sencillo. Sí, todos lo son. Mi padre fue un hombre honrado. Que me dejó un reloj. Y los zapatos. Que por cierto me quedan grandes.
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